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La diseñadora de interiores Noz Nozawa construyó su carrera profesional a partir del color. Por eso, cuando su condominio de tres ambientes en San Francisco necesitó una renovación de pintura, no había manera de que lo dejara en un “no-color, asqueroso y aburrido”, como dice ella.
Nozawa unió fuerzas con su vecina de abajo, una artista que hace cuadros de casas, para adornar la fachada con un azul eléctrico y la puerta de entrada con rojo vivo. Contrataron a la artista Fnnch para que pinte amapolas naranjas en el frente de la casa y un oso en una de las paredes laterales.
"Convertimos un edificio imperdonablemente feo en una fuente de alegría para el barrio"
Noz Nozawa, diseñadora de interiores
Como la de Nozawa, las casas y edificios vibrantes son comunes en San Francisco, pero las redes sociales -especialmente Instagram- les han dado aún más protagonismo y espacio para brillar. Y se cree que la proliferación de esta tendencia se debe, en parte, a la viralización de imagenes con referencias de edificaciones coloridas en distintas partes del mundo.
“Es como una búsqueda del tesoro”, dice el fotógrafo Michael Victor, que en su Instagram tiene una constante sucesión de casas caleidoscópicas, incluyendo la de Nozawa. “Pueden aparecer en cualquier lado, hay que encontrarlas y capturarlas con la cámara cuando se las encuentra”, afirma.
En Nueva Orleans, Danielle Del Sol, directora ejecutiva de la agencia de preservación patrimonial de la ciudad, cree que hay una correlación entre el auge de Instagram y las casas con colore más osados. “Verlas publicadas hace que frenes un minuto y te des cuenta de lo linda que puede ser una viñeta”, sea una palmera chica al lado de una casa rosa chicle o persianas pintadas de amarillo contrastando con una fachada turquesa. “Eso inspira a la gente, los hace más audaces”.
Charles Sullivan, corredor inmobiliario y socio fundador de Carriage Properties, en Charleston, Carolina del Sur, afirma que descubrió que las casas coloridas son más fáciles de promocionar gracias a Instagram. “Se compite tanto por la atención de la gente que cada vez que publicás algo que es llamativo a la vista, inmediatamente recibe interés y atención”.
Esto es aún más cierto en lugares en los que las casas coloridas no son típicas. En septiembre pasado, un broker de Mahler Sotheby’s International, Paul Handle, tuvo a cargo la venta de una propiedad en Wisconsin apodada la Casa Crayola. Diseñada por la arquitecta Margaret McCurry, el exterior gris está rodeado de bordes y terminaciones de colores, pintados como una caja de crayones.
“El real estate puede ser monótono”, dice Handle. “Las propiedades tienden a ser parecidas entre sí, formulistas. Cuando estás buscando opciones en un portal probablemente nada te va a llamar la atención. Pero ésta cliqueaba como ninguna”.
La casa, por la que se pedían US$1.175.000, se vendió en una semana y a US$25.000 por encima del precio de lista.
Dan Beder, un corredor de Sotheby’s en Los Ángeles, también tuvo a cargo una casa colorida, pero de un segmento que no es el usual para este tipo de propiedades. El precio de lista para una mansión pintada de amarillo con escaleras alfombradas en rojo, en Bel-Air, era de US$17 millones. “Ayuda a visibilizar la propiedad”, dijo. La casa, que además tiene una historia colorida porque perteneció a la actriz Zsa Zsa Gabor, se vendió en siete días por US$16 millones.
Colorida, sin embargo, no necesariamente significa brillante. Jasmine Farrow, una corredora de Sotheby’s en California, recientemente vendió una casa reciclada, en la localidad desértica de Joshua Tree, que está pintada de negro carbón, con un mural de un atardecer en uno de los laterales.
El color oscuro, dado el clima caluroso, podría haber sido considerado una contra por cualquier comprador, pero en vez de eso se vio como un diseño vanguardista que cayó bien en el barrio. Según dijo Farrow: “Se dan cuenta de lo fácil que es generar un efecto dramático simplemente con pintura”.
Los exteriores oscuros se han popularizado en los últimos años, antes eran vistos como sombríos o reservados para la arquitectura moderna. El “Tricorn Black”, un tono de negro del fabricante de pinturas Sherwin-Williams, es uno de los 10 colores mas vendidos en todas las regiones de Estados Unidos.
“El negro impacta”, dice Scott Kalmbach, cofundador de Outpost Real Estate. “Es señorial, inspira seriedad y elegancia. Puede convertir una fachada aburrida en algo dramático”. Y vende: Kalmbach recientemente ofreció una casa negra de Ross, California, a US$6.995.000. En dos días, recibió tres ofertas, todas por encima del precio de lista.
El color, sin embargo, no siempre es bien recibido. Los vecinos de una pareja de Houston se indignaron cuando en el 2015 pintaron su casa de estilo victoriano de un brillante tono verde azulado. A pesar de tener la autorización de la asociación de propietarios, fueron obligados a repintarla (en Google Streetview se puede ver cómo hoy es de un tono coral pálido). Emilio Rodriguez, un vecino de Austin, también despertó quejas cuando en 2019 decidió bañar cada centímetro de su casa de piedra (techo y todo) ern su tono preferido de rosa.
En Chatham, Massachusetts, hay una infame casa de color verde lima que, dicen algunos, fue pintada a modo de represalia cuando la junta municipal les negó a sus dueños unas reformas que querían llevar a cabo. Los vecinos hablan de su color “espantoso”, pero aún una década después, el color permanece y siguen hablando de ella.
A pesar de que las fotos de casas de color “rosa millennial” o negro oscuro van a lograr más likes que un beige neutro y archiconocido, estas fachadas son mas un sueño propio de Pinterest que una realidad para la gran mayoría de los propietarios.
Las pinturas exteriores más populares, tanto para Sherwin-Williams como para la empresa Benjamin Moore, son los diversos tonos de gris y blanco, aunque para Andrea Magno, directora de marketing y desarrollo en Benjamin Moore, los propietarios cada vez son más osados a la hora de pintar las terminaciones y la puerta de entrada.
“La gente está más dispuesta a jugar con combinaciones que escapan de lo que ya funciona”, dice Magno. “Es diferente cuando se trata de exteriores porque es un compromiso más grande. Si repintás tu casa, está ahí a la vista de todos. En cambio si pintás tu living de un color excéntrico, solo lo van a ver las personas a las que invites”.
“Es un mercado de nicho”, asegura el fotógrafo Victor. “A todo el mundo le encanta la idea de una casa colorida. Es cool, es original, le quieren sacar una foto. Pero nadie viviría en una”, sentencia.
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