Son datos del índice CAC, el que utilizan los desarrolladores para actualizar las cuotas de los proyectos en pozo
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El relevamiento mensual de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) registró que, en abril, el costo de la construcción aumentó un 7%, impulsado principalmente por un incremento en la mano de obra, que subió 12,1% en un mes. Si bien el indicador viene de un piso que probablemente no era representativo, ya que tocó fondo en mayo del año pasado en plena inactividad por la pandemia, la suba inquieta al sector: la variación acumulada desde enero ya llega al 20,7%.
Aunque el costo de construcción sin duda estaba y sigue bajo, de acuerdo a los datos que dio a conocer este viernes la CAC, aumentó más del 67% en un año. Los materiales, en tanto, registraron una variación interanual del 83,75%. El relevamiento de la Cámara únicamente pretende representar las variaciones del costo de un edificio tipo en Capital Federal.
“Lo que están marcando los indicadores de costo de construcción es que la brecha de ventaja que se había obtenido por las devaluaciones a partir de cierta estabilidad en el tipo de cambio se está cortando. De todas formas, todavía con respecto a 2017, 2018 e incluso parte de 2019, sigue siendo ventajosa”, explicó a LA NACION José Rozados, director de Reporte Inmobiliario.
Para el especialista, el contexto de incertidumbre que se vive a causa de la pandemia de coronavirus y las restricciones impuestas por el Gobierno para mitigar el impacto de la enfermedad generan costos adicionales en la construcción. “Los protocolos encarecen las obras, así como la compra de insumos y equipamientos especiales y la interrupción y el reinicio de las mismas sin un plazo previo aceptable”, aseguró. “Todo eso se suma a la situación de la inflación de costos en pesos con un dólar frenado, tranquilo, que hace que el valor de la construcción en dólares suba”, agregó.
Los datos del Indec
La semana pasada también se publicaron los datos mensuales sobre precios mayoristas y costo de construcción del Indec: fue del 6,4%, alcanzando así una variación acumulada del 17,7% en lo que va del año. Las cifras arrojaron un aumento levemente menor al registrado por la CAC en abril, ya que los informes se realizan en base a distintas escalas de obra.
La suba, según los datos del organismo, estuvo impulsada por un alza del 4,1% en el rubro materiales, del 9% en mano de obra y del 5,2% para gastos generales. Respecto al costo de la mano de obra, la asalariada registró una suba del 10,2% producto de las actualizaciones que implican las negociaciones paritarias y del 3,3% en la subcontratada.
En cuanto a los gastos generales, el Indec consideró importante destacar que el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) aprobó un incremento de tarifas eléctricas a partir del 1 de abril a las distribuidoras EDENOR y EDESUR.
Contexto incierto con un dato positivo
El hecho de que lentamente empieza a trepar el costo de construcción mantiene en alerta al sector, ya que los valores bajos son uno de los factores que apuntala a la actividad en un contexto marcado por la renuencia a invertir y la incertidumbre. La evolución de las cifras dependerá, principalmente, del dólar y de la inflación, pero también de otras cosas.
“En la medida que tengamos un contexto inflacionario es difícil que frene el costo de la construcción. Sin embargo, tal vez no tenga la misma dinámica y magnitud el aumento en el caso de que las obras tengan que permanecer cerradas por el confinamiento o que se de una cuarentena interrumpida, por ejemplo”, anticipó Rozados. “Es muy incierto el panorama para poder programar. La imprevisibilidad que estamos viviendo es producto de la pandemia y la forma en que se toman las medidas”, planteó.
El costo de la construcción en dólares bajó abruptamente a partir del segundo trimestre de 2018 y tocó su piso hace aproximadamente un año. Sin embargo, la estabilidad del dólar de los últimos meses y el aumento en los precios de los materiales de obra lo llevó a recuperar parte de ese terreno perdido. La pregunta que se hacen los inversores entonces es si, con estas cifras, sigue siendo una oportunidad comprar departamentos de pozo y hasta cuándo será provechosa esa ventana.
Tomando el valor del dólar blue, los datos de Reporte Inmobiliario marcan que, tras el pico de US$1188 que alcanzó el metro cuadrado en la primera mitad de 2017, comenzó una baja que llegó hasta los U$S409 en abril y diciembre de 2020, para luego remontar hasta los US$673 actuales. Naturalmente, en los grandes números hay coincidencia en que hoy es mucho más conveniente comprar que hace tres o cuatro años.
“Al haber caído el costo de construcción en dólares, a partir de las devaluaciones que vivimos desde fines de 2019 y 2020, construir se volvió muy atractivo para los inversores. En la medida que esos costos empiezan a aumentar, esa brecha se va acortando”, señaló Rozados y remarcó que, de todas formas, quien empezó una obra en los últimos dos años gastó menos dólares que aquel que la había iniciado entre 2016 y 2018.
Para el especialista, si bien aún es una oportunidad comprar departamentos en pozo, el contexto exige prudencia. Sin embargo, hay un dato positivo: “Es importante rescatar que, con todo lo que pasamos, no se vio una gran cantidad de obras abandonadas o paralizadas”. “Eso demuestra la racionalidad, empatía y gran capacidad de negociación de la mayoría de los desarrolladores con sus inversores para que las obras, con un ritmo más lento y complicado, siguieran cuando se abrió nuevamente la posibilidad”, concluyó Rozados.
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