En dos años estará finalizada Harbour Tower, la torre de lujo de casi 200 metros de altura que se construye en el Dique 1 de Puerto Madero y pretende ser un ícono arquitectónico de la ciudad.; cómo son los departamentos, los precios y sus amenities
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Día a día una figura disruptiva y asimétrica se eleva en el barrio más joven, cotizado, exclusivo, lujoso y codiciado de la ciudad de Buenos Aires. Casi como si buscara tocar el cielo, Harbour Tower, una torre de US$100 millones de inversión que llegará a tener 192 metros de altura y 52 pisos con 217 residencias, ya se distingue en el skyline del Dique 1 de Puerto Madero, aunque el “top off” de la estructura de hormigón se alcanzará en marzo.
Sus vistas panorámicas abiertas a la ciudad y al río (que permitirán vislumbrar hasta las costas uruguayas de Colonia del Sacramento) serán otra característica distintiva. Si bien dentro del ranking de alturas edilicias ocupará el segundo lugar (quedará detrás de Alvear Tower, también en Puerto Madero), ésta tendrá la particularidad de que “habrá residencias hasta el último piso”, asegura Alejandro Ginevra, presidente y fundador de GNV Group, la desarrolladora del proyecto.
La torre -de 54.000 m² totales, con 28.000 m² vendibles- está en Julieta Lanteri 1775, esquina con la calle Lola Mora, dentro de Madero Harbour, un complejo de usos mixtos que se desarrolla en un terreno de ocho hectáreas con edificios residenciales, el emprendimiento de oficinas World Trade Center, locales, un supermercado, parking, y hasta helipuerto propio, que podrá ser utilizado también por los futuros habitantes de Harbour Tower.
En construcción está también el edificio residencial Osten, abrirán un centro comercial a cielo abierto y está en proyecto un complejo de viviendas y de hotelería de la cadena W Hotels, marca de Marriot International.
Viviendas con piel de vidrio
Diseñada por el célebre arquitecto uruguayo Carlos Ott, Harbour Tower tendrá departamentos de uno a cuatro dormitorios (algunos con dependencia), todos con balcones y ventanales de tres metros de piso a techo. Su fachada será particular: estará completamente vidriada pero se buscó que cada unidad mantenga su privacidad.
La envolvente -que define su fisonomía- ya comenzó a ser instalada; hacia marzo o abril del año próximo (cuando la etapa de hormigonado esté finalizada) habrá concluido la primera mitad.
Durante un recorrido por la obra, Ginevra describe: “Este proyecto es muy difícil de contar, de construir y de mostrar porque la particularidad que tiene es que la piel de vidrio es la que dará la forma, que es bien distinta. Por ende, cuando haya más avance, el consumidor final comenzará a decir que quiere vivir allí. Además, los layouts hay que mirarlos en detalle porque cada departamento es diferente y transmitir eso no es fácil. No hay una unidad que sea modelo”.
Las residencias más pequeñas tendrán 67 m² y las más amplias, 620 m² de superficie. Los penthouses del piso 51 y 52 serán dúplex en doble altura (de cuatro y hasta ocho metros de piso a techo en algunos sectores), además de contar con piscina privada. Todas las unidades se entregarán con mobiliario y electrodomésticos; la excepción son los interiores de placards y pisos que quedarán a elección de los futuros propietarios.
Más allá del SUM, las parrillas, gym, áreas parquizadas, cocheras, valet parking y las piscinas (cubierta y descubierta), entre los amenities especiales que tendrá se destacan el microcine high tech, el lounge para adultos, el health club, el laundry y el lavadero de autos. Además, están instalando puestos de carga para autos eléctricos.
Al abordar los cambios que la pandemia implicó para el proyecto, Ginevra cuenta que hay unidades en las que agregaron “el famoso playroom, que eran ambientes que habían dejado de usarse en los departamentos”. Son plantas grandes con “su propio espacio para compartir en familia, para ver una película, trabajar o estudiar”.
