El pasado que vuelve y se recicla en Serbia con bloques romanos de más de 1600 años para una casa de verano de una familia
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(AFP) Kostolac, Serbia, 15 Dic 2021 (AFP) - Tras la devastación de la Primera Guerra Mundial en Serbia, en medio de campos de ruinas, el abuelo de Verica utilizó todos los materiales que tuvo a su alcance para construir su casa. Lo que no sabía es que algunos de ellos eran bloques romanos de más de 1600 años de antigüedad.
El edificio que sirve hoy de casa de veraneo para la familia Ivanovic, en el pueblo de Stari Kostolac, en el centro de este país de los Balcanes, está cerca de la antigua Viminacium, ciudad militar de gran importancia durante el Imperio Romano.
Fue mucho tiempo después que la familia se dio cuenta de que las piedras amarillas eran en realidad muy antiguas. Durante siglos, los habitantes de la zona utilizaron ladrillos, mosaicos y sarcófagos que encontraban en grandes cantidades en la región. Incluso algunos sirvieron como bebederos para los animales. Una parte de este legado sigue desperdigado en los alrededores.
“Es un poco desagradable. Sé que es romano, pero todo el mundo lo hacía”, explica a AFP Verica Ivanovic, de 82 años.
En los campos de alrededor de Viminacium, también se encuentran monedas, joyas y objetos de arte. “Recogíamos patatas en un campo. Miré abajo y vi un camafeo. Cuando lo giré con mi azada, vi un hermoso rostro de mujer”, recuerda esta señora. “Ahora está en el museo porque lo doné”.
Emilija Nikolic, investigadora del Instituto de Arqueología de Belgrado, estima que los bloques de la familia Ivanovic son probablemente del siglo III o IV. Los especialistas suelen encontrar losas antiguas en las casas y en los patios de esta región cercana al río Mlava, afluente del Danubio.
“En el siglo XIX, historiadores registraron que una familia de un pueblo vecino utilizaba un sarcófago como comedero para los cerdos”, cuenta a la AFP Nikolic. Actualmente, este objeto con la efigie del antiguo dios griego Jasón se encuentra en un museo de Belgrado.
Viminacium fue la capital provincial de la Alta Mesia, habitada durante los primeros siglos de nuestra era. La ciudad fue abandonada con la llegada de los eslavos en el siglo VII. Según los especialistas, en su momento álgido 30.000 personas vivían en la ciudad. Se han encontrado más de 14.000 tumbas, lo que la hace una de las más importantes necrópolis del Imperio Romano.
El lugar también es único porque ninguna urbe posterior la ha recubierto, señalan los arqueólogos. Eso significa que toda una ciudad está bajo tierra.
“No podemos ver Londinium porque el Londres moderno está ahí. Ni Lutecia ni Singidunum porque París y Belgrado fueron construidos por encima”, dice a la AFP Miomir Korac, director del Instituto Arqueológico de Belgrado.
Por el momento, sólo el 2% o 3% de la zona ha sido exhumado, pero análisis en profundidad han revelado que bajo los campos de maíz hay templos, un anfiteatro, un hipódromo, una casa de la moneda y una palacio imperial.
En 2015, el lugar fue mencionado en el proyecto transnacional “Fronteras del Imperio Romano”, en una lista indicativa de la Unesco, una primera etapa para una posible inscripción en el patrimonio mundial de la humanidad.
Hoy en día, Viminacium vuelve a estar amenazado. Desde hace más de cuatro décadas, el sector está en el centro de varios proyectos mineros, especialmente una mina de carbón que ha multiplicado rápidamente sus actividades y una central de carbón.
La zona “está en peligro, numerosos edificios antiguos ya han sido destruidos por la construcción de la mina”, lamenta Emilija Nikolic. “Hemos salvado lo que hemos podido”.
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