La propiedad fue inaugurada el 18 de octubre de 1950 y es una combinación peculiar: dos edificios conectados, uno de ellos ya existente como depósito industrial y el otro recién construido pegado a él
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Recientemente, el imponente edificio de la Confederación General del Trabajo (CGT), ubicado en la calle Azopardo 802, en el histórico barrio de San Telmo y a metros de Puerto Madero, fue incluido en una lista de la UNESCO junto a otras destacadas sedes sindicales de Australia y Dinamarca. El resultado: existe una expectativa palpable de que este emblemático lugar se consagre oficialmente como Patrimonio Mundial de los Trabajadores.
La noticia fue anunciada mediante un comunicado difundido por la CGT, a través de su cosecretario Héctor Daer, quien compartió la novedad en sus redes sociales. En el comunicado, la CGT destaca la importancia de este edificio, inaugurado el 18 de octubre de 1950 por el entonces presidente Juan Domingo Perón, como un espacio referente para el movimiento obrero argentino y escenario de acontecimientos trascendentales en la historia del país.
Este icónico edificio, donado por María Eva Duarte de Perón a través de la Fundación de Ayuda Social Eva Perón, fue diseñado por el arquitecto Jorge Sabaté, quien también ocupó el cargo de Intendente de la ciudad de Buenos Aires entre 1952 y 1954. Su arquitectura racionalista, con una cuidada implantación en esquina y un juego de volúmenes de prismas puros, lo distingue como una joya patrimonial.
El edificio alberga varios espacios significativos, como el Salón Felipe Vallese en el primer piso, un Museo dedicado a Eva Perón en el segundo, una biblioteca en el tercer nivel y el Salón de Reuniones del Consejo Directivo en el cuarto. A lo largo de los años, la sede en Azopardo fue testigo del poder sindical y vivió momentos de tensiones internas, intervenciones militares, robos y disputas políticas.
La arquitectura de esta construcción, asociada a la época peronista, sigue un estilo racionalista con toques art déco, aunque un poco más tardío. En realidad, es una combinación peculiar: dos edificios conectados, uno de ellos ya existente como depósito industrial y el otro recién construido pegado a él.
Héctor Daer expresó en sus redes sociales que “la lucha por los derechos de los trabajadores en Argentina se fortalece en el icónico edificio de la CGT en Azopardo” y que la consideración de la UNESCO es “un motivo de orgullo para nuestro país”.
La propuesta de la UNESCO, denominada Workers’ Assembly Halls (Salones de Asambleas de Trabajadores), busca reconocer el desarrollo del movimiento obrero y su valor democrático a nivel mundial.
Es relevante recordar que el edificio de la CGT ostenta el título de Patrimonio Histórico de la República Argentina desde el 12 de septiembre de 2007, a través de un decreto firmado por el entonces presidente Néstor Kirchner.
El boom inmobiliario a metros del edificio de la CGT
Este edificio de arquitectura racionalista, ubicado a pocas cuadras de la modernidad de Puerto Madero, establece un marcado contraste entre la historia arraigada en la sede sindical y el dinamismo contemporáneo del próspero barrio portuario. En este contexto, a pocas cuadras existe una microzona donde la construcción experimenta un auge notable, reflejado en picos de ventas.
Este fenómeno se da a pocos metros de la CGT, sobre la avenida Huergo, y tiene su explicación en que fue un área de la ciudad beneficiada por el desarrollo del Paseo del Bajo en el que se construyen los dos emprendimientos emblemáticos que más departamentos vendieron en un escenario recesivo.
Entre ellos se destaca Quartier Del Bajo, situado en el límite de San Telmo con Puerto Madero, que logró vender sus primeras 132 unidades en tan solo dos semanas hace dos años atrás. A unos metros se encuentra Huergo 475, un emprendimiento de Consultatio y Criba, que junto con el de Quartier del Bajo de Argencons, suman más de US$200 millones en inversiones.
La zona pasó de ser un área de camiones, tránsito pesado y muros de containers a convertirse en uno de los rincones más codiciados de la ciudad de Buenos Aires por los desarrolladores inmobiliarios. A partir de obras de infraestructura como el metrobús, y la renovación del Parque del Bajo -que demandaron más de US$650 millones- surgió este nuevo polo en la cabecera sur del recorrido que apunta a atraer nuevos residentes y turistas. Además, promete ser una inversión atractiva para destinar al alquiler temporario con rentas que podrían superar el 5 por ciento anual en dólares.
“El cambio de zona es un hecho que está sucediendo en Huergo, que empezó a generarse con el Paseo del Bajo y que fue sumando proyectos importantes, primero con Quartier Madero Urbano, y ahora con la torre de Consultatio y las dos de Quartier del Bajo que ofrecen casi 2000 unidades nuevas”, detalla Carlos Spina, socio de Argencons. “Cuando empezamos nuestro primer Quartier en la zona-un emprendimiento ubicado en Azopardo e Independencia, la vista era un muro de containers y camiones. Hoy con el Paseo del Bajo, el paisaje es completamente distinto, con los diques y el río a la vista”, indica Spina y señala que tiene 270.000 metros cuadrados en ejecución, una cifra récord en la historia de la desarrolladora.
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