La calle que hasta 1995 se llamó Arribeños combina diferentes estilos arquitectónicos que la hacen única
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Es sólo una cuadra. Un pasaje angosto que se mezcla con calles de amplio empedrado. Así como la calle Arroyo en Retiro fue bautizada por muchos como la calle más parisina de Buenos Aires, el pasaje Malasia extiende las fronteras de un sólo país y en el mercado inmobiliario la destacan como la más europea de la Ciudad, por la variedad de estilos arquitectónicos y el urbanismo que la rodea. Entre Maure y Gorostiaga, comprende sólo unos 100 metros y es transitada casi exclusivamente por quienes viven en la zona y turistas enamorados de la arquitectura porteña.
La calle que hasta 1995 se llamó Arribeños, combina construcciones de estilo francés, Tudor, alemán y renacentista, en casas donde se realza la elegancia de la zona conocida como el Barrio Parque de Belgrano, en el límite con Palermo. A pocas cuadras de este enclave escondido de casas, se encuentra de todo: la avenida Cabildo, la Avenida del Libertador, un shopping, la avenida Luis María Campos y la zona de cafecitos entre La Imprenta y Las Cañitas.
Las propiedades en ese pasaje son un mundo aparte y defienden valores de venta que llegan a los US$4000/m², por encima del promedio de Belgrano, que según el index de ZonaProp ronda los US$2800/m² e inclusive de otras cuadras que la rodean. La casa del pasaje que actualmente está en venta es una propiedad con una historia tan particular como la ubicación en la que se encuentra.
De estilo inglés, la casa de cuatro pisos ubicada a la altura del 800 llegando a la esquina de Gorostiaga, está publicada por un valor de US$950.000. “Hace un tiempito vendimos una en la cuadra por US$1.300.000 y otra a la vuelta en US$2.300.000. Es una cuadra muy codiciada y las propiedades tienen improntas muy particulares”, señala Martín Pinus, dueño de la inmobiliaria homónima que comercializa el inmueble. En la esquina justo de Gorostiaga se vendió recientemente otra que está en refacción, al igual que otras casonas de los alrededores.
De origen Tudor, el estilo arquitectónico de esta propiedad se remonta a los años 20 del siglo pasado y es testimonio de la cosecha del neoclásico inglés en las construcciones porteñas. Es una de las propiedades mejores conservadas del pasaje y que por su estilo bohemio y cálido supo inspirar a quienes la habitaron a lo largo de su historia.
Además de su belleza arquitectónica, la casa de 350 m² que se levanta en Malasia al 800, desde su construcción en 1930 fue habitada por artistas de toda índole, desde figuras que revolucionaron el radioteatro en esa década, hasta artistas plásticos, músicos y escritores.
¿Cómo es por dentro? Distribuida en cuatro pisos, la casa cuenta con cinco dormitorios. Sus espacios abiertos se dividen entre una terraza y un patio. Cuenta con una amplia recepción que se comunica con un gran playroom, un escritorio, un toilette y el patio. El primer piso alberga el living y el comedor, además de una amplia cocina y otro toilette. Mientras que en el segundo piso se encuentran tres dormitorios (incluyendo el principal con vestidor y un baño y en el tercero la terraza con parrilla, con vista a la cúpula de la Abadía, además de lavadero y otro dormitorio y baño completo. Por último, el cuarto piso, con un dormitorio más. Entre los detalles, cuenta con pisos de pinotea en dormitorios y vitraux en ventanas, además de molduras en los techos. La casa fue reciclada totalmente hace seis meses
Llamada por sus dueños como la “casona poema”, el nombre hace referencia a quien fue una de sus residentes durante algún tiempo, según cuentan los vecinos del pasaje. Se trata de Herminia Brumana, una maestra, escritora, periodista y activista originaria de Pigüé, a 500 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, y que bregó por los derechos de las mujeres. Además de escribir nueve libros y once obras de teatro, colaboró con artículos para diferentes medios gráficos, entre ellos LA NACION y la revista Caras y Caretas y formó parte de la Sociedad Argentina de Escritores. En su cuento “Compañía en soledad” (1946), Brumana discutía los prejuicios de su época y proponía a sus lectores nuevos roles de género, más flexibles, para las mujeres y para los varones. Diversas calles, plazas, bibliotecas y establecimientos educativos de la Argentina llevan su nombre, inclusive la plazoleta en el barrio de Flores, donde el Papa Francisco jugaba a la pelota.
Otra de las casas que se destaca en la cuadra es la del arquitecto Estanislao Pirovano, autor del ex edificio del diario LA NACION, ubicado Florida 373, luego sucursal de Falabella hasta su reciente cierre. De estilo barroco, la casa está casi al otro extremo del pasaje.
El “Barrio Parque” de Belgrano
Dentro de este barrio, el área mas codiciada está entre las calles Malasia, Gorostiaga, Villanueva, Olleros, Maure y 11 de Septiembre, caracterizado por antiguos y prestigiosos palacetes y modernas construcciones, conectadas con sus calles adoquinadas. “Es el ejemplo de perfecta convivencia entre lo histórico y lo moderno dentro de un barrio vibrante, en constante cambio y crecimiento. Es el barrio correcto para adquirir una mejor calidad de vida como también para invertir en negocios rentables”, afirma Martín Pinus, dueño de la inmobiliaria homónima, muy presente en la zona.
En esta zona en particular, se pueden encontrar distintas embajadas –entre ellas las de Alemania, Croacia, Ucrania y Emiratos Árabes- y también la emblemática Parroquia Benito Abad, sinagogas y colegios y universidades privadas.
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