Estuvo a la venta en varias ocaciones, pero un detalle hizo que no hubiese interesados es adquirir la propiedad
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Una impresionante mansión en Long Island está a la venta una vez más, luego de haber rebajado su precio en tres ocasiones. Esta opulenta propiedad, situada en 26 Pond Road, cuenta con más de tres hectáreas frente al mar y estuvo en el mercado durante los últimos ocho años.
Lo más curioso es que a pesar de tener un precio inicial de US$100 millones, fue disminuyendo gradualmente a $85 millones, luego a $55 millones hasta llegar a los US$45 millones. La casa es el sueño de un maximalista y cuenta con tres estructuras: la casa principal, la casa de juegos y la casa de huéspedes, con un total de 5574 metros cuadrados que incluyen 18 habitaciones y 28 baños.
La propiedad se encuentra en Great Neck, un área próspera en Long Island. Comparte algunas similitudes con la icónica mansión de El Gran Gatsy, con un salón de baile, un muelle para botes, un parque acuático, un estanque koi, una bodega, una peluquería, un campo de tiro, una cancha de tenis y una cancha de ráquetbol cubierta, entre otras comodidades. Los terrenos, que cuentan con estanques, fuentes y estatuas, incluyen también árboles y plantas de especies raras que solo se pueden encontrar en jardines botánicos internacionales.
Pero lo que más destaca de esta propiedad es su interior, con una decoración que impresiona a cualquiera. La pista de bowling, con un techo de mosaico y vitral, es solo una de las muchas habitaciones que tienen este tipo de techo. La pileta cubierta y el comedor formal, cuyo patrón de techo muestra flores azules, son algunas de las habitaciones más impresionantes de la casa. Además, tiene siete jacuzzis.
El garage cuenta con un ascensor hidráulico de cristal que sube a tres de los cinco pisos de la casa principal y baja a tres plantas subterráneas. La parcela frente al mar, en Village of Kings Point, mira hacia el suroeste, con el horizonte de la ciudad de Nueva York, además de algunos puentes, a poca distancia.
Construida en 1928 como una vivienda más humilde, la propiedad fue comprada y ampliada hace unos 20 años por el inversionista inmobiliario Tamir Sapir, quien gastó más de US$100 millones en mejoras con materiales de todo el mundo. Sapir murió en 2014 a los 67 años, y a pesar de su gusto exagerado, con una inclinación por los temas náuticos y los asientos de caracoles, la propiedad se vendió por última vez en 2013 por poco menos de US$16 millones, según los registros del condado de Nassau.
El propietario actual, cuya identidad está envuelta en misterio por una corporación de responsabilidad limitada, nunca se mudó y ahora no para de bajar el precio para venderla.
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