Esta construcción típica de la zona y hogar de artistas y escritores busca nuevo dueño por un millón de euros
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Esta encantadora casa típica mallorquina, conocida por su arquitectura con paredes de piedra, techos de tejas y un jardín con vistas al mar Mediterráneo, se encuentra en la zona más tranquila y soleada de Deiá, un pequeño pueblo costero en la cordillera norte de la isla española de Mallorca. A pocos pasos de la plaza de la Iglesia y cerca del centro del pueblo, esta propiedad ofrece algo más que vistas extraordinarias.
A lo largo de los años, fue el hogar de varios artistas y escritores, pero quizás su propietario más conocido sea el Premio Nobel de Literatura de origen, Gabriel García Márquez, quien compró la propiedad en 1975 y la utilizó como su residencia de verano durante más de 30 años como uno de sus refugios en la isla. El periodista colombiano la consideraba su “lugar de descanso”, donde escribió parte de sus obras incluyendo El amor en los tiempos del cólera.
Después de la muerte de García Márquez en 2014, la casa fue comprada por un empresario español que prometió mantener su legado y convertir la propiedad en un centro cultural dedicado a la literatura y la cultura latinoamericanas. Sin embargo, esto nunco sucedió, a pesar de que algunos eventos culturales se realizaron allí de vez en cuando. Recientemente, la casa salió a la venta por poco más de €1 millón, y aunque se encuentra en buen estado de conservación, requiere una modernización.
La casa está distribuida en tres plantas y cuenta con tres amplios dormitorios, dos baños, una cocina rústica con chimenea, un salón y un ático con una gran sala-estudio. Además, a través de una calle peatonal, la casa cuenta con un pequeño jardín que incluye una casita de invitados que puede ser ampliada.
Como la mayoría de las casas mallorquinas, esta propiedad cuenta con ventanas pequeñas y rectangulares