No se conforma con ser la sede del mayor rascacielos del mundo, con poseer un gigantesco conjunto de islas artificiales o con ser la ciudad donde los policías conducen super-autos a manera de patrullas. Pareciera que el propósito de Dubái es extender los límites de lo surreal una y otra vez.
A continuación, cinco edificios para ejemplificar. Ni siquiera son rascacielos (en su mayoría), sino resultarían imposibles de ignorar. Se trata de construcciones monumentales, de líneas imposibles, materiales costosos e innovaciones que pocas veces se han repetido en el mundo.
Burj Al Arab
Uno de los hoteles más caros, ostentosos y excéntricos del mundo. Su torre principal tiene la forma de una vela de dhow, una embarcación tradicional árabe, y alcanza 321 metros de altura, más que la Torre Eiffel (aunque incomparable con el Burj Khalifa y sus 828 metros). Se eleva sobre su propia isla artificial, para lo cual se sostiene sobre 250 columnas enterradas hasta 45 metros por debajo del mar.
El arquitecto inglés Tom Wright fue autor del Burj Al Arab; su idea era emular la antigua tradición náutica de Dubái. El hotel abrió sus puertas en 1999, tras dos años de crear la isla y tres de construcción.
Por dentro es una explosión de color que incorpora materiales como 30 tipos de mármol, textiles importados y 1790 metros cuadrados de hojas de oro de 24 quilates. Tan solo el restaurante japonés Junsui tiene un techo cubierto con 21.000 cristales Swarovski. Al interior del hotel se encuentra el atrio más alto del mundo, con 180 metros. El ya emblemático edificio posee tres acuarios, que albergan alrededor de 50 especies marinas.
Los huéspedes pueden reservar una suite de dos pisos, con jacuzzi privado, servicio de mayordomo, acceso a un menú de nueve almohadas lujosas y la comodidad de que alguien más desempaque la valija. También podrías pedir un transporte desde el aeropuerto en Rolls Royce.
Museo del Futuro
Su construcción acaba de terminar hace unos meses, pero todavía no abre al público. Como su nombre sugiere, este recinto se dedicará a explorar distintas posibilidades para el futuro, en ámbitos como medio ambiente, espiritualidad, bienestar y bioingeniería. Sus exposiciones incorporarán elementos inmersivos multimedia y teatrales. Uno de sus pisos estará dedicado a los niños, con el fin de que se inspiren en resolver los retos del mundo en las próximas décadas.
El distintivo edificio fue creado por el estudio Killa Design, con sede en Emiratos Árabes Unidos. La construcción representa el entendimiento del futuro como lo conocemos ahora, mientras el espacio “vacío” en su centro simboliza lo que sabremos en las décadas por venir. Todas las ventanas están diseñadas con caligrafía árabe, donde se leen citas sobre el futuro dichas por Mohammed bin Rashid Al Maktoum, primer ministro de Emiratos Árabes y emir de Dubái. Se encuentra en una colina artificial con vegetación, que representa el arraigo y la permanencia, además de dar una sensación de aislamiento con respecto a los paisajes urbanos de los alrededores.
La sola construcción de acero inoxidable alcanza 78 metros de altura. Por tomar en cuenta mecanismos como el aprovechamiento de luz solar y uso mínimo de energía o agua, cuenta con una certificación LEED Platinum, dedicada a los edificios sostenibles.
Mezquita Jumeirah
Este templo abrió sus puertas por primera vez en 1979, por iniciativa de Rashid bin Saeed Al Maktoum, antiguo emir de Dubái y padre del actual, Mohammed bin Rashid Al Maktoum. Tiene capacidad para 1500 fieles en su interior. Fue construida por completo en mármol, siguiendo una tradición arquitectónica medieval llamada fatimí, originada en Egipto y Siria. Tiene un domo central y dos minaretes.
Esta mezquita es especial porque es una de las pocas que permiten el acceso a personas de todas las religiones. Bajo el programa Open Doors. Open Minds (Puertas abiertas. Mentes abiertas), del Centro Sheikh Mohammed para el Entendimiento Cultural, ofrece recorridos guiados en su interior y experiencias turísticas como buffets o degustaciones de café, y los visitantes son libres de preguntar lo que quieran. La mezquita aparece en el billete de 500 dírhams, según cuenta la agencia de tours local DayOut Dubai.
Dubai Frame
Literalmente, es como un marco para fotos gigantesco que muestra las dos caras de Dubái. De un lado se puede ver Sheikh Zayed Road, la carretera más larga de Emiratos Árabes Unidos que está flanqueada por rascacielos como el mismísimo Burj Khalifa. Del otro lado se aprecian sitios que representan la historia del emirato como Deira, una zona que antiguamente se fungía como el corazón comercial de la ciudad.
El marco está conformado por dos torres de 150 metros, unidas por un puente que alcanza 93 metros de ancho. En la construcción se utilizaron 9900 metros cúbicos de concreto reforzado, 2.000 toneladas de acero y 15.000 metros cuadrados de acero inoxidable pintado de dorado para decorar el exterior.
En la planta baja, un pequeño museo cuenta la historia del emirato, empleando efectos de sonido, niebla y hasta olores. Otros dos pisos explican el presente y futuro de Dubái, por medio de realidad aumentada, efectos 3D y tecnología de realidad virtual.
Si se suben los 48 pisos en el ascensor panorámico, el cual se tarda 75 segundos en alcanzar la cima, llegas al puente que cruza el enorme marco. Tiene piso transparente, para que quien vaya sienta que flota sobre la ciudad.
Dubai Frame, que costó 250 millones de dírhams (más de 68 millones de dólares), no se ha salvado de la polémica. La idea original para su creación salió de un concurso organizado en 2008 por la compañía Thyssen Krupp y la Unión Internacional de Arquitectos; el mexicano Fernando Donis ganó. Sin embargo, tras entregarle el premio de US$100.000, a Donis le pidieron firmar un contrato donde cedía su propiedad intelectual y acordaba nunca promover el proyecto como propio, de acuerdo con The Guardian. Después de que Donis se negó a firmar, la creación del edificio siguió sin él.
The Opus
Un edificio inconfundible por su forma de cubo “erosionado”, con un enorme agujero al centro que da la impresión de estar siempre en movimiento. De día, la enorme silueta es opaca y refleja todo lo que hay a su alrededor. De noche, sus paredes transparentes se convierten en un espectáculo de luces.
The Opus alberga al hotel ME Dubái, de la cadena internacional Meliá. Se trata del único hotel en el que la arquitecta Zaha Hadid diseñó no solo el exterior, sino también los interiores e incluso el mobiliario. Hadid, quien ganó el premio Pritzker (el más prestigioso en el ámbito de la arquitectura) en 2004, trasladó a este edificio su conocido deconstructivismo que reta la “pureza de formas” y el sentido de que la forma debe seguir la función de una estructura, según explica el blog de la Universidad de Cornell.
Alcanza 93 metros, distribuidos en 20 pisos. Consta de dos torres unidas por un atrio de cuatro pisos que inicia en la planta baja y un puente que abarca cinco pisos, en las alturas. El hueco se formó con 4300 unidades de cristal, hechas con modelado 3D. El edificio cuenta con recubrimiento total para proteger de la radiación ultravioleta y está programado para ajustar la ventilación e iluminación de acuerdo a la ocupación que el hotel tenga.
En los 74 cuartos y 19 suites del ME Dubái, predomina el contraste entre blanco y negro, y las líneas curvas y fluidas. Además del hotel, The Opus tiene una sección residencial y sus habitantes tienen acceso a servicios exclusivos por parte de Meliá.
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