Catalogado como Área de Protección Histórica, la zona más exclusiva de Buenos Aires apunta a generar nuevos proyectos sin perder su identidad
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Se trata de uno de los pocos rincones de Buenos Aires protegidos de las torres y los mega edificios. Con una arquitectura de lujo, que combina construcciones de estilo inglés, francés y art déco, Barrio Parque es un oasis de tranquilidad y seguridad, con calles curvas, casas con jardines y terrazas y una frondosa arboleda, en el corazón de la ciudad de Buenos Aires.
Hogar de artistas, celebridades, deportistas y figuras del mundo político y empresarial, esta joya porteña diseñada por Carlos Thays en 1911 está compuesta en su mayoría por casas familiares, junto a unos pocos edificios de baja altura y entidades diplomáticas como las Embajadas de Canadá, Suiza, Indonesia, España, Bélgica, Portugal y Grecia, entre otras.
En el mercado inmobiliario, el barrio aparece dividido en dos zonas: en la primera se encuentra Barrio Parque -entre Figueroa Alcorta, Juez Tedin, Salguero y Tagle- y la segunda, Grand Bourg -es el área que rodea al Instituto Nacional Sanmartiniano por las calles Aguado y Rufino de Elizalde, junto a Ortiz de Ocampo y un tramo de Castex y Coronel Díaz.
El barrio está catalogado como Área de Protección Histórica y para poder construir hay requisitos y códigos tan estrictos que es casi uno de los pocos sitios de la Ciudad en donde no hay lugar para las excepciones. “Las casas en general no están protegidas, es el barrio. Pero hay un respeto por la identidad que hace que la mayoría de las personas que compra una casa en esa zona respete la fachada original y realice el reciclaje interno”, cuenta Tomás Montoreano, director de Evoluer Real Estate, firma que conducecon Ignacio Camps.
Al tratarse de una zona protegida, se trata de un barrio “libre de torres”. Lo más cercano a un edificio de altura son las Torres Le Parc.
En el exclusivo rincón porteño prácticamente no hay terrenos donde construir. Es por eso que, en los últimos 20 años, no hubo ni un solo desarrollo.
El valor de venta del m², que cuando nació 110 años atrás estaba entre los más bajos del mercado, hoy es de U$S5000/m². “El precio es tan alto que no da mucho lugar a las construcciones. Además, hay escasez de terreno, por eso, si se vende una casa muy vieja no te da el número para hacer un negocio. Está pensado para el usuario final y no para el desarrollador”, indica Montoreano.
Dentro de las atracciones de Barrio Parque, se destacan el Malba sobre Figueroa Alcorta y el Fondo Nacional de las Artes sobre Rufino de Elizalde, como las actividades culturales más importantes de la zona.
Por otra parte, si bien sus accesos y cercanía a restaurantes y bares es privilegiado, la riqueza del barrio radica en que es se trata de un ambiente puramente residencial sin comercios.
Recorrer los rincones del barrio es su principal atractivo. La cuadra Ombú, con su forma redonda, es considerada el corazón del barrio, cada casa es una pieza de valor arquitectónico único, enmarcada por altos árboles, calles de empedrados y jardines de ensueño. De ella nacen Obarrio, Dardo Rocha, Miguel Cané, Martin Coronado, Eduardo Costa, y Sivori, todas cuadras cortas y tranquilas. Ramón Castilla, Mora Fernández, Sevilla son otras de las pocas cuadras que conforman el barrio, rodeadas de vegetación y árboles de distintas variedades.
Tres desarrollos que buscan converger con el barrio
En la década del 90 se construyó el último gran desarrollo en Barrio Parque, que fue el Palacio Alcorta. Sin embargo, en el último tiempo distintos proyectos buscan converger con las tradicionales propiedades y aportarle una arista moderna al tradicional barrio porteño.
“Barrio Parque vive un momento de reconversión a partir de un recambio generacional de los vecinos. Muchos jóvenes que se han mudado de la casa familiar, y quedan los padres que venden sus propiedades que son recicladas por nuevas generaciones”, indica Montoreano y agrega: “Nació como un barrio de casas y así se preservó por un código que lo respetó”.
Aquí entran los nuevos desarrollos como parte de esta renovación del público que busca instalarse en la tranquilidad de este rincón. Los proyectos son: el Line Ocampo, el proyecto de la calle Martín Coronado al 3300 y el de la calle Juez Tedín.
“Lo interesante de los tres desarrollos es que todos apuntan a integrarse con el barrio, respetando la esencia residencial del mismo. Cuentan con terrazas y jardines propios. Esos espacios verdes libres que respetan la identidad de Barrio Parque”, añade.
