Una niña húngara de 12 años diseñó una minicasa con forma de avión para invitar a sus amigos a jugar y escapar de la realidad
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Hellow Wood, una firma de arquitectos húngaros especializados en la construcción de minicasas, diseñó una con forma de avión. Curvilínea y pintada de un celeste cielo, la casa situada entre las colinas del condado de Zala, en el suroeste de Hungría, parece sacada de una historieta infantil. Su encargo contiene una historia que encarna el sueño de posiblemente varios de nuestros niños interiores.
Bautizada como The Jet House, la casa fue concebida para cumplir la función de casa de juegos. La clienta que la mandó a hacer, Luzjzi, una niña de 12 años, fantaseaba con tener un hogar recóndito en el que pudiera pasar horas, mañanas, tardes y hasta noches de su vida. Un refugio en donde abstraerse de la realidad, invitar a sus amigos, hacer piyamadas y jugar a ser ciudadanos de un reino inventado.
La firma con sede en Budapest asegura que Luzjzi es la clienta más jóven con la que alguna vez trabajaron, y que por esta misma razón posiblemente sea el proyecto más divertido con el que se comprometieron. Según informan, la niña llegó a las primeras reuniones con ideas elaboradas y planos en papel.
Cómo se creó el proyecto
Según indican los arquitectos que formaron parte del desarrollo de The Jet House, el concepto era crear una casa chica y funcional, que estéticamente se pareciera más a un juguete que a un edificio. En definitiva, se habla de un proyecto cuya génesis es muy distinta a la de los desarrollos inmobiliarios típicos.
“Fue un reto y una alegría aceptar esta tarea inusual. Como arquitecto, me motiva tener la misión de diseñar una estructura que sea linda y funcional”, comparte Tamás Fülöp, arquitecto de proyecto The Jet House. “También fue un desafio incorporar elementos arquitectónicos tradicionales en una forma tan escultórica, como lo son la impermeabilización, la barrera de vapor y el aislamiento térmico”, confiesa.
El padre de Luzjzi, que acompañó todo el proceso de la obra desde el momento cero, cuenta que la niña siempre tuvo una afición por los viajes, especialmente en avión, y que de ahí viene la inspiración y el deseo de recrear este estilo de vivienda como un avión pero en tierra firme.
Caracterizada por sus ángulos arqueados y ventanas chicas y redondas, la minicasa adquiere un estilo infantil y al mismo tiempo retro. Fue creada principalmente con madera y vidrio, combinando funcionalidad con fantasía. Las alas, por ejemplo, cumplen el rol de terrazas, y en la punta de la nave aterrizada hay un corto tramo de escaleras -como las de los embarques de verdad- que colaboran a la sensación de despegue.
En la punta del avión -extremo derecho de la minicasa- hay también una ventana circular que logra iluminar todo el interior. Una vez adentro, la decoración acompaña, con asientos de aviones reales y otros elementos aéreos.
Aunque -técnicamente hablando- The Jet House no es más que una casa diminuta y simpática en el medio de las colinas húngaras, para Luzjzi, y para muchos chicos, la minicasa con forma de avión es todo un símbolo; es la materialización de las primeras fantasías, y por ende la prueba de que todo sueño es posible.
LA NACIONTemas
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