Al no tener acceso a las ubicaciones de la realeza, la plataforma de streaming utilizó varios palacios que imitan a la perfección las locaciones originales
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Netflix estrenó la quinta temporada de la aclamada serie británica The Crown, con poca distancia en el tiempo de la reciente muerte de su icónica reina Isabel II, donde en cada capítulo se recorre una parte de la vida de la monarca. Aunque muchas de las locaciones oficiales eran inaccesibles para la productora, la serie pudo hacer buen uso de los muchos otros castillos y mansiones del Reino Unido para reconstruir fielmente los palacios reales.
Por lo tanto, muchas de las locaciones que vemos en la última temporada no son las verdaderas residencias donde sucedió la historia, aunque la diferencia es casi imperceptible. Entre varios de ellos, estos son los cinco castillos donde se filmó la serie The Crown.
Hedsor House
Como grabar la serie en la residencia oficial de los primeros ministros británicos era algo imposible, la producción de Netflix trasladó las escenas a una casa de campo en Buckinghamshire, recreando el entorno en la mansión de Hedsor House, utilizada como lugar de filmación en varias películas como en The Special Relationship.
La mansión de estilo italiano está ubicada en un parque de 34 hectáreas con vista al Támesis, diseñada originalmente por Sir William Chambers, arquitecto de Somerset House en Londres. Con la ayuda de Jorge III y la reina Carlota, eligieron la ubicación específicamente por su posición sobre el río.
Gravemente dañada por un incendio en 1795, fue remodelada en 1868 con un inusual estilo de villa italiana pero con una sala abovedada en lugar de un patio abierto. La mansión se encuentra al final de un camino privado de un kilómetro de largo con un parque circundante.
Lancaster House
Quienes hayan visto la serie, les sorprenderá saber que las escenas en el Palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina Isabel, no fueron filmadas en la locación sino en Lancaster House, una histórica casa construida en el distrito de St James en el West End de Londres.
Con un estilo neoclásico y con piedras originales de Bath, la mansión londinense es la última de su clase en utilizar este estilo esencialmente georgiano. Ubicada cerca del Palacio de St James, gran parte del sitio fue una vez parte del complejo del palacio.
El edificio cuenta con tres niveles, grandes habitaciones en el primer piso, salas de estar familiares en la planta baja y los dormitorios en el segundo piso. También hay un sótano que contiene habitaciones de servicio, incluida la bodega.
Los interiores, principalmente del estilo Luis XIV, crean un impresionante telón de fondo para una gran colección de pinturas y objetos de arte, los cuales todavía se pueden ver en la casa.
Una particularidad de Lancaster House es que la residencia reemplazó al Palacio de Buckingham al menos seis veces en cine y televisión.
Somerleyton Hall Castle
Somerleyton Hall Castle, una propiedad de 2000 hectáreas en Suffolk, hace de escondite rural de la familia real en Sandringham House. Ambas residencias comparten el mismo diseño, ya que originalmente eran casas jacobeas que fueron remodeladas extensamente en la era victoriana, lo que las vuelve muy similares.
Esta residencia imita lo que fue uno de los lugares favoritos de la Reina Isabel II para pasar las festividades. Un edificio fue remodelado con suntuosas escaleras, salones de baile y espléndidos elementos arquitectónicos.
La casa y los terrenos se usaron para sustituir a Sandringham House no solo en la serie The Crown, sino también en el drama televisivo de Stephen Poliakoff de 2003 The Lost Prince.
Brocket Hall
Esta casa de campo neoclásica, ubicada en un gran parque en Hertfordshire, fue donde se grabaron las escenas en la residencia de la princesa Diana: el Palacio de Kensington. La finca está dotada de dos campos de golf y siete edificios más pequeños, además de la casa principal.
El Palacio de Kensington fue la única propiedad que Diana conservó tras su separación, aunque las grabaciones se trasladaron a la casa de campo construida en el siglo XVIII. Actualmente funciona como un hotel y campo de golf.
Ardverikie Castle
Para recrear la residencia más querida de la reina Isabel II, lugar clave en la serie The Crown, se utilizó el Ardverikie Castle, ya que la productora no tiene acceso a la residencia real. Ubicado en las Tierras Altas de Escocia, este castillo de estilo gótico funcionó como telón de fondo de la residencia escocesa de la Reina durante varias temporadas.
La casa del siglo XIX es la alternativa perfecta a la propiedad real gracias a sus características arquitectónicas señoriales escocesas. Actualmente está disponible para alquilar cabañas y celebrar bodas.
Por otra parte, la residencia verdadera de la Reina en Balmoral fue propiedad de la familia real británica desde 1852 y hasta el día de hoy no forma parte de la Corona.
Somerley House
Highgrove, el hogar del príncipe Carlos, fue la locación de Somerley House en Ringwood, cerca de New Forest en Hampshire. Se trata de un bloque georgiano construido a fines del siglo XVIII y ahora hogar del conde de Normanton.
El río Avon serpentea a través de esta gran propiedad de 2800 hectáreas y cuenta con un jardín amurallado y un bosque antiguo. Diseñada por el arquitecto inglés Samuel Wyatt, en 1850 se agregó una galería de imágenes de 27 metros para albergar las pinturas y colecciones de la familia.
Aunque no está abierto al público, está disponible para bodas, filmaciones y alquiler de eventos corporativos y privados.
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