Existen aplicaciones que permiten la comunicación con vecinos y con la administración, la reserva de amenities y la realización de consultas financieras para agilizar y focalizar el intercambio
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Hoy en día, uno de los canales de comunicación con más alcance es el chat de WhatsApp. Es frecuente que se creen grupos a través de esta vía, tanto en el ámbito personal como en el laboral. Otro espacio en el que se suele apelar a esta herramienta es en los edificios y barrios cerrados, donde los vecinos utilizan grupos para mantenerse al tanto de las novedades, coordinar las reuniones, pasarse datos y también quejarse. En estos, es común recibir mensajes que preguntan si el resto tiene luz en su departamento, un pedido para bajar el volumen de la música, la información sobre qué día se realizarán arreglos en áreas comunes o mismo un saludo de bienvenida a un nuevo integrante.
Sin embargo, el ida y vuelta de mensajes a veces da a lugar a confusiones que eventualmente podrían escalar y convertirse en fuentes de conflicto. Uno de los puntos en contra más fuertes para el uso de esta aplicación es la opción de silenciar los grupos. Esta herramienta es elegida por muchas personas para no recibir notificaciones seguido -en especial cuando se trata de edificios grandes con muchos vecinos (y muy activos)- y a veces provoca que se pierdan de información relevante para la administración o que se vean obligados a leer cientos de mensajes para ponerse al día. Además, los integrantes del grupo pueden perder mensajes si borran el chat, por ejemplo, para tener más espacio libre en su celular. También hay casos en los que un vecino decide no participar del grupo en común y se pierde de las novedades y conversaciones, o se limitan a recibir la información trascendental vía mail de parte de la administración.
Alternativas para los grupos de WhatsApp
Para evitar estas dificultades y lograr que todos los vecinos estén actualizados, algunos consorcios optan por recurrir a otros canales que faciliten la comunicación y que, por ejemplo, mantengan el historial de mensajes. Existen aplicaciones como Consorcio Abierto y Buen Vecino que incluyen las funciones de hablar por un chat común entre vecinos, uno directo con la administración, reservar amenities, ver el reglamento del consorcio, informar incidencias o aspectos más financieros como consultar el estado de la cuenta, el pago de expensas y la visualización de comprobantes de pago, entre otras. Además, para los propietarios que tienen unidades en distintos edificios, estas aplicaciones permiten formar parte de varios grupos y así unificar la organización.
“Hay temas que son más sensibles. Por eso, tanto administradores como vecinos optan por una aplicación exclusiva para el manejo del edificio y así evitar problemas”, indica Albano Laiuppa, director de ConsorcioAbierto, un software para la gestión de la propiedad horizontal.
Por ejemplo, si un vecino quiere reservar el SUM de su edificio desde este tipo de aplicaciones puede seleccionar en el calendario el día y el horario en el que lo va a usar, así deja registrado quién usaría en qué momento el lugar para que todos estén al tanto y evitar futuros conflictos.
“Esto no significa que todos los consorcios dejan los grupos de WhatsApp. Hay algunos que sí lo abandonan por completo, pero otros hacen un uso diferenciado y más acotado. WhatsApp queda como un canal más liviano de intercambio entre los vecinos, dejando lo más serio en nuestra aplicación”, añade Laiuppa.
Por otro lado, alrededor del mundo también existen este tipo de aplicaciones como Nextdoor que opera en ocho países, ¿Tienes Sal? de España y Nebenan en Alemania.