El Gobierno porteño avanza en la reconversión de la vieja estructura en un edificio de locales y oficinas que se conjugará con un parque público elevado; planea finalizarlo en diciembre de 2022
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Quienes transitan la zona habrán notado que, en el último mes, se empezó a demoler una parte del viejo estacionamiento Dorrego del Hipódromo de Palermo. En el lugar, el Gobierno de la Ciudad avanzará con el proyecto inmobiliario “Paseo Gigena”, que conjugará un parque público elevado con un espacio gastronómico, oficinas y comercios, con el objetivo de revincular el Rosedal y los lagos de Palermo con esa zona de la ciudad. Se prevé que la obra estará finalizada en diciembre de 2022.
Se trata de un terreno que está delimitado por las avenidas Dorrego, Freyre y Libertador y las vías del Ferrocarril General Bartolomé Mitre. Desde la administración porteña comparan el plan con el que se llevó a cabo en la Plaza Houssay, ubicada entre el Hospital de Clínicas y las facultades de Economía, Medicina y Farmacia y Odontología de la Universidad de Buenos Aires. “Partimos de una estructura que ya existía, que en ese caso era la plaza con cocheras abajo y lo que hicimos fue tratar de transformarla o refuncionalizarla en algo que le sirva a la gente”, explica en diálogo con LA NACION el arquitecto y urbanista Álvaro García Resta, secretario de Desarrollo Urbano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
En el caso del estacionamiento del Hipódromo, que es parte del Parque Tres de Febrero (conocido popularmente como “los bosques de Palermo”), el funcionario porteño señala: “Tenemos una infraestructura de hormigón casi inerte que no dialoga para nada con el contexto ni es útil para la ciudad y sus habitantes”. Por eso, el objetivo es transformar el edificio de tres plantas en uno que tenga “mixtura de usos”.
En total, el predio tiene 12.406 m², de los cuales 4024 serán destinados a un parque público elevado con senderos peatonales. Para acceder a él, construirán una rampa desde la intersección de la avenida Marcelino Freyre y las vías del ferrocarril hasta la esquina de Dorrego y avenida Del Libertador. En tanto, el 33% de la construcción será destinado a oficinas y, el 33% restante, a locales gastronómicos y comerciales. La terraza del paseo será “un techo verde según las especificaciones establecidas en la normativa de edificación”, indica el funcionario.
Al tratarse de un proyecto que surge de una articulación público-privada, es decir, “que la obra la realiza un privado para entregarla al disfrute público”, el tipo de locales que se instalen en el edificio y el costo del metro cuadrado lo definirá el concesionario. Sin embargo, García Resta señala que se estableció previamente que los comercios deberán estar “orientados a servicios y no a productos porque apuntamos a lo social y gastronómico para atraer distintos flujos de personas en diferentes horarios”, asegura.
En cuanto al parque, explica: “El tratamiento de la naturaleza es de paisaje silvestre con flora nativa. Va a haber árboles pero la idea es un parque dinámico y no estático, más bien un paseo con verde”. “La ciudad más sana es la que tiene mixtura de usos de manera equilibrada. Donde pasa una sola cosa y no muchas, la cantidad de gente se ve restringida”, sostiene el funcionario. “Antes iba al lugar solo el que iba a ver una carrera al hipódromo y ahora va a haber muchas posibilidades. Es nuestra mirada de ciudad. Nos enfocamos en las infraestructuras de una sola cosa y buscamos ampliarla”, destaca.
Cómo se llegó al proyecto
El predio en cuestión arrastra una disputa judicial hace varios años. “La playa de estacionamiento originalmente fue dominio de la Ciudad, porque está dentro del Parque Tres de Febrero. Luego, la concesión del Hipódromo la tomó como parte del pliego de concesión otorgado por el Gobierno nacional. La Ciudad disputó legalmente de quién era, finalmente prevaleció esa posición y ahora se puso en marcha la reconversión”, resume García Resta. En 2020, el Gobierno porteño concesionó el terreno por 15 años, prorrogables por única vez por el plazo máximo de cinco años, al Fideicomiso Dorrego y Libertador y BSD Grupo Asesor.
Al igual que hizo en su momento con la transformación de Plaza Houssay, el Gobierno porteño llamó a una licitación, a la que se presentaron diversas ofertas. El grupo ganador seleccionó un proyecto de autoría del estudio de arquitectura estadounidense ODA. “Al pensar en esta reconversión, consideramos un aspecto arquitectónico clave: hay varias construcciones de la ciudad que intentan resolver la relación entre un parque y un edificio”, señala García Resta. “Por ejemplo, el edificio de la TV Pública (ex Canal 7 y ATC), creado para la transmisión del mundial de fútbol, que tiene un edificio abajo y una plaza arriba”, indica.
En ese sentido, compara el plan con la reconversión de la plaza Houssay: “Tenía una infraestructura abajo y nosotros quisimos hacer convivir el uso de verde y recreación con espacios gastronómicos que trabajen en sintonía con el barrio, que está rodeado de facultades. En este caso, a diferencia de Houssay, que era una plaza y teníamos que incorporarle los usos, este edificio tenía cochera y tenemos que sumarle la plaza, es lo mismo pero al revés”.
Para el funcionario, lo positivo del proyecto es que logrará que el predio tenga diversos usos, a la vez que la iluminación y la actividad en la zona mejorarán la seguridad para los vecinos. “En Houssay, no pusimos más Policía, sino que cambiamos la forma de vivir la plaza. Por eso, creemos que los espacios se miden según la cantidad de gente que los disfruta”, explica.
El 28 de junio, comenzó la demolición parcial del antiguo estacionamiento y, en los últimos días, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, recorrió el lugar con García Resta y el ministro de Desarrollo Económico y Producción, José Luis Giusti. Se prevé que las obras, que iniciarán en septiembre, se extenderán por un año, con el objetivo de que la inauguración del “Paseo Gigena” se haga efectiva en diciembre de 2022.
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