El mercado inmobiliario está fuertemente dolarizado, en primer lugar porque nuestra economía tiene una triste historia de crisis inflacionarias con imprevisibles alteraciones de la relación de nuestra moneda con el dólar americano. Se agrega en la actualidad la existencia de dos mercados de divisas con una fuerte distorsión entre ambas de más del 50%, que resulta una de las mayores dificultades a las que se enfrenta hoy la actividad inmobiliaria para la compra y venta de unidades terminadas. Completa este cuadro la casi absoluta inaccesibilidad a la compra de dólares, que se refleja en el contexto de esta actividad hoy.La información más reciente del Colegio de Escribanos de la provincia de Buenos Aires indica que en enero las compraventas de propiedades han caído un 36% en relación con el mismo mes de 2012. En la ciudad de Buenos Aires, analizando las estadísticas de encomiendas de obras del CPAU, en las categorías de obras de 1000 m2 y más, y comparando noviembre y diciembre de 2011 con los similares de 2012, se observa que en noviembre de 2011 se registraron 131 obras y en el mismo mes de 2012, 101 obras. Una reducción del orden del 30%. En diciembre de 2011 se registraron 190 obras y en el mismo mes de 2012, 140 obras, con una reducción porcentual relativamente similar. En lo que hace a los desarrollo, como los costos de construcción son en moneda local, esta industria, madre de industrias, se debería presentar como una muy buena oportunidad para canalizar inversiones locales de mayor magnitud.
Parecería que esta oportunidad de inversiones en pesos hoy no es suficiente para reactivar el mercado. El Real Estate tanto en la compraventa de unidades usadas como en los emprendimientos nuevos tiene un peso significativo en el PBI total de la economía.
La construcción representa el 5% de la actividad inmobiliaria incluyendo los alquileres, un 11,5%. La suma de ambas representa un muy significativo 16% del PBI.
La esperable recuperación económica para 2013 sólo será posible en la medida en que el sector privado logre reactivar de forma significativa el desarrollo masivo de nuevos proyectos inmobiliarios. Para que esto sea factible y en el actual contexto, es imprescindible recrear el mercado del crédito hipotecario con tasas subsidiadas tanto a cargo de la banca pública como la privada.