La luz natural es de lo más valorado en una propiedad, cómo hacer para no perderla y potenciarla
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Tener un hogar con luz natural es una de cuestiones más valoradas al comprar o adquirir una vivienda. Más allá de la iluminación exterior, hay trucos para lograr ambientes más luminosos y, también, una serie de errores comunes que inquilinos y propietario cometen que generan el efecto contrario.
A continuación, seis tips de decoración para evitar ambientes lúgubres y dar luminosidad al hogar sin entrar en grandes obras y con presupuesto low cost
1. Lámparas que aportan poca luz
En viviendas que no cuentan con mucha luz natural, la iluminación artificial es fundamental para compensar los ambientes oscuros. Muchas veces se opta por una sola lámpara central que no llega a iluminar todas las áreas del ambiente. Por eso, una buena forma de lograr abarcar todo la habitación es añadir otros puntos de luz secundarios. Apliques, lámparas de pie e incluso guirnaldas que además de contribuir a iluminar la habitación, añaden calidez.
Otro de los errores más frecuentes es elegir pantallas con colores oscuros u opacos y bombitas de baja intensidad. Lo ideal es recurrir a pantallas traslúcidas en colores neutros o claros que dejen pasar la luz de y no limiten su alcance.
2. Telas oscuras
La importancia de elegir colores claros en los colores aplica también a los elementos textiles como alfombras, acolchados, almohadones o cubre sillones. Eso no significa que si tenemos una estancia con poca luz natural debamos restringir el uso de cualquier color y limitarnos al blanco. Pero sí debemos escoger como principal el blanco o uno de la gama de los crudos o «beige» y tan solo añadir algunos colores de nuestra preferencia o estampados en elementos concretos para alegrar la estancia y darle personalidad.
Así, para iluminar un ambiente son preferibles las alfombras claras y lisas sin estampados (o con estampados neutros muy sutiles), los acolchados en tonos claros combinados con otros que aporten color, las fundas de edredón y mantas en tonos luminosos, así como los sillones y sofás con tapicerías claras.
3. Cortinas de colores opacos y mal colocadas
Dentro de los textiles, uno de los elementos más importantes en cuanto a la iluminación de cualquier habitación en una casa son las cortinas. En este sentido, frecuentemente nos dejamos llevar por colores, estampados y tejidos que, si bien resultan atractivos o encajan en el estilo decorativo, a menudo entorpecen el paso de luz natural. Nos referimos a cortinas con colores oscuros, tejidos opacos, texturas gruesas como el terciopelo o estampados recargados que tienden a oscurecer las estancias.
Asimismo, la combinación de varias cortinas superpuestas de diferentes colores y estampados con fines decorativos puede mermar de forma considerable la iluminación de una casa.
En su lugar, es mejor optar por combinaciones sencillas, a base de cortinas con tejidos traslúcidos y colores claros, dejando los estampados para otros elementos decorativos del hogar como cojines, mantas o cuadros. Si es necesario unos simples visillos pueden servirnos para dar intimidad desde el exterior sin restar luz natural.
4. La elección de los muebles
Una mala elección de los muebles también puede jugar en nuestra contra cuando se trata de potenciar la luz natural de una estancia. Así, los mueble oscuros, voluminosos y de gran altura tienden a restar luminosidad en el hogar. En su lugar, lo mejor es optar por muebles claros en tonalidades como el blanco (lacados) o en maderas naturales luminosas para dar luz a las estancias.
Solo si contamos con una casa amplia y sobradamente iluminada podemos hacer uso de esa gran cómoda antigua o ese aparador que nos enamoró en el anticuario.
5. Pisos oscuros
Elegir un suelo de tonalidad clara aumentará la luminosidad de la casa de manera automática. Tanto si se trata de suelos naturales, de piedra o madera, como de versiones sintéticas, es importante tener este detalle en cuenta, sobre todo si nos referimos a hogares con poca luz natural.
6. Paredes atiborradas de cuadros
A veces las paredes saturadas de elementos potencian la oscuridad al dejar poca zona blanca y de visión despejada en la pared. Si bien no es necesario prescindir de los cuadros, lo importante es que el ojo perciba una mayor proporción de pared libre que de elementos colgados. Un buen recurso es añadir algún espejo para aportar luminosidad a los espacios (en lugar de un cuadro) .
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