En 2020 el universo de la decoración tiene mucho para revelarnos. La asombrosa predilección a hacer las mismas elecciones, globalmente, en momentos de miedo e incertidumbre, se ven reflejadas, por ejemplo, en el universo de los colores. El lenguaje cromático muestra ciertas búsquedas y aspiraciones colectivas. Podemos acceder a ellas observando los ranking de ventas de los fabricantes y distribuidores de pintura más grandes del mundo.
Uno de los fabricantes premium más importantes de la industria, la empresa irlandesa Curator, declaró al sitio web especializado Architectural Digest, que durante los primeros siete meses de la crisis sanitaria, los tres tonos neutros más populares aumentaron un 58% en comparación a los meses anteriores. El aumento de ventas en colores típicos no sorprendió a la marca, que entendió inmediatamente la urgencia y la necesidad de las personas de darle una “refrescada” a sus hogares. Sin embargo, el repentino éxito de tonos rosas, púrpuras y verdes sí fueron curiosamente observados por los analistas de tendencias, especialmente por la escala que adquirieron en el balance final de ventas. Durante el primer semestre de pandemia, las ventas mundiales del rosa aumentaron un 83%, mientras el encargo de color lavanda aumentó un 100%. Los tres verdes más populares se dispararon en un 60%.
La empresa norteamericana Clare también encontró un aumento significativo en la demanda de tonos rosas pero sumó a las observaciones el amarillo. Según declararon los representantes de la marca, no se trata de cualquier amarillo sino del “Hora dorada”, un tono intenso, un amarillo dorado que se disparó en 87%. La interpretación, para ellos, es clara: buscamos sumar iluminación y calidez a nuestra vida. Aún así, se puede ir un poco más lejos: como a su lista de bestsellers del año le suman también los celestes y azules, el deseo inconsciente que podría estar moviendo nuestras decisiones hacia los rosas, amarillos y celestes podría contener cierta poesía y resumirse en “un nuevo amanecer”. Mientras tanto, la norteamericana Paintzen declaró que el “blanco delicado”, un blanco muy puro, fue el color más utilizado tanto antes como durante la pandemia. Sin embargo, también detalló que tanto es así que la marca declaró al tono “porcelana china” como el color del año 2020. A la hora de armar nuestros paisajes mentales, resulta interesante contemplar las tendencias observadas en otras industrias como las de pisos y alfombras que vieron en los tonos grises roca sus ventas más fuertes este año.
A nivel local, Alba pronostica que el color “Piedra Esculpida” será el tono 2021, por tratarse de un transmisor de imágenes naturales y seguras, como las cuevas, el refugio primario del ser humano. De acuerdo a la marca, este tono, que deja brillar a otros, inspira estabilidad, crecimiento y potencial, y estimula el coraje que tanto necesitamos para seguir transitando la incertidumbre. Los azules, verdes y marrones, que evocan la riqueza de la naturaleza también llegaron para quedarse junto a los jardines imaginarios de rosas y lavandas.
Por su parte, Colorín ya tiene sus tendencias 2021 con una propuesta vinculada a los sentidos, que son tan cambiantes como las emociones, las vivencias, las personas, la vida misma. “Este año se vivió mucho más esta gran diversidad y nos dio la oportunidad de sentir que nuestros espacios tienen que estar en contaste movimiento tal como estamos nosotros como personas”, cuenta Verónica Bartolini, jefa de Markerting y Comunicación. En la carta se presentan cuatro categorías: Fun, con una paleta de rosados, violetas y azules; Alive, con verdes, cemento y azul oscuro; Pwr, como siglas de Power, con una paleta de verde, rojo, naranja y amarillo intensos; y Chill, con beiges, marrones y grises. Para la marca, los colores estrella del 2021 serán las gamas de verdes, rojos, violetas y el gris.
De acuerdo a los analistas, la tendencia internacional ya no consiste en ir hacia lo neutro, como otros años, en los que el estrés nos llevaba a desear prescindir de información visual en nuestros refugios. Se trata, más bien, de un deseo profundo y colectivo de volver hacia la naturaleza, esta vez, todo indica, para quedarse un largo rato.