La empresa que adquirió la constructora Caputo en 2018 estrena una nueva marca y se aleja del desarrollo por un tiempo
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En un mercado inmobiliario desafiante, las empresas buscan reinventarse para adaptarse a la coyuntura argentina. TGLT, desarrolladora creada en el 2005, viró el rumbo de su business plan y anunció que por los próximos años se dedicará casi exclusivamente a la construcción. La empresa que adquirió la constructora Caputo en 2018 cambió su marca y de ahora en más será reconocida como Grupo de Construcción, Diseño e Ingeniería (GCDI).
El volantazo tiene su fundamento: por convenio, venció el plazo que le permitía a TGLT utilizar el nombre Caputo para sus servicios de construcción. Hoy la compañía que emplea a 250 personas y tiene 313.800 m² en ejecución entre proyectos residenciales e industriales como por ejemplo OM Recoleta, el emprendimiento que se construye en Santa Fe y Callao en donde funcionaba el ex cine América, también trabaja en una nueva terminal del Aeropuerto de Ezeiza, en Oceana el proyecto de Eduardo Costantini en Puerto Madero y en la torre diseñada por Zaha Hadid Architects que Portland construye en la esquina de avenida Del Libertador y Bullrich, entre otras obras.
“Creemos que es un buen momento para crecer en construcción porque entendemos que si nos ubicamos en los nichos adecuados hay posibilidades, como la industria o la vivienda”, explica las razones del cambio de rumbo, Alejandro Belio, quien asumió la dirección de la compañía en julio de 2021 y hoy es el hombre elegido para comandar la nueva etapa de la empresa.
De cara a lo que viene, Belio adelantó que este año ya obtuvo tres contratos de construcción de nuevas obras: la ampliación de las tribunas del estadio Monumental de River que una vez concluida la obra su capacidad pasará de poco más de 60.000 a 81.000 personas; también la de la planta que Mirgor -la empresa proveedora de la industria automotriz- tiene en Baradero, y la ampliación del depósito de repuestos de Toyota en Zárate. Mientras tanto, la empresa que trabaja fundamentalmente en construcción de edificios y en obra privada se encuentra presupuestando nuevas obras de logística y proyectos inmobiliarios. “El sector de oficinas lo veo con más cautela aunque habrá proyectos de usos mixtos que tendrán metros corporativos con otros formatos”, agrega el ejecutivo.
Si bien Belio aclara que hoy la decisión estratégica es correr el foco y dejar de desarrollar, por lo menos, en el período 2022-2023, continuarán los proyectos en marcha que tenía la desarrolladora como Metra Puerto Norte en Rosario, Astor San Telmo y Venice, el emprendimiento que ocupa 32 hectáreas de Tigre.
Sin embargo, no descarta una vuelta al desarrollo en un futuro. “Dependerá de que haya un cambio de paradigma en el mercado parecido a lo que ocurrió en 2015 y 2017 con las oleadas de inversiones extranjeras. Tenemos la ventaja de que somos una compañía publica, cotizamos en la bolsa y tenemos acciones ADR (American Depositary Receipt.) en Nueva York, con lo cual somos una empresa transparente que es un buen vehículo de inversión para extranjeros. Tenemos que estar atentos a si viene un cambio de ciclo que atraiga inversión extranjera para poder canalizar estas inversiones en los lugares en los que los inversores deciden estar”, finaliza el ejecutivo que este año prevé facturar $14.300 millones y que cerró el ejercicio 2021 en $8400 -valores ajustados a marzo-.
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