El decreto 522/2022 se publicó el lunes pasado en el Boletín Oficial; la iniciativa busca promover el desarrollo del rubro a través de la reincorporación de moneda extranjera o local al sistema formal
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El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció el lunes pasado la promulgación de la ley de blanqueo para la construcción, que se aprobó el miércoles de la semana anterior en el recinto del Senado, con el objetivo de engrosar las arcas del Banco Central y dar un impulso al sector, en momentos en que el costo de construcción en dólares representa una oportunidad porque está en los niveles más bajos de la historia. Lo hizo durante un acto rodeado de referentes de la Uocra, empresarios y desarrolladores, donde llamó a “transformar el ahorro dormido en inversión y trabajo”.
La segunda vuelta de la norma establece una extensión sobre los plazos de la ley 27.613 que busca promover el desarrollo o inversión en proyectos inmobiliarios. A partir del decreto 522/2022 publicado ese día en el Boletín Oficial, comenzó a correr el reloj para los 360 días corridos en que estará vigente el beneficio.
Se suponía que la AFIP debía publicar la reglamentación al día siguiente, pero no hubo noticias. Pasaron los días y el viernes 26 asomaba como el día indicado para la publicación del texto a cargo de la entidad tributaria. Sin embargo, tampoco sucedió.
Desde el sector ya “lamentan” la semana perdida. Sobre todo teniendo en cuenta que el plazo más atractivo para que los inversores blanqueen el dinero son los primeros 90 días corridos tras la sanción de la norma, cuando el impuesto alcanza sólo el 5%.
Entonces, al optimismo que mostraron los representantes de diferentes instituciones del sector, entre ellos Damián Tabakman, presidente de la Cámara de Desarrolladores Urbanos (CEDU), y Carlos Spina, presidente de la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV), que estuvieron presentes en el acto del lunes y abogan por la prórroga del blanqueo desde hace meses, se desdibujó un poco de cara al fin de semana. La ley está, pero aún no es efectiva. Así, volvieron los fantasmas del fracaso del blanqueo de 2021, que se debió en gran parte al retraso en la publicación de la reglamentación en la AFIP, que dejó tan sólo cinco días para poder realizarlo, para el escalón de la alícuota menor.
Si bien los empresarios entienden que hay una urgencia de apurar la medida para dinamizar la economía, no ocultan la preocupación ante la demora. ”Debería haber sido muy rápido porque se trata de una prórroga y no hay cambios sustanciales”, se lamenta el empresario Gustavo Llambías.
Prórroga y aclaraciones
Dentro del “retraso” de la reglamentación, los desarrolladores consultados por LA NACION explican que hay algunos aspectos a incluir en la reglamentación para que no quede a interpretación de la entidad tributaria.
Uno de los temas que se plantearon fue referido a la duración del blanqueo, que en un principio consta de tres etapas y difieren las aplicaciones de las alícuotas, a menor tiempo más ventaja:
- Desde la vigencia de la reforma (22 de agosto) y hasta 90 días corridos (23 de noviembre de 2022): 5%
- Desde el 24 de noviembre y hasta 90 días corridos (21 de febrero de 2023): 10%
- Desde el día siguiente al vencimiento del plazo indicado precedentemente y hasta 180 días corridos (20 de agosto): 20%
Los empresarios quieren que se extienda a diciembre de 2023. Este pedido, sin embargo, se puede topar con un inconveniente técnico desde el punto de vista de que la ley ya fue votada en el Congreso.
“Sería importante extender el plazo de inversión hasta el 31 de diciembre del año próximo, porque hay un año completo para invertir, en medio de una situación en donde hay un acuerdo dentro del mercado de que se empezó a evidenciar un cambio de tendencia. Además, la expectativa de un cambio de ciclo el año próximo”, señala Spina, que participó del acto del lunes con Massa.
Otro punto, uno de los más importantes para muchos desarrolladores, es qué obras entran en el blanqueo. La normativa, que tiene como objetivo, además, promover el desarrollo o la inversión en proyectos inmobiliarios realizados en el territorio de la República Argentina, estipula que la inversión debe destinarse a obras privadas nuevas, dentro de las que se consideran todas las que al momento de entrada en vigencia de la Ley tengan un avance inferior al 50% de la obra. Pero como se trata de una prórroga, los desarrolladores entienden que aquellas que ya se presentaron el año pasado deberían tomarse en cuenta independientemente del estado actual de la obra.
“Hay muchos proyectos que registramos el año pasado. En mi caso tengo cuatro, que en su momento estaban contemplados por tener menos de 50% de avance de obra. Hoy, dos de esos proyectos están muy avanzados, pero entendemos que como se trata de una prórroga del anterior blanqueo deberían contemplar los que ya entraron en ese entonces. El tema es que la ley no lo especifica”, afirma Llambías.
