Comenzó la demolición parcial y las reformas del Plaza Hotel: cómo será el proyecto que incluye viviendas de lujo
- 6 minutos de lectura'
Corría el año 1910 cuando se inauguró uno de los hoteles más icónicos de la Ciudad de Buenos Aires. Para celebrar el centenario de la Revolución de Mayo, se alzó el Plaza Hotel frente a plaza San Martín para ser usado como centro de exposiciones. Después de décadas de gloria y fiestas, las instalaciones se cerraron en 2017 para llevar a cabo un plan de reconversión que sigue en marcha al día de hoy.
Su dueño actual es el Grupo Sutton Dabbah, propietario del Alvear Palace Hotel, el edificio de las Galerías Pacífico y el Llao Llao Hotel & Resort en Bariloche. En 2013, el holding le compró por $280 millones el cinco estrellas a los herederos del empresario argentino y dueño original del hotel, Ernesto Tornquist. El emblema arquitectónico está compuesto por dos edificios amparados por la Ley 4610 de patrimonio histórico: el que mira a la Plaza San Martín que data de 1909 y otro más construido 1921. El hotel también forma parte del Área de Protección Histórica (APH) de la zona, al igual que el edificio Kavanagh y los palacios Paz, Haedo y Anchorena.
Un nuevo público
En diálogo con LA NACION, el director del Grupo Alvear, Andrés Kalwill, dio a conocer una nueva propuesta para integrar a los perfiles más jóvenes. “Tenemos previsto, además de lugares gastronómicos tradicionales, hacer un food hall dentro del edificio. Va a ser un espacio para la juventud con pocas pero muy buenas propuestas gastronómicas”, dice y aclara que es para desestigmatizar el concepto de que comer en un hotel es muy caro. “La idea es tener un espacio con propuesta gastronómica y de tragos durante el día que a la tardecita se saquen las mesas centrales y se transforme en un lugar de encuentros de música, poesía o literatura. Hay toda una franja de artistas que no pueden llenar un Gran Rex o un Ópera y queremos generar para ellos un espacio dentro del Plaza de forma que éste ya no solo se asocie a las generaciones mayores”, describe.
Kalwill admite que se inspiró en espacios que vio en sus viajes a Nueva York y en conversaciones con músicos locales que a veces organizan encuentros en casas privadas donde se les complica la logística. El plan contempla que haya “seis o siete puestos muy representativos de distintos productos, desde chocolate y helados hasta quesos, carnes y pastas”, describe. Es decir que no van a ser los típicos puestos ambulantes de distintas empresas como suele haber en algunos rooftops de la Ciudad, sino que -lejos de apuntar a ser un patio de comidas- este proyecto busca unificar la estética en el sector gastronómico.
Los planes para el hotel
Como estipularon al comenzar el proyecto, las obras de renovación y refacción demandarán una inversión de entre US$40 y US$50 millones. En una primera instancia, el grupo había decidido poner en valor la fachada, incorporar oficinas y adecuar las 318 habitaciones, que se reducirían para agrandar los baños y para generar cuartos compartimentados en los que el bidet, el inodoro, la ducha y la bañera estén separados.
Sin embargo, la pandemia transformó la demanda como la conocíamos y los directivos del proyecto dieron un giro 180 grados. El nuevo masterplan contempla un hotel de entre 180 a 190 habitaciones por un lado y por el otro se suman residencias en el edificio Zucker (hotel original) con vista a la plaza San Martín y al bajo. Las unidades van a ser de 70 a 200 metros cuadrados y sus habitantes van a poder gozar de los amenities del hotel, como la pileta, el spa, el gimnasio y la oferta de restaurantes y bares. A pesar de que recién se están por licitar las documentaciones para llevar a cabo la primera etapa en el subsuelo donde estarán las cocheras, ya hay alrededor de 20 compradores interesados en adquirir una unidad cuando salgan a la venta, entre ellos algunas personalidades famosas. Sin embargo, la comercialización llegará recién a principios del 2024, según estiman desde el Grupo Sutton.
En adición, también delimitarían pequeñas oficinas de no más de 40 m² y cocheras de estacionamiento, algo que el hotel nunca tuvo. La idea surgida a partir de la pandemia es brindar espacios de home office privados por fuera de las viviendas pero sin la necesidad de salir del edificio.
En su momento, el hotel resplandecía por las estrellas que ahí se alojaban y los lujos de las instalaciones. Por ejemplo, tenía algo impensado para la época como ascensores y acondicionaba el aire de maneras insólitas como apuntar ventiladores a barras de hielo en el comedor. Incluso fue el primer edificio hotelero en Buenos Aires en llegar a tener nueve pisos de altura.
El nuevo proyecto tenía barajada la posibilidad de seguir construyendo en altura con todos los permisos de la Ciudad aprobados. No obstante, al plan le encendieron luz roja cuando una reunión con los vecinos del Kavannagh develó que los dos edificios habían firmado un acuerdo en la década del 30 sobre la servidumbre de vista, por lo que tuvieron que resignar por lo menos 7000 m² menos de proyecto.
En los últimos meses, la empresa decidió tirar abajo una parte del hotel edificada entre 1942 y 1949 para construir de cero. Esto fue posible porque dicha construcción no estaba protegida por la ley ya que el Régimen de Protección Preventiva del Patrimonio en la Ciudad de Buenos Aires abarca las construcciones previas al 1940.
Ante la demolición, agrupaciones de vecinos manifestaron su preocupación por lo que podía construirse allí, con el riesgo de cambiarle la cara clásica por una moderna vidriada. Sin embargo, Kalwill desmintió tales intenciones: “Está muy claro que el nuevo proyecto, tanto del edificio existente como lo que se va a construir nuevo, respeta el perfil de fachada del edificio Zucker que existe ahora. Lo que se va a hacer en la parte que se demolió no va a ser disruptivo sino que va tener coherencia estética con la fachada del edificio”.
En cuanto al interior del edificio, Kalwill advierte que se restaurará para que mantengan su imagen los lugares más emblemáticos que los visitantes reconocen cuando entran al Plaza: el gran salón donde se hicieron grandes fiestas, el grill y el bar. En cambio, sí van a reperfilar el lobby del edificio.
Otras noticias de Ciudad de Buenos Aires
Más leídas de Construcción y Diseño
"Le dicen Pampa". La desconocida microzona de Belgrano en la que los precios de las propiedades no dejan de subir
Propiedades. Cuánto cuesta remodelar la cocina y el baño y por qué recomiendan hacerlo ahora
"Se respira tranquilidad". El barrio que busca entrar en la lista de los cool de Buenos Aires y tiene su propia "isla"
Fue escenario de muertes y tragedias. Se vendió el palacio “maldito” de Venecia