La falta de espacio y la necesidad de disfrutar de más metros cuadrados incentiva la creatividad entre los desarrolladores inmobiliarios
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La vida moderna demanda flexibilidad y el mundo inmobiliario no es la excepción. En el último tiempo, muchos desarrollos incluyen espacios adicionales, monoambientes o pequeñas unidades ubicadas generalmente en planta baja, que se pueden “anexar” a la propiedad. ¿Cómo funciona esta tendencia?, ¿qué alternativas existen?
Los cambios sociales inciden, sin dudas, en las formas de habitar. Así, por ejemplo, las formas de trabajo virtuales o híbridas, cada vez más frecuentes, exigen un espacio adicional en la casa, que a su vez tiene un tiempo de vida útil, y no siempre es igual de acuerdo a la rutina familiar de cada día.
Además, durante la pandemia muchos eligieron mudarse a zonas más alejadas y hoy requieren alojamiento cuando vienen de visita. Como si todos estos cambios no fueran suficientes, la vida misma también plantea diversas etapas a las que una casa debe responder: los hijos pueden pasar de necesitar una niñera full time que duerma en casa cuando son muy pequeños, a ser ellos mismos, cuando crezcan, quienes piden un lugar donde ensayar con su banda adolescente o reunirse con amigos.
El arquitecto Diego Rybka, socio y director comercial del grupo Uno en Uno, cuenta que las charlas con los clientes siempre son fundamentales, ya que ahí encuentran un termómetro de las necesidades que surgen. Así fue como se animó a incluir espacios y amenities diferentes.
En 2019, el grupo comenzó a construir Depart, un edificio ubicado en Colegiales que cuenta entre sus amenities con una guest room, una habitación como de hotel que se puede alquilar entre los propietarios del edificio, según las necesidades de cada uno.
El desarrollador señala que se trata de un amenity muy valorado. “La idea de poder disponer de un espacio donde recibir, por ejemplo, a familiares que vienen por una noche, o que después de la pandemia se mudaron al interior y llegan de visita por unos días, es algo muy preciado por quienes se acercan a informarse y comprar una unidad en el edificio. En mi experiencia, este fue uno de los amenities que más llamó la atención entre la gente y tuvo un impacto más positivo”, comenta, y dice que en el caso de ese proyecto, la habitación se puede alquilar entre los dueños de los departamentos, quienes luego abonan en expensas el tiempo utilizado. Así como se reserva y hace uso de un SUM para eventos también se hace uso de esta habitación para que alguien se queden a dormir en el edificio.
La Alvear Tower, el edificio más alto del país, construido en 2019, también se suma a la tendencia de espacios adicionales fuera de los departamentos y cuenta con ocho monoambientes con baño y kitchenette ubicados en la planta baja. Andrés Kalwill, director de Nuevos Desarrollos del Grupo Alvear, cuenta que los mismos pueden ser comprados por los dueños de los departamentos del edificio, ya sea como dependencias de servicio, o como espacios de trabajo o estudios fuera de casa.
“Vemos que hay una tendencia importante en los últimos años a no tener personal de servicio viviendo adentro de los departamentos. Esto es algo que pasa fundamentalmente en las generaciones jóvenes. De ahí nos surgió la idea. En los edificios de los años 20, 30 y 40 era muy común tener un piso de los edificios con dependencias externas, y un poco la idea fue recuperar eso. También algunos de los que compraron estas unidades lo hicieron pensando en tener un espacio de trabajo, pero no dentro de su departamento”, dice Kalwill, quien aclara que este espacio adicional no tiene nada que ver con la tipología, si no con que, independientemente de tener un dos ambientes o un cuatro ambientes, se pueda contar con un espacio adicional, pero por fuera del departamento.
Daniel Salaya Romera, dueño de la inmobiliaria que lleva su nombre, señala que en los últimos años, las unidades complementarias, que en otro tiempo podían ser bauleras, por ejemplo, hoy van cambiando sus características y se adaptan a los nuevos tiempos de acuerdo a las tendencias y necesidades. Así, muchos edificios comienzan a sumar entre cuatro, cinco o seis dependencias o unidades complementarias de uso transitorio que pueden ser compradas únicamente por los propietarios del edificio. “Es un amenity muy buscado y encuentra distintos usos. Algunos los usan como dependencia, pero otros lo destinan para trabajar sin el ruido de casa, como estudio artístico, o espacio donde desarrollar un hobby”, dice, al tiempo que señala que estas unidades suelen venderse rápidamente. ¿Se trata del amenity estrella del futuro?
Los amenities más originales
El mundo de los amenities crece en creatividad, y las opciones se vuelven cada vez más interesantes y adaptadas a todos los gustos. Un lavadero de mascotas, una sala de ensayo para bandas, un simulador de golf, plaza de juegos al aire libre para niños o un espacio donde cada departamento cuente con una cava de vinos son algunos de los amenities que se pueden encontrar en la Alvear Tower.
Para Andrés Kalwill, se trata de usar la fantasía, dejar volar la imaginación y crear pensando en el leit motiv del edificio en sus orígenes: ser un hogar, pero con todas las comodidades y servicios de un hotel de la mejor categoría. “Creamos pensando en la gente que vive en un departamento y quiere darse todos los gustos”, dice.
Un amenity ”out of the box” se refiere a un amenity inusual, innovador. Es algo que va más allá de las expectativas convencionales y ofrece un valor adicional o una experiencia única para los clientes.
“Pensando en las nuevas formas de vida y de habitar los espacios, decidimos incluir estos amenities para ofrecer una experiencia que va más allá de lo convencional. Siempre buscamos terrenos y zonificaciones que nos permitan diseñar este tipo de amenities que dan valor al proyecto. Además, priorizamos la innovación y estar al corriente de las necesidades que se van generando en cuanto a las nuevas formas de habitar”, dice Rybka y explica que si bien los amenities tradicionales como piscinas, gimnasios y áreas de recreación al aire libre siguen siendo populares y valorados, hay una creciente necesidad de originalidad y singularidad para destacarse en un mercado cada vez más competitivo.
Sin ir más lejos, en el proyecto Yardvert en Núñez, Ribka incluyó una kids zone que fue diseñada luego de estudiar las tendencias en crianza. Allí, las familias que se vuelcan en la primera infancia a la modalidad de jardín rodante puedan hacerlo invitando a familias amigas a sumarse. Otro de los amenities con los que innovó el desarrollador fue un guest room, también hay una professional kitchen que incluye una mesa de trabajo, multi-hornallas, equipamiento y tres hornos para que los propietarios puedan lucirse preparando en un ambiente profesional un almuerzo o cena para sus invitados, o contratar para estos momentos a un chef. “El espacio también servirá para poder tomar clases particulares o grupales de cocina”, concluye Rybka.
Entre los amenities atípicos, destaca también, en Mar del Plata, el proyecto Arenas VI, que incluye una galería de arte en el basamento del edificio, en la planta baja y el primer piso. Néstor Ruiz, director de Grupo Dinal, cuenta que se trata de un espacio con entrada independiente al área de recepción y está abierto tanto para los propietarios del edificio como para el público en general. Allí se exhiben obras de arte contemporáneo y se realizan exposiciones temporales, charlas y conferencias relacionadas con el arte.
“La inclusión de este tipo de amenity aporta un valor agregado al proyecto, diferenciándolo de otros desarrollos inmobiliarios. Además de satisfacer las necesidades culturales de los residentes, contribuye a la valorización del edificio y del entorno urbano, generando un sentido de comunidad y pertenencia entre los habitantes y visitantes. También ofrece la posibilidad de revitalizar y poner en valor espacios culturales importantes para la ciudad”, explica el desarrollador, quien señala que si bien la inclusión de este tipo de amenity puede implicar costos adicionales en términos de diseño, construcción y mantenimiento, los beneficios potenciales son significativos, ya que pueden aumentar el atractivo y el valor del proyecto, lo que puede traducirse en mayores ventas y rentabilidad a largo plazo.
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