Un pueblo ubicado en el norte de Noruega ofrece casas de alquiler temporario con todas las funciones de un hogar pero está dividido en múltiples estructuras
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Enclavado en un remoto archipiélago ártico noruego llamado Fleinvær, se encuentra el mágico y pintoresco “Arctic Hideaway”. Este pequeño pueblo de casas es un refugio que cautivó la atención de viajeros y artistas de todo el mundo.
Este pintoresco conjunto de cabañas ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la naturaleza más pura mientras disfrutan de todas las comodidades de un hogar. Con múltiples estructuras repartidas por la isla, los huéspedes pueden respirar un aire diferente, admirar la fauna local, como pájaros y nutrias marinas, y maravillarse con la majestuosidad de la aurora boreal. Su creador, Lund, describe la experiencia como un verdadero encuentro con la naturaleza, permitiendo a los visitantes experimentar fenómenos naturales que no encontrarían en entornos más convencionales.
El Arctic Hideaway, cuyos precios de alojamiento rondan actualmente los US$190 la estadía, requiere una permanencia mínima de dos noches. El encanto de este lugar radica en su aislamiento, ya que se encuentra en un antiguo pueblo de pescadores con pocos habitantes y carece de supermercados y otros locales. Sin embargo, esto solo aumenta el atractivo de la experiencia, ya que los huéspedes se ven envueltos en un ambiente auténticamente remoto y virgen.
El visionario detrás de esta joya ártica es Håvard Lund, un compositor y presentador que encargó a una firma de arquitectos dar vida a su visión. Tras dos años de construcción, el Arctic Hideaway emergió en 2016, exhibiendo una arquitectura resistente al tiempo y al clima, utilizando materiales como el acero.
Lund, quien inicialmente no tenía planes de ofrecer su tranquilo rincón al público, convirtió este lugar en un destino para artistas y reservó tiempo en el calendario para permitir que grandes grupos de creativos aprovechen el espacio inspirador.
El complejo de cabañas ofrece opciones tanto de soledad como de colaboración. Si se busca un ambiente tranquilo para ordenar los pensamientos, se puede optar por alquilar una cabaña individual para dormir. Cada artista cuenta con su propio estudio y dormitorio, así como acceso a una cocina compartida, baños y sauna.
En el predio hay diferentes áreas de trabajo que se adaptan a diversos proyectos artísticos. Hay una sala de estudio luminosa que se puede utilizar para actividades como arte, escultura o música. Esta sala está equipada con iluminación adecuada, sistema de sonido y un piano electrónico Yamaha. Además, una de las cabañas para dormir dispone de un espacio de oficina, mientras que otra tiene un escritorio simple.
El pueblo consta de 10 casas diferentes, cada una diseñada para fomentar la interacción con el entorno natural. El concepto es alquilar un dormitorio y tener acceso a una serie de casas mono funcionales. Cuatro casas son para dormir, una es una casa vestuario (inodoros y ducha) y otra es para cocinar y comer (mesa de la cocina, gas e inducción).
También cuenta con una zona de descanso/estudio abierto y otra cabaña que funciona como un sauna y vestuario (estufa de leña). Inlcuye una cocina al aire libre (gas y chimenea), y finalmente, el último es el icónico Tower House, una zona de reunión con una cama de día.
Cada estructura tiene su propia singularidad y encanto. Las casas de la cocina y el salón se encuentran en lo alto de una colina, lo que permite vistas panorámicas del resto de la isla.
Sin embargo, Lund advierte a los huéspedes que alojarse en el Arctic Hideaway no ofrece las comodidades modernas de un hotel. A pesar de esto y a medida que más personas regresan a sus viajes después de la pandemia, el Arctic Hideaway vuelve a recibir a más huéspedes en busca de una experiencia única en medio de la naturaleza ártica.
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