También incorporaron dentro del edificio “un área social común para que la gente pueda trabajar con su computadora o entablar relaciones con otros vecinos. No hay tantos amenities individuales, sino que se proponen lugares que sean para sociabilizar”.
Dado que el mix de unidades es variable y que todos los departamentos son diferentes, su construcción es particularmente compleja. Pero Ginevra explica que asumió el desafío porque “quería hacer algo que resaltara en Puerto Madero, ya que hay cierta homogeneidad en los edificios de la zona. Es una torre que será emblemática; se la ve desde cualquier punto de la ciudad: cambiará el horizonte urbano y, de noche, será muy interesante verla iluminada”.
La entrega de las primeras unidades está prevista para diciembre de 2024.
Cuál es el valor de vivir en Harbour Tower
A la hora de hablar de números, quienes quieran comprar deben desembolsar entre US$400.000 y US$2,5 millones. No obstante, por los penthouses -que aún no están a la venta- se estima que llegarán a pedir cerca de US$14.000 por metro cuadrado. El departamento más caro tiene 620 metros cuadrados y cuesta US$9 millones.
Si el análisis es por metro cuadrado, las unidades del piso 20, por ejemplo, comenzaron a ser comercializadas a US$3500/m² y hoy defienden precios de entre US$5000 y US$6500 por metro cuadrado. De cara a futuro, Ginevra estima que el precio estará por arriba de US$10.000/m² cuando la obra haya finalizado. “Tiene que ser el edificio más caro de la Argentina”, aspira el empresario.
Cabe aclarar que la diferencia de valores entre el último y el sexto piso (que es el primero en tener viviendas, dado que en los niveles inferiores estarán los amenities y el lobby de 14 metros de altura) es importante, porque las dimensiones, comodidades y vistas de las unidades diferirán notablemente.
Las residencias disponibles en los pisos superiores se venden por US$9500/m² porque “son departamentos únicos y grandes”. Pero, los más altos aún no están a la venta, ya que “hay que encontrarles el consumidor final que quiera comprarlos una vez que el edificio esté terminado, momento en el que el metro cuadrado tendría que estar entre US$12.000 y US$14.000. No los venderemos hasta el final para tratar de obtener una plusvalía mayor”, señala Ginevra.
De hecho, Puerto Madero es el barrio más oneroso de la región, según reveló el ranking 2022 de valores de las propiedades en barrios latinoamericanos presentado a principios de mes por Properati y Trovit, portales de venta y alquiler de inmuebles.
Por quinto año consecutivo, Puerto Madero es el más cotizado entre 20 urbes latinoamericanas, con un precio promedio de US$5921/m²; le siguen Ipanema con US$4028 (Río de Janeiro) y Vitacura a US$3570 (Santiago de Chile).
En tanto, de acuerdo a los datos del último informe del portal inmobiliario Zonaprop, Puerto Madero continuaba posicionado como el barrio con alquileres más altos en la ciudad de Buenos Aires. Allí, el precio medio en noviembre era de $166.789 por mes (departamento de dos ambientes de 50 m²), cuando el alquiler promedio de un departamento similar en la ciudad se ubica en $88.124 por mes, casi la mitad.
Un dato clave es que el emprendimiento es apto blanqueo y, según cuenta Ginevra, firmaron varias operaciones a partir de la aprobación de la prórroga 2022 de este beneficio fiscal: “La ventaja de este proyecto es que se hacen operaciones de cerca del millón de dólares. Con el blanqueo, hicimos algunas de US$890.000 y hasta US$ 970.000″.
“La gente compra y no sabe todavía si será una inversión o si luego se mudará. Son pocos los que realmente vienen a vivir. Hoy está aquel que apuesta, que arriesga y que le encantaría tener una inversión en este proyecto. Una vez que el edificio empiece a verse cómo quedará, vendrá el consumidor final -que pagará un poco más- y el inversor decidirá si lo usará para sí mismo o no”, relata Ginevra y aclara que “es prematuro” definir el potencial de rentabilidad por capitalización o renta futura que tendrán las viviendas de esta torre.
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