El rascacielos, que alguna vez se utilizó para enviar tráfico de telecomunicaciones, será transformada por la empresa que convirtió la terminal TWA del aeropuerto Kennedy en un hotel
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La Catedral de San Pablo, la Torre de Londres y el London Eye son puntos de referencia importantes en la capital británica. Sin embargo, no se puede pasar la noche en ninguno de ellos. Pero hay un sitio particular de la ciudad, conocido como la Torre BT que, luego de ser vendida a un grupo estadounidense, tiene planes en marcha para convertirse en un hotel que se eleva a 177 metros sobre el suelo.
“Nos tomaremos nuestro tiempo para desarrollar cuidadosamente propuestas que respeten la rica historia de este hito de Londres y abrir el edificio para que todos lo disfruten”, dijo en un comunicado Tyler Morse, el director ejecutivo de MCR Hotels, grupo que compró la torre. El precio de venta fue de £275 millones (US$346 millones), contaron desde BT Group en un comunicado.
MCR posee varios hoteles notables, incluido el TWA Hotel, que revive y recrea la antigua terminal TWA (Trans World Flight Center de los años 60 de la aerolínea en el aeropuerto Kennedy, y el High Line Hotel en la ciudad de Nueva York, que anteriormente era un dormitorio para el Seminario Teológico General.
“Vemos muchos paralelos entre el Hotel TWA y la Torre BT”, dijo Morse. “Ambas son piezas de arquitectura innovadoras y de renombre mundial”.
La estructura, inicialmente conocida como Post Office Tower, fue construida en 1964 en el centro de Londres, justo al sur de Regent’s Park. Con una altura de 177 metros, incluida su aguja, y se convirtió en el edificio más alto de Londres, aunque fue superada en 1980 por la Torre NatWest, con 183 metros de alto. Hoy en día, el rascacielos The Shard, lidera el podio con sus 309,7 metros.
La BT Tower fue diseñado para albergar antenas de microondas para transportar el tráfico de telecomunicaciones entre Londres y el resto del país. El público también pudo visitar el primer restaurante giratorio de Gran Bretaña en la cima.
La torre fue objeto de un presunto atentado del IRA (Ejército Republicano Irlandés) en 1971, aunque nadie resultó herido. Luego, desde 1981 estuvo cerrado al público por razones de seguridad.
Los avances en la tecnología finalmente comenzaron a hacer que los elementos de la torre quedaran obsoletos. En 2011, se retiraron los platos de microondas en la parte superior, una figura distintiva del aspecto de la torre.
“Varias de las operaciones de red que tradicionalmente se realizaban desde BT Tower ahora se llevan a cabo a través de las redes fijas y móviles de BT Group”, se puede leer en el comunicado.
“BT Group tardará varios años en desalojar las instalaciones, debido a la escala y la complejidad del trabajo para trasladar el equipo técnico, y habrá mucho tiempo para el desarrollo del diseño y el compromiso con las comunidades locales antes de que se revelen las propuestas y se pueda reservar una habitación”, explican desde el grupo inversor.
Aunque la torre era inmediatamente reconocible tanto para los londinenses como para los visitantes frecuentes, no era necesariamente una de las favoritas de muchos. Fue citado como uno de los “edificios más odiados” del mundo junto con la Tour Montparnasse en París y el Empire State Plaza en Albany, Nueva York, en un artículo de la revista T de 2015.
Pero la arquitecta Amanda Levete lo defendió al decir que “fue el primer edificio con una plataforma de observación; esa forma de relacionarse con la ciudad fue en realidad iniciada por la torre. Tenía un restaurante que no era especialmente caro. Los rascacielos de hoy sirven para explotar el horizonte para beneficio privado. Tiene mucho significado en un cilindro elegante y delgado”, concluye.
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