Por otra parte, según indica la ley el blanqueo puede realizarse “por única vez”. El pedido desde el sector es que se elimine la expresión de que sea “por única vez” y otorguen la posibilidad de volcar los dólares al sistema y poder disponer de los pesos de forma parcial. O sea, no tener que “cambiar” todo en una única transacción.
En un blanqueo sin restricciones, reconocen que “siempre hay un daño moral”, porque es injusto para el que pagó e hizo las cosas bien. Pero, advierten que, en un país con un 50% de informalidad, la economía hay que blanquearla. “La industria de la construcción tiene uno de los mayores coeficientes de multiplicación de la inversión según los datos publicados por el Banco Central: cada peso se multiplica por cuatro. Además, tiene una cadena de valor de más de 50 eslabones. ¿Qué significa? Mover la construcción es mover 140 eslabones, lo que da mayor cantidad de mano de obra. Y convierte dólares que se van a blanquear en activos fijos nacionales que van a pagar impuestos”, apunta Llambías.
En este sentido, habla del “doble efecto” del blanqueo para la economía: Un estado que recauda impuestos y se dinamiza la economía. “Esa plata aumenta de valor por este factor triplicador y además genera más impuestos que el propio dinero blanqueado”, añade.
Cuál es la diferencia con otros blanqueos
En el sector hay expectativas muy optimistas en base a los cálculos del blanqueo: apuntan a un ingreso de entre US$4000 y US$5000 millones en obras de viviendas y oficinas que actualmente tienen menos del 50% de ejecución, muy por encima del blanqueo de 2021, en el que se estima que se declararon US$200 millones.
Entre los menos optimistas sobre los resultados del blanqueo, las razones que esbozan van de la mano de la presión impositiva ascendente y de un escenario en el que, producto de la crisis política actual, la gente perciba que los valores de los activos pueden disminuir aún más. “Si miramos este escenario no parece un driver para esperar que el blanqueo prospere”, dicen fuentes del sector.
Sin embargo, Spina aporta razones por las que él mismo cree que puede funcionar. “Hay un consenso en el sector de que estamos tocando piso y pensar entonces en que se viene un escenario de recuperación, tiene sentido”, indica y sigue: “Además, se trata de un blanqueo que está entre los más baratos de la historia”.
Una de las “ventajas” que destacan referentes y tributaristas es que se trata de “uno de los blanqueos más baratos de la historia”.
“No es el más barato de la historia, de hecho el de 2009, que tenía distintos tipos de inversiones, el costo en inmuebles era del 1%, por poner un ejemplo”, apunta el tributarista, César Litvin, CEO del Estudio Lisicki, Litvin & Asociados a la Nación Sin embargo, el tributario admite que la tasa efectiva, sobre todo en el primer tramo, baja considerablemente porque se toma la cotización del dólar oficial. “Del dinero invertido pagas el 5% traducido a los dólares por el tipo de cambio oficial y el costo efectivo se reduce a la mitad por la brecha con el blue”
En esta línea, el contador tributarista Sebastián Domínguez explica que si bien “no diría que se trata del blanqueo más barato de la historia” sí se puede decir que “es más barato” que la alícuota nominal del 5%: “Porque hablamos de un 5% sobre un valor más bajo de lo que realmente valen los dólares, con lo cual termina siendo un porcentaje menor sobre el valor real de los dólares”, apunta.
El tributarista lo grafica con el siguiente ejemplo: si se ingresan US$100.000 al tipo de cambio oficial ($136,25) estamos hablando de $13.625.000, que a la cotización del dólar MEP se traduce en $28.800.000. Es decir que, con la alícuota del 5% se pagaría una penalización de $681.250 en vez de $1.440.000 al valor del MEP. Esto equivaldría a un “ahorro” de $758.750, más del doble.
Por eso, Spina habla de un blanqueo “casi gratuito”, en comparación por ejemplo con el blanqueo de la era Macri, que era de un 10% en el primer tramo y no había brecha a partir de dos factores: la brecha cambiaria y la exención de bienes personales.
En ese punto coincide Gustavo Llambias, vicepresidente de la Asociación Empresarios de la Vivienda (AEV). “No se si es el más barato de la historia, pero seguro está entre los más beneficiosos. A partir de la brecha entre el dólar oficial y el blue la alícuota del 5% se convierte en en 2,5%. Y si le sumas la exención de bienes personales por otro 1,5 % tenés un blanqueo del 1%”.
Litvin, añade, que el que quiere invertir y blanquear cuenta también con la liberación del pago de impuestos, además de cualquier sanción. “La gente que se decida a invertir va a tener otros beneficios como por ejemplo, no pagar bienes personales por dos años. Se toma como pago a cuenta el 1% de la inversión como pago del impuesto. No grava la inversión sino que es como un pago a cuenta de bienes personales.”
Pese a la demora en la reglamentación, los desarrolladores piden “aprender” de la experiencia pasada y acelerar los tiempos para no dejar pasar de nuevo la importunidad: “Eran 90 días, quedan 83″.
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