La transpiración, las células muertas de la piel y la presencia de ácaros se acumulan en las sábanas y es bueno conocer cada cuánto se aconseja cambiarlas
- 4 minutos de lectura'
Debido a que los seres humanos pasan casi un tercio de su vida en la cama, es importante tener el cuidado y la higiene que este espacio merece. El cambio de sábanas y almohadas es crucial para tener un mejor sueño, pero ¿cada cuánto se deben cambiar las sábanas?
Normalmente, las personas que no lavan sus sábanas con frecuencia duermen sistemáticamente con más alérgenos de la cuenta y eso puede significar un aumento en el riesgo de desarrollar asma o alergia al polvo.
Cuanto más tiempo pasamos con el mismo juego de sábanas, más posibilidades hay de que se conviertan en un foco de infección, ya que el sudor, las células muertas de la piel y la presencia de ácaros se acumulan, creando un ambiente perfecto para los microbios, según ‘Muy Interesante’.
Aunque en pequeñas cantidades estos microbios no son ofensivos, con el paso del tiempo podrían convertirse en un problema mayor y causar alergias. Para quienes ya sufren alergias estacionales, es primordial el cambio y lavado de sábanas periódicamente, ya que ayuda a reducir los efectos adversos de la anomalía del sistema inmunitario.
¿Cada cuándo se deben cambiar las sábanas?
Según el microbiólogo de la Universidad de Nueva York, Philip Tierno, lo ideal es lavar las sábanas una vez por semana. La psicóloga, neurocientífica y experta en sueño Lindsay Browning también comparte este argumento, tal y como declaró al medio radiofónico británico Radio ‘1 Newsbeat’. Según Browning, hay que cambiarlas de forma semanal, o como mucho, cada dos semanas.
“El sudor penetra en las sábanas y hace que estas no sólo huelan mal, sino que se obstruyan”, afirma la especialista. Además, indica que es necesario que el aire circule para sentirnos frescos y dormir mejor, evitando una sensación de humedad en el ambiente.
Por otro lado, un estudio de Cambridge realizado en guarderías muestra que lavar la ropa de cama con frecuencia puede reducir la gastroenteritis. Otros estudios afirman que evita las infecciones en vías respiratorias.
En caso de enfermedad o si alguien en el hogar tiene alergia a los ácaros, se recomienda lavar las sábanas con mucha frecuencia y con agua caliente, a unos 60 grados centígrados.
¿Cómo desinfectar las almohadas?
A pesar de la creencia popular de que las almohadas sólo requieren un cambio de fundas para mantenerse limpias, expertos en el cuidado del hogar y la higiene personal subrayan la importancia de una limpieza profunda y regular de estos accesorios esenciales del sueño.
El uso diario expone a las almohadas a diversos factores que pueden comprometer su higiene y, por ende, la salud de quienes las utilizan. Según información proporcionada por el blog de ‘Sommiercenter’, desinfectar las almohadas requiere atención a detalles específicos, comenzando por la revisión de la etiqueta del fabricante.
Pasos para una limpieza efectiva
Revisión de la etiqueta
Antes de proceder con la limpieza, es fundamental conocer las indicaciones del fabricante sobre la composición, lavado y planchado de la almohada.
Lavado según la composición
- Almohadas de fibra: pueden lavarse en máquinas a temperaturas entre 30°C y 40°C para evitar daños en el relleno y garantizar su desinfección.
- Almohadas de viscoelástico: se recomienda un método de limpieza suave con jabón neutro y mínimo contacto con el agua.
- Almohadas de plumas: requieren un trato aún más delicado, sumergiéndolas en agua caliente con jabón líquido y evitando el frotamiento excesivo.
Secado adecuado
- Posterior al lavado, el secado juega un papel importante. Se aconseja colgar las almohadas en un lugar aireado, evitando la exposición directa al sol. Para acelerar el proceso, puede utilizarse un secador de pelo, asegurando que la almohada esté completamente seca antes de su uso.
La importancia de una limpieza frecuente
Más allá de la creencia de que las fundas ofrecen protección suficiente, las almohadas acumulan humedad, aceites naturales, productos cosméticos y células muertas, lo que puede favorecer la proliferación de ácaros, hongos y otros organismos perjudiciales para la salud.
Estos factores pueden causar desde irritaciones cutáneas hasta problemas respiratorios, evidenciando la necesidad de una higiene regular.
Limpiar las almohadas con frecuencia no sólo contribuye a un entorno de sueño más saludable, sino que también prolonga su vida útil, manteniéndolas suaves y frescas por más tiempo. Esta práctica, además de ser beneficiosa para la salud, representa un ahorro económico al disminuir la necesidad de reemplazarlas constantemente.