Poco antes de que el famoso Rosedal de Buenos Aires cumpla 100 años, los amantes y curiosos de las rosas tendrán el 30 de este mes su exposición anual
Los 100 años le sientan de maravilla al Rosedal de Buenos Aires. De hecho, quien se ocupa de su mantenimiento desde hace cinco años, Juan Carlos Petracchi, comenta sorprendido que todo el año que transcurrió parecía programado para malcriar al precioso rincón del Parque Tres de Febrero con calor y lluvia, el mejor riego del mundo. Así que llegará el día del centenario, el 24 de noviembre, en el mejor momento de su floración, que ya luce deslumbrante.
Cuesta imaginarlo más bello de lo que luce ahora, con la combinación perfecta de colores, aromas y formas que imaginó la especialista Valentina Casucci cuando este jardín se renovó por completo, hace siete años. La reforma rescató el trazo y la idea pergeñada por el paisajista Benito Carrasco un siglo atrás, con sus pasos para carruaje, sus caminos para el caminar solitario y el sello de una arquitectura europea que se inspiraba en un estilo griego. Sobre él volcó 105 especies que le dan ese aire moderno que revaloriza el sitio histórico. También inauguró el único Concurso de Rosas Nuevas de América latina, hoy en suspenso por desinteligencias políticas que es otro capítulo de esta historia.
Mientras, con vistas al centenario, ya le espera un placa que conmemorará el momento y habrá múltiples celebraciones con visitas guiadas con expertas de la Asociación Argentina de Rosicultura durante toda la semana de noviembre, y que seguramente inicie una etapa de difusión de este tesoro casi oculto en medio de los edificios.
Hoy hay 18.500 plantas a pleno, muchas recién ingresadas. Cada una ha pasado el filtro de la sesuda decisión de las autoridades del parque, que depende del GCBA. Desde 2011 es patrimonio cultural de la ciudad, por lo que no puede realizarse cambio alguno sin la aprobación municipal.
Pero para los amantes de las rosas hay una cita obligada antes del aniversario: la Exposición Anual de Rosas y Diseños Florales. Como cada año, la Asociación Argentina de Rosicultura convoca a quienes cultivan la reina de las flores a competir y exponer lo mejor de sus jardines.
Es la fiesta para quienes nos apasionan las flores –destaca Nilda Crivelli, de Rosicultura–. Durante una tarde, de 15 a 20, en Puerto Madero (el lugar exacto es Brisas del Plata, en Tristán Achával Rodríguez 1353) se abren al público las puertas de la muestra con las más exquisitas especies del país.
Desde las 14 también se harán visitas guiadas al Rosedal Micaela Bastidas, en Puerto Madero, también diseñado por Valentina Casucci. Así durante un día al año, sobre mesas muy simples, en sencillísimos floreros estarán las más perfectas Frederic Mistral, las Cardenal Richelieu, las cambiantes Mutabilis, las antiguas y las perfumadas, competiendo por embriagar a los asistentes. Un espectáculo impecable para cualquier mortal, pero no para el jurado que durante la mañana del día de la exposición habrá calificado una por una con ojo experto buscando la virtud que la destaque o el defecto ínfimo que la coloque de nuevo entre las plebeyas.
Hay 32 categorías divididas por clase, que incluyen varias modernas, híbridas de té, floribundas, grandifloras, trepadoras, miniaturas, polyanthas, arbustivas, rugosas, entre otras. El puntaje se asigna por forma, condición, tamaño, color, sustancia, tallo y follaje, balance y presentación, y cuando corresponde, perfume o sanidad. El concurso es abierto, es decir, no se necesita ser miembro de Rosicultura, y las plantas deben ingresar para su evaluación entre las 8 y las 11 del mismo jueves 30. Deben provenir del jardín de quien la presente y no se puede agregar abrillantador, por ejemplo.
Alrededor de las mesas pobladas de rosas habrá curiosos y fanáticos, pero también estarán las madres, las jardineras que, como abejas, corretearán entre los gajos comparando, buscando datos, preguntando, preguntando, preguntando.
¿Por qué la fascinación por las rosas?, le preguntamos a Susana Ferrer, de Rosicultura.
"Es difícil de explicar. Atrapa. Parece una flor tan frágil, pero en realidad es fuerte y muy fácil de cultivar si se sabe cómo. La planta en sí puede desilusionar a un principiante, porque no luce mucho por sí misma. Pero cuando florece… es perfecta. Todo el resto de las plantas son sólo súbditos de la reina." Así que si está en Buenos Aires, suspenda la lectura del diario, abandone los planes del día y corra al Rosedal, donde en este mismo momento ocurre un espectáculo gratuito, único y enriquecedor. Y el 30 aprenda de las que saben y quede atrapado en la fascinación de ser copartícipe de la belleza.
durante un dÍa
al año sobre mesas simples, en sencillos floreros estarán todas las rosas compitiendo para embriagar a los asistentes