Más de una vez habrás tenido que regresar a tu casa para asegurarte de que todo esté en orden; la buena noticia es que hay formas sencillas y efectivas de dejar atrás esa incertidumbre
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Salir de casa y, a los pocos minutos, sentir que algo falta: la duda de si se apagó el horno o la hornalla. Esta preocupación es más común de lo que se imagina, y es probable que hayas experimentado esa sensación de inquietud una o más veces. Incluso, en algunos casos, tener que regresar a la casa para asegurarse de que todo esté en orden. No hay que preocuparse, hay formas sencillas y efectivas para dejar atrás esa tremenda duda.
A continuación, te damos algunos trucos clave que te permitirán recordar siempre si se apagó el horno o las hornallas, sin necesidad de preocuparse una vez que cruces por la puerta.
Según el medio The Kitchen, el cerebro humano tiene una forma fascinante de automatizar tareas cotidianas, como apagar el horno después de cocinar. Este proceso tan rutinario se realiza de forma casi automática, por lo que, en muchas ocasiones, no prestamos la debida atención a lo que estamos haciendo.
La repetición y la familiaridad con el acto de apagar el horno nos hacen sentir que lo hemos hecho, incluso si no lo recordamos de manera clara. Este “fallo de memoria” es lo que nos lleva a la ansiedad de saber si realmente apagamos el aparato.
Técnicas para asegurarte de que el horno quedó apagado
Para evitar la ansiedad y la duda posterior, lo ideal es incorporar hábitos en su rutina diaria. Aquí, algunas técnicas que pueden ser de gran ayuda para asegurarte de que apagaste el horno y, lo más importante, que podés irte tranquilo sin la constante preocupación.
1. Decirlo en voz alta
Una técnica simple y eficaz es verbalizar el acto de apagar el horno. Al decir algo como: “¡Voy a apagar el horno ahora!” o “Apagué el horno” le está dando un refuerzo adicional a su memoria. El hecho de escuchar sus propias palabras refuerza la acción en tu mente, haciendo que sea mucho más fácil recordarlo cuando te preguntes si lo hiciste o no.
2. Usar un acto o palabra peculiar
Si preferís algo menos convencional, podés decir una palabra sin sentido o realizar un acto que atraiga tu atención. Por ejemplo, decir “¡Chicle!” o incluso aplaudir dos veces después de apagar el horno. Esto crea una asociación memorable entre la acción de apagar la cocina y el acto o palabra inusual.
3. Observar la perilla mientras la girás
Otra estrategia que puede ser muy útil es concentrarte visualmente en la acción de apagar el horno. Mirá atentamente la perilla mientras la girás y observá el movimiento. Este recordatorio consciente de la tarea te permitirá estar más seguro de que se apagó el aparato y disminuirá la ansiedad de la duda.
4. Utilizar una cinta como recordatorio
Este truco es sencillo pero efectivo. Colocar una cinta alrededor de la perilla del horno o la hornalla antes de comenzar a cocinar. Al terminar, cuando apagues el horno, simplemente sacá la cinta
5. Realizar una comprobación final en la cocina
Un hábito que podés incorporar a tu rutina diaria es realizar una comprobación rápida antes de salir de casa. Entrá a la cocina y revisá todos los mandos de los electrodomésticos para asegurarte de que el horno y las hornallas estén apagados. Este hábito puede darte la seguridad que necesitás y evitar la preocupación de olvidarlo.
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