Las razones por las que un hombre compró todos los terrenos que rodean una ciudad de poco más de 10.000 habitantes.
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Lleva años gestándose en secreto, levantando las sospechas de vecinos y autoridades, incubando especulaciones, dando rienda suelta a teorías de la conspiración detrás de una gigantesca y millonaria operación de compra de terrenos que comenzó en 2018 en una zona agrícola del norte de California.
Allí, a medio camino entre la capital estatal Sacramento y San Francisco, en un paisaje salpicado de turbinas eólicas y postes de alta tensión, donde el ganado campa hoy a sus anchas, un poderoso grupo de empresarios de Silicon Valley quiere levantar una ciudad de cero.
Y no cualquier urbe, sino una idílica: con calles sin tráfico en las que los adultos puedan salir a correr y los niños a pasear en bicicleta, con abundantes zonas verdes y restaurantes con terrazas, rodeada de pastos, praderas, bosques y lagos en los que remar, pescar y admirar las espectaculares puestas de sol californianas. Pero también con viviendas accesibles, suficiente empleo para sus habitantes y de forma respetuosa con el medio ambiente.
¿Quiénes están detrás? ¿Y por qué tanto secreto?
Según el sitio web oficial se trata de una iniciativa de Jan Sramek.
Gracias a su pasado como operador del megagrupo de banca de inversión y de valores Goldman Sachs, Sramek logró cortejar a algunos de los pesos pesados de la industria tecnológica y financiera de Estados Unidos.
Así, hoy entre los inversores del proyecto se encuentran:
- Michael Moritz, socio de la firma Sequoia Capital, que invirtió en su día en Apple, Google, YouTube, Instagram, LinkedIn, Paypal, WhatsApp o Zoom, y administra activos por un valor de US$85.000 millones.
- Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, quien estuvo en la junta directiva que creó Paypal y se dice concertó la primera cita entre Mark Zuckerberg y Peter Thiel, con quien luego participaría en la primera fase de financiación de Facebook.
- Laurene Powell Jobs, empresaria, filántropa, viuda de Steve Jobs y administradora del fideicomiso que lleva su nombre, la mujer más rica en el sector tecnológico, según Forbes.
- John Doerr, presidente de Kleiner Perkins, la empresa de capital riesgo que cuenta con inversiones en Amazon, Google o Twitter, un empresario al que Forbes le estima un patrimonio neto de US$9.800 millones.
- Los hermanos Patrick y John Collison, fundadores de la multinacional de servicios financieros Stripe y cuya fortuna supera los US$1.000.
- Marc Andreessen, al que Forbes le calcula un patrimonio neto de más de US$1.700 millones y encabeza Andreessen Horowitz, un fondo de inversión con US$35.000 millones.
- Nat Friedman, el programador que creó Ximian, empresa proveedora de software libre para Linux, hoy es CEO de Github y también activista por el derecho a una vivienda digna.
Pero de estos nombres no se supo hasta que el medio estadounidense The New York Times destapó el asunto el pasado 25 de agosto.
Hasta entonces, lo único que se conocía era que una misteriosa empresa llamada Flannery Associates -subsidiaria de California Forever- había ido adquiriendo en el último lustro unas 20.000 hectáreas de tierra agrícola entre Fairfield y Río Vista, dos localidades del condado de Solano.
Se trata de la mitad de los terrenos de la zona.
“Llegaban con ofertas que cuadruplicaban, quintuplicaban los precios del mercado, ofertas que no se podían rechazar”, le dijo a The New York Times la alcaldesa de Fairfield, Catherine Moy.
¿Era Disney comprando terrenos para un nuevo parque temático? ¿Se estaba proyectando la construcción de un puerto de aguas profundas? ¿Representaba Flannery intereses extranjeros, en particular chinos? ¿O tendría la iniciativa que ver con la cercanía de la base Travis de la Fuerza Aérea, apodada la “puerta al Pacífico” y que registra más tráfico de carga y pasajeros que cualquier otra terminal militar de EE. UU.?
Esas y otras preguntas circularon durante años entre terratenientes, vecinos, políticos locales y autoridades federales.
“El FBI, el Departamento del Tesoro, todo el mundo ha estado tratando de averiguar quién era esta gente (detrás de Flannery Associates). Todo ese secretismo ha causado muchos problemas, (la pérdida de) un montón de tiempo y muchos gastos”, subrayó en un comunicado publicado el 30 de agosto el legislador demócrata Mike Thompson, quien representa gran parte de la zona en la Cámara de Representantes.
El grupo detrás de California Forever admite que la gigantesca operación de US$800 millones generó, “naturalmente, interés, preocupación y especulación”.
“Pero sabíamos que para construir una comunidad completa y sostenible necesitábamos reunir muchas propiedades. Y la única manera de evitar una avalancha de especulación de tierras en el corto plazo era no compartir nuestros planes específicos hasta que acabáramos de adquirirlas”, se justifica en su página web.
Al parecer no lo eludieron del todo, ya que hace unos meses los abogados de Flannery presentaron una demanda ante un tribunal de distrito, acusando a algunos propietarios de tierras de connivencia para inflar los precios.
Ahora, dice el grupo, está dispuesto a continuar adelante con un plan “bien reflexionado y consensuado”.
Entonces, ¿qué sigue ahora? ¿Y cuán factible es?
Para ello, el grupo adelantó que mantendrá conversaciones con todas las partes interesadas, desde residentes a funcionarios electos, representantes de la base aérea, de los sindicatos, el sector empresarial, el agrícola, el de la educación, la policía, etcétera.
Ya ha llevado a cabo sondeos entre 2000 habitantes del condado, asegura, y en los próximos días cada hogar de Solano recibirá una encuesta por correo.
También pretende abrir oficinas -sin fecha prevista- en Fairfield, Vallejo y Vacaville, y conformar una Junta Asesora Comunitaria de Ciudadanos, para la que ya están recibiendo nominaciones, añadió.
Para construir algo parecido a una ciudad en lo que ahora son tierras de cultivo, el grupo primero debe convencer a los votantes del condado de Solano para que aprueben una iniciativa electoral que permita usos urbanos en esos terrenos, una protección que ha estado vigente desde 1984.
Y los funcionarios locales y federales todavía tienen preguntas sobre las intenciones del grupo.
Por ello, paralelamente, representantes de California Forever ya empezaron a entrevistarse con ellos.
“Tras la reunión, queda claro que no tienen un plan; tienen una visión”, afirmó el congresista Thompson en un comunicado publicado en su página web el 30 de agosto, después de haberse juntado con Sramek y otro empresario del grupo, Andrew Costa.
John Garamendi, otro demócrata que representa parte de la zona en la Cámara de Representantes desde 2009 y que debía reunirse con los delegados del grupo en esos días, le dijo a la agencia AP que quedó consternado al saber quién respalda el proyecto.
“Ustedes, grandes millonarios de Silicon Valley, son parte de esto. ¿Este tipo de personas son? ¿Es así como operan?”, exclamó. “Lo que han logrado hacer es envenenar del todo el pozo”.
Otros, como la alcaldesa pro tempore de Suisun City, Princess Washington, ya han mostrado abiertamente sus reservas.
Washington sospecha que el verdadero propósito del grupo sea “crear una ciudad para la élite” bajo el pretexto de construir más viviendas. Y así se lo dijo a la agencia AP.
A Ronald Kott, el alcalde de Río Vista, también le llegó la invitación para una reunión.
“En nuestra ciudad la reacción ha sido mixta”, le dice a BBC Mundo, apuntando a aquellos que mantienen sus reservas y a los que lo ven como una potencial oportunidad.
Sospecha que los vecinos de más edad, los que constituyen más de la mitad de la población de Río Vista, no apreciarán la congestión y el ruido adicionales, pero cree que a otros les podría gustar la mejor atención médica, la vida nocturna y las compras que una ciudad sofisticada cercana les podría brindar.
“La cuestión es que, sea lo que sea que se construya, sean 50 casas o 500, tendrá un impacto directo y grande en Río Vista”, subraya. Y es que Flannery adquirió prácticamente todos los terrenos que rodean a esta pequeña ciudad.
Lo que más le preocupa al alcalde Kott y a sus conciudadanos, dice, es el potencial aumento del tráfico en una autopista ya saturada y el abastecimiento de agua en una zona que lidia a veces con la escasez.
“Todo eso supondrá una inversión grande en infraestructura, tal vez la ampliación de las carreteras, quizá la construcción de otro puente sobre el río Sacramento, o un acueducto nuevo, y eso es algo con lo que habrá que lidiar a nivel estatal”, argumenta.
Como habiendo tomado nota de una semana de intenso escrutinio en los medios estadounidenses, con unos cambios introducidos este martes en su página web California Forever aborda ya esas preocupaciones, apuntando que quiere ser parte de las soluciones.
Solo el tiempo dirá si la supuesta ciudad perfecta ideada por los titanes de Silicon Valley se convierte en tal.
O si, por el contrario, pasa a engrosar la lista de iniciativas que se quedaron en eso, en proyectos, como la idea que planteó en 2013 el cofundador y ex director ejecutivo de Google, Larry Page, de crear una utópica ciudad de alta tecnología y regulación mínima.
“Decir que estamos ante un camino largo, larguísimo, sea quizá quedarse corto”, concluye el alcalde Kott.