Cada vez más sentimos la necesidad de habitar lugares más despejados y funcionales, las bauleras son una alternativa donde se puede guardar desde muebles hasta solo una valija
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Fueron uno de los grandes protagonistas de la pandemia, especialmente a partir de mayo, cuando, obligados al aislamiento social y preventivo, los argentinos tuvieron que darle un giro a sus hábitos y costumbres. Con la oficina y la escuela dentro de casa, muchos se vieron ante la necesidad de optimizar espacios y despojarse de aquello que ya no resultaba útil en la nueva dinámica familiar. Y fue en ese contexto que las bauleras y espacios de guardado fueron las grandes estrellas.
“Con la pandemia por el Covid-19 básicamente cambió la forma en la que habitamos nuestro hogar. Al sumar el home office y, para aquellos que tienen hijos, la permanencia extensiva de los niños en sus casas por la educación a distancia, se hizo necesaria la reorganización de los ambientes y espacios. Como consecuencia de esta reorganización muchas cosas no tenían lugar. De ahí surge la necesidad de sumar espacio de guardado”, asegura Gabriel Brodsky, CEO de Predial. Es que, estar más tiempo en casa, repercutió en la percepción de los espacios y entonces la consigna se convirtió en habitar lugares más estéticos, despejados y funcionales.
El uso de bauleras externas es un fenómeno mundial que muestra un crecimiento importante. Muy común en los Estados Unidos –y conocido como self storage-, poco a poco, se ha ido incorporando a otros mercados. Como beneficio, el espacio de guardado externo, permite liberar metros cuadrados costosos dentro una propiedad para almacenar en otros con una incidencia más baja por m². “Con la pandemia y la necesidad de pasar muchas más horas en nuestros hogares, se evidenció la falta de lugar físico. La utilización de estos espacios de guardado fue una opción sencilla y económica para aquellos que quieren evitar tener que realizar una mudanza integral a otra propiedad”, indica Brodsky. De esta manera se recuperan espacios antes perdidos y se logran equilibrar las nuevas necesidades con los m² disponibles.
“Nosotros vimos un aumento de la demanda a partir de mayo, cuando de a poco pudimos volver a operar”, explica Livia Armani, cofundadora de Space Guru, una empresa que se define como de guardado inteligente ya que se paga por el espacio que ocupan las cosas. Sin mínimo ni máximo de metros de guardado, el espacio promedio contratado es de 3 metros cúbicos y cada metro cúbico se cotiza a $700 al mes. Por ejemplo, el costo de dejar un lavarropas es de $413 y el de una valija mediana donde se puede conservar la ropa de otra estación que no se utiliza, de $97. “Desde entonces el crecimiento fue muy grande y sostenido mes a mes. Eso generó récords de operaciones en cada cierre de ciclo, algo que, hasta el momento, nunca habíamos experimentado”.
Público diverso
Los perfiles de quienes requieren el servicio de guardado son muy diversos, amplía Armani. La media es gente joven de entre 30 y 45 años, que se mudan a una misma vivienda y tienen muebles de más. Pero también están las familias que se agrandan o se ensamblan y necesitan reacomodarse en los espacios de la casa o departamento. “Además tenemos muchos viajeros y viajeras que optan por guardar sus pertenencias con nosotros hasta que vuelvan o decidan qué hacer. Incluso hay gente mayor que se está achicando, y prefieren irse a un lugar más pequeño y guardar sus cosas. Otros tantos, por comodidad, pfrefieren no tener objetos de más dando vueltas en la casa y nos mandan cajas con libros, apuntes de la facultad, ropa de contra temporada, o de deportes de estación. Durante la pandemia vimos más gente que quería disfrutar de sus espacios con comodidad, así que este último tipo de guardado creció mucho”, sostiene.
En el sector de los alquileres, muchos inquilinos no pudieron hacer frente a una renovación de los contratos. Esto los obligó a tener que marcharse y, en muchos casos, a volver al hogar familiar, como el de los padres. “En este sentido, y con la necesidad de guardar los muebles hasta la aparición de una oportunidad de alquiler, las bauleras y espacios de guardado han visto incrementada la demanda. En este sentido, las personas que vendieron su propiedad para comprar otra pero quedaron a mitad de camino, también tuvieron la necesidad de conservar sus bienes en bauleras”, explica Miguel Di Maggio, director de la inmobiliaria Depa.
Desde el Colegio Profesional Inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires (CUCICBA), la Vicepresidenta Marta Liotto, confirma el fenómeno de crecimiento. “Observamos que el sector de espacios de guardado está viviendo un auge, que atribuimos al fuerte aumento de los valores en los alquileres de vivienda producto de la sanción de la Ley de Alquileres. Esto ha forzado a gran cantidad de jóvenes e incluso de parejas y matrimonios, a rescindir sus contratos y volver a las casas de sus padres, debiendo contratar espacios de guardado para sus objetos personales”.
Otro gran sector que se inclinó al uso de espacios de guardado externo fue el que se dedica a la venta por Internet. “Ya sea quienes dejaron de alquilar un local comercial y continuaron con su actividad vía plataformas de compra-venta digital, como aquellos que iniciaron una actividad comercial ante la debacle del mercado laboral, las bauleras se convirtieron en el espacio ideal para stockear los productos a comercializar. Sobre todo teniendo en cuenta que el costo es bastante más inferior que el alquiler de un departamento u oficina para estos mismo fines. Solo resta ver si esta tendencia se va a sostener en el tiempo”, reflexiona Di Maggio.
Por como se presenta el panorama hasta la fecha, todo indicaría que la tendencia seguirá en alza. Ariel Champanier, presidente de Remax Premium, confía en que –aunque todavía es incipiente- el rubro se transformará en un sólido negocio a futuro. Los hechos lo confirman, durante diciembre y enero se registraron muchas mudanzas. “El dicho de año nuevo, vida nueva pareciera venir acompañado de un cambio de hogar, así que recibimos muchos muebles o guardados temporales hasta que las personas decidieran dónde volver a asentarse. Y ahora, ya avanzado marzo, vuelve a repuntar el guardado de personas que están por viajar, o de aquellos que quieren ver su casa más linda y funcional. Seguramente cuando llegue el frío, la demanda vendrá de la mano de guardar tablas de surf, kayaks, ropa, piletas inflables, y las cosas que usamos durante el verano pero que en invierno ocupan mucho espacio”, concluye Armani.
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