Convirtió en realidad el sueño de la infancia y construyó una tiny house que toma inspiración de la nave de aterrizaje lunar del Apollo 11
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En un tranquilo rincón de Beverly, Washington, a orillas del río Columbia, se encuentra una creación arquitectónica que cautiva la atención de todo el mundo. Kurt Hughes, un estadounidense que se dedica a diseñar catamaranes, llevó su ingenio más allá del agua para dar vida a un proyecto sin igual: una vivienda que rinde homenaje al icónico Apollo Lunar Lander, el módulo de aterrizaje lunar que marcó un hito en la historia de la exploración espacial.
Desde que estaba en el colegio secundario, Hughes ya estaba mirando hacia las estrellas. Construyó un telescopio que, en su momento, fue uno de los más grandes en todo el estado. Años después, se aventuró en la realización de un sueño único: construir su propia nave espacial. Sin embargo, esta nave no se encuentra en el espacio, sino en la pintoresca orilla del río Columbia y funciona como una tiny house.
A primera vista, la Lunar Lander Dwelling House parece un fragmento del pasado de la NASA anclado en medio de la naturaleza. Su forma evoca el módulo que llevó a los astronautas a la luna en el Apollo 11.
Hughes llevó su experiencia en el diseño de catamaranes y su pasión por la innovación hacia un nuevo horizonte, combinando la estética futurista del espacio con la practicidad de una vida en miniatura. Su visión no se limita a lo visual; cada detalle de la Lunar Lander Dwelling House fue cuidadosamente pensado para maximizar el espacio, la funcionalidad y la resistencia.
La casa cuenta con cocina, baño y salón comedor. La claraboya superior permite la entrada de mucha luz. En esta ocasión, al dormitorio se tiene que bajar por unas escaleras donde pueden dormir dos personas. En la parte superior cuenta con una terraza.
El proceso creativo de Hughes refleja su enfoque minucioso. Comenzó con la construcción de un modelo en 3D, a partir del cual cortó y ensambló las piezas, aplicando técnicas de construcción navales. El resultado es una estructura que resiste los desafíos climáticos y estructurales, característica clave en la creación de casas pequeñas.
Cada rincón de la vivienda es un testimonio de su experiencia: desde la ventana circular que recuerda al Capitán Nemo hasta el baño diseñado con ingenio, cada detalle es un tributo a su habilidad para fusionar la estética espacial con la comodidad terrenal.
Durante la construcción, Hughes se comprometió con la eficiencia energética y los materiales ligeros, utilizando asientos de espuma epoxi que ahorran peso y el uso creativo de esta para revestir superficies, eliminando la necesidad de salpicaderos.
En definitiva, la Lunar Lander Dwelling House es un puente entre la inspiración del espacio exterior y las necesidades de la vida moderna, una obra maestra que ilustra la habilidad de un diseñador para trascender los límites de la creatividad y la ingeniería en la búsqueda de un hogar único y eficiente
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