Con las fronteras cerradas con Uruguay, los argentinos que solían veranear en Punta del Este tuvieron que optar por otros destinos dentro de la Argentina para pasar la temporada estival 2020-2021. Ante un verano atípico, las playas de la costa Atlántica y las montañas del sur se vislumbran como las opciones favoritas: las localidades están cerca de agotar su oferta y las propiedades “premium” se posicionan entre los alquileres con más movimiento de reservas.
El lago pudo más que el mar
Luego de un año de encierro, los lagos y las montañas del sur rankearon como una de las mejores opciones para los argentinos que buscan respirar naturaleza y al mismo tiempo escapar de las concentraciones de gente. “Nosotros trabajamos tanto la costa Atlántica como el sur y este año los alquileres de la Patagonia se reservaron mucho más rápido. Evidentemente a la gente le da una sensación de mayor amplitud, que no se van a estar chocando en la playa ni en las calles. Y ya está todo alquilado”, señala Alejandro Gancedo, propietario del portal web Pinamar-Bariloche.com.ar.
En comparación con la temporada pasada, los precios -en pesos- de los alquileres ubicados en Villa La Angostura y Bariloche aumentaron entre un 30 y 50%, en sintonía “con la inflación y el dólar blue”. A la hora de reservar, hay ofertas para todas las billeteras: el precio de un monoambiente arranca en los $4000 por noche, aunque las cabañas para hasta siete personas suelen promediar un valor de entre $9000 y $14.000 por día. Sin embargo, para los turistas con un presupuesto más amplio y que buscan estadías lujosas, también hay precios dolarizados. Las casas con costa de lago, con una vista panorámica o para aquellas que se encuentran ubicadas en barrios cerrados -como Arelauquen en Bariloche o Cumelén en Villa La Angostura-, los alquileres varían entre US$360 y US$1500 por noche.
A partir de que el Gobierno anunció que la temporada de verano se llevaría a cabo, las ofertas comenzaron a agotarse en ambas localidades patagónicas. Las primeras propiedades que se reservaron fueron las casas con costa de lagos, seguidas por aquellas con vistas panorámicas y los bungalows. “Los departamentos se comenzaron a alquilar cuando los turistas vieron que no conseguían cabañas o casas”, explica Mercedes Berruti, quien se encarga de los alquileres turísticos en la inmobiliaria barilochense Los Andes Propiedades.
Los departamentos comenzaron a alquilarse cuando ya no quedaban casas ni cabañas con vistas panorámicas.
De acuerdo a los brokers consultados, todos coincidieron que tienen entre el 90% y 100% de sus ofertas alquiladas para este mes. En tanto, según datos del portal web Booking, en Villa La Angostura más del 89% de los alojamientos están reservados para enero, mientras que en San Carlos de Bariloche la cifra es mayor al 74%. “Hay muy pocos huecos sin vender. Ya no quedan más estadías largas disponibles, ni en casas grandes ni en chicas. En cambio, para febrero todavía hay lugar, tenemos un 40% disponible de las 50 casas que administramos. Si el usuario navega en varios portales, va a encontrar lo que busca para febrero. Pero a medida que enero avance, tal vez en diez días más, se termina de alquilar”, asegura Francisco Chechile, propietario de la página web bog.com.ar y vicepresidente de la Cámara de Alquileres Turísticos Temporarios de Villa La Angostura (ATT).
Vacaciones en la costa argentina
Para los turistas que prefieren el mar, este verano las playas de Punta del Este fueron reemplazadas por las aguas de la costa Atlántica. La ocupación sobre finales de diciembre, enero y febrero en Pinamar alcanza los valores históricos, algo similar a lo que ocurre en las ciudades de Mar del Plata y Cariló. “El segmento que más movimiento registra es el de alquileres de propiedades premium”, analizó Alejandro Ginevra, presidente de la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (CAMESI).
La ocupación sobre finales de diciembre, en enero y febrero en Pinamar, Cariló y Mar del Plata alcanza los valores históricos.
De acuerdo a un informe realizado por la entidad, que encuestó a más de 3.000 operadores y agentes de todo el país, los alquileres temporales en la costa aumentaron en pesos entre un 30% y 50% en relación al verano pasado. En números, un monoambiente arranca a $3000 por noche, mientras que una casa con tres habitaciones y dependencia los precios varían entre los $8000 y $20.000. En tanto, las casas cercanas al mar se publican en dólares con precios que oscilan entre los US$4000 y US$5000 al mes.
Al igual que lo que ocurre en el sur, en enero la oferta de casas y cabañas disponibles ya es escasa. “Nuestros operadores nos informan que queda poca disponibilidad para enero y se va avanzando sobre febrero, marzo e incluso hay interés en el mes de abril”, cerró Ginevra.
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