Diego Rybka es un arquitecto que junto a sus socios cree que la clave está en crear experiencias, las razones
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“Construimos sueños, no metros”, afirma Diego Rybka, arquitecto y Socio Director de Comercial e Imagen de Grupo Uno en Uno, la firma cuenta con ocho emprendimientos en su cartera y este año llevará su modelo de negocio a Estados Unidos. Según cuenta a LA NACION, su vínculo con la construcción es de larga data. Su papá se dedicaba al rubro, por lo que creció en ese mundo. “Él no quería innovar, porque estaba cómodo y lo que hacía le funcionaba. A mí en cambio me picaba algo internamente. Me sentía joven y quería hacer cosas nuevas, lindas y distintas”, asegura.
Así, junto a otros socios, empezaron un proyecto que él define como “soñador desde el inicio”. El Grupo Uno en Uno nació en 2009. “Éramos chicos, había un boom de construcción y sabíamos que teníamos que competir con gente que ya hacía las cosas bien en un contexto de sobrestock”, explica. “El objetivo siempre fue generar una empresa que haga proyectos disruptivos , no pensar en el negocio sino en la gente”, define. Los dos primeros emprendimientos que realizaron fueron los edificios Bauness 1273 y Bonus del Bosque, a una cuadra de los bosques de Palermo. Después, llegó el primer gran desafío, desembarcar en un barrio que prometía el Do-ho , la zona ubicada al lado de Belgrano R .
“Dejé de sentirme solo arquitecto y empecé a tomar otro lugar, a partir de pensar cada cosa en función de las experiencias”, recuerda Rybka.
Proyectos con foco en la experiencia
Con una pisada fuerte en el mercado, el siguiente desafío fue Casa Ho, un proyecto residencial y comercial emplazado en una esquina del corredor Donado-Holmberg. Tiene departamentos que van desde un ambiente hasta cinco, con terrazas propias equipadas con pasto natural y parrilla. Además, propone un combo de amenities con algunas propuestas atípicas como un siestario, que según definen es “un espacio de contemplación y descanso rodeado de árboles frutales” y una sala de ensayo equipada con instrumentos musicales y acustizada profesionalmente.
Sin embargo, lo más llamativo del proyecto es que tiene una rampa de bicicletas que recorre todo el patio central del edificio desde la planta baja hasta el quinto piso y permite que todos los vecinos ingresen por una puerta independiente a un circuito ascendente con el que pueden dejar su bicicleta en una serie de estacionamientos ubicados estratégicamente en cada piso, con espacio para 40 rodados por planta.
“En la fiesta de inauguración sorteamos bicicletas y para ser parte había que participar de un juego que implicaba subir la rampa”, recuerda. Además, cuenta que había una empresa de ploteado que decoraba los rodados de los vecinos con el logo de la marca del edificio. Por la iniciativa, que fue idea de uno de los socios inspirada en algo similar que se hizo en Dinamarca, la firma ganó un premio del Gobierno de la Ciudad por promover la movilidad sustentable.
. En 2020, con la llegada de la pandemia, tuvieron que reformular la manera en la planeaban lanzar Depart, un emprendimiento de US$15 millones ubicado frente al nuevo parque ferroviario de Colegiales que, entre los amenities, tendrá una cocina profesional en la que los vecinos podrán tomar clases grupales con un chef, un SUM con acceso directo a un bosque, dos gimnasios, una zona de lectura, piletas y un cuarto de hotel disponible para alquilar a través de las expensas.
“Al principio estaba angustiado por tener que hacerlo en pandemia. En un encuentro presencial es más fácil generar empatía y confianza, pero a través de la pantalla cuesta, más en medio de una situación tan rara”, recuerda. Ahí fue cuando se les ocurrió una forma de generar un vínculo con los clientes. Media hora antes, los potenciales compradores recibían en su casa una bolsa de Uno en Uno con imágenes de la fachada de Casa Ho, de Depart, un cuaderno, un lápiz, café molido colombiano, chocolates y una tarjeta que decía: “Nos hubiera encantado recibirte en la oficina, nos vemos en media hora”. “La gente prendía la cámara y estaba en el sillón con café, chocolate y otra predisposición para escuchar sobre el emprendimiento”, afirma.
SEl desarrollador afirma que la estrategia funcionó, porque en plena cuarentena por coronavirus alcanzaron altos porcentajes de venta. El modelo de negocio siempre es el mismo: lanzan los proyectos en pozo, piden un adelanto y el monto restante se salda en cuotas ajustadas por el índice de la Cámara Argentina de Construcción (CAC).
Durante el aislamiento obligatorio, también organizó una fiesta virtual de lanzamiento de Depart, la “Departy”. Contactó a artistas e influencers, envió tragos envasados al vacío a las casas de los clientes y los invitó a sumarse a un show por streaming. “Hacemos los eventos para empatizar con la gente en un país en el que cuando te metés en un proyecto en pozo empezás con un dólar y terminás con otro”, expresa.
Todos los proyectos de Uno en Uno tienen amenities particulares y detalles distintivos. Según cuenta Rybka, en los primeros dos edificios la búsqueda atípica fue tener unidades más grandes que el estándar de ese momento y que todos los balcones tuviesen dos metros de profundidad y parrilla. En Moho, las particularidades se plantearon desde la arquitectura. Por ejemplo, el emprendimiento tiene un patio con puentes colgantes de hormigón. Además, sobresale un bosque con 12 álamos plantados en 2013, que hoy “superan los cuatro pisos de altura”, cuenta el desarrollador.
En Casa Ho, además de los amenities, hay un árbol de tilo que tiene 125 años. “Un día del Gobierno de la Ciudad vinieron a cortarlo porque tenían miedo de que se cayera, pero los socios para conservarlo hicimos un macetero especial y firmamos que nos hacemos responsables por lo que pase”, dice. El siguiente proyecto fue Mendoza Ho, ubicado en Mendoza al 4200. La fiesta de inauguración se realizó en noviembre del año pasado de forma presencial: esa noche, hubo puestos de comida en distintos espacios del edificio, un grupo de bailarines en las cocheras, muralistas y hasta tatuadores.
“Ya no queremos ser vistos solo como arquitectos jóvenes, por lo que subimos el estándar en pisos y terminaciones”, explica. En el centro, tiene un árbol metálico de cinco pisos de altura con enredaderas y un fogonero en la terraza. El próximo proyecto a entregar es Vitta, en Palermo. Tendrá dos edificios con departamentos de uno, dos, tres y cuatro ambientes. Allí, habrá un bosque de 400 m² que unirá las dos construcciones, una huerta urbana y espacio de coworking. La fiesta de inauguración será a mitad de año. Por último, el octavo emprendimiento de la firma es Yardvert, en Núñez.
De cara a futuro, anticipa que el objetivo de este año es desembarcar en Estados Unidos, con el lanzamiento de un emprendimiento de US$10 millones. “Vamos a ser pioneros en una de las 10 ciudades más importantes”, asegura, aunque dice que aún no puede develar cuál será. Además, planean llegar a la zona norte del Gran Buenos Aires destinados a un público joven que “empieza a buscar un nuevo estilo de vida un poco más alejado de la Ciudad”. Mientras tanto, en 2022, el grupo continuará con la construcción de más de 40.000 m².
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