Line Ocampo. Se ubica en un terreno conocido por los históricos del barrio como “el campito” o el Club Béccar Varela, para los vecinos. Cuenta con 117 unidades con terrazas y jardines y es el más heterogéneo. Bautizado como “un sistema de casas en altura”.
La obra tiene 200 metros lineales de frente, se inició en 2020 y demandará una inversión total de US$120 millones. Ya tiene vendidas el 45% de sus 117 unidades. “El proyecto es híper premium y está ubicado en uno de los lugares más privilegiados de la ciudad. Tiene una fisonomía de departamentos con alma de casa. Es una forma de vivir en propiedad horizontal, pero con mucha más seguridad y en menos metros cuadrados”, cuenta a LA NACION Gabriela Goldszer, directora de Ocampo Propiedades, una de las empresas inmobiliarias porteñas más importantes y la que comercializa el proyecto. “Se eligió ese barrio por lo que significa, porque es uno de los lugares más privilegiados de la ciudad y donde no quedan terrenos que te den la posibilidad de experimentar vivir al estilo country pero en el corazón de un barrio porteño”, enfatiza la broker inmobiliaria.
Con una superficie total de 50.000 m², el edificio ofrecerá viviendas de entre 180 y 750 m². De las 117 unidades, cuatro son casas que cuentan con jardín y pileta y seis son PHs con terraza y piscina.
Los precios arrancan en US$800.000 por los inmuebles más pequeños y ascienden a US$2 millones por los más grandes.
Martin Coronado 3300. Está emplazado sobre un terreno detrás del museo Malba, que había sido comprado inicialmente por el Banco Santander para hacer un edificio de oficinas con una altura que excedía la permitida por el código. La comisión vecinal y representantes del museo presentaron sus quejas y el proyecto caducó. Al tiempo, la entidad bancaria vendió el terreno.
Ubicada frente a la Plaza Perú y en diagonal al museo, este un complejo de residencias de unos 250 m² cada una, que está a cargo del estudio BMA y Obras y Sistemas. Desarrollado por Creaurban, el proyecto ocupa 20.000 m² en total y tendrá 29 unidades, con amenities y terrazas con jardín y pileta.
Juez Tedín. Por último, este proyecto también está diseñado por estudio BMA. Se trata de un desarrollo totalmente distinto y muy exclusivo. Cuenta con sólo seis unidades de entre 200 y 250 m².
Las dos unidades en planta baja cuentan con jardines de 188 m² y las superiores con terrazas y sus piletas. Cada unidad tiene sus amenities. “Se trata de unidades muy funcionales, con dobles alturas y lindas vistas”, dice Montoreano.
Desde Evoluer, que comercializan algunas unidades, indican que las unidades de planta baja tienen un valor de US$2.700.000; las del segundo nivel -de 205 m² con un balcón /terraza- tienen un precio de U$S 1.300.000; por último, las del 3er nivel son de 275 m² y cuestan U$S 2.500.000. “Un vecino que tiene una casa que le quedó grande, pero se quiere quedar en el barrio ahora tiene estas opciones, más funcionales y con más comodidades”, explica el titular y añade que el proyecto aún se encuentra en una etapa en que la unidad “se puede armar a medida”.
“Las vistas son increíbles. De frente apuntan a donde termina la calle Mora Fernández con lo cual no miras al vecino sino a los árboles con casa antiguas”, finaliza.
Casas en venta
Hay un mercado con menos recambio pero que de la mano del generaciones más jóvenes encuentra más movimiento, que es el de la venta de casas. Montoreano -que es vecino histórico de la zona-, cuenta que hay una nueva generación de vecinos de entre 30 y 40 años que reciclan las viviendas, pero manteniendo la esencia de la arquitectura. “Hay un valor por lo histórico que hace que mantengan la fachada, o los materiales originales como los pisos de roble y la altura de los techos. Las casas más buscadas y más cotizadas son las que tienen jardines”, dice.
A la venta se pueden encontrar casonas de 410 m² como una ubicada en la calle Ortiz de Ocampo por un valor de US$1.800.000. Son propiedades a reciclar, y su valor depende del terreno en el que está construida, por el fondo libre y la calidad y el estado de la vivienda.
También hay casas sin jardín que han desplegado impactantes espacios verdes en sus terrazas. “El mercado de casas funciona, se vende lento porque son tickets altos”, afirma Montoreano.
Por último, el mercado del alquiler apunta a un target muy chico. “Generalmente los inquilinos son funcionarios de embajadas o expatriados de multinacionales que buscan seguridad y tranquilidad dentro de la ciudad de Buenos Aires”, concluye el broker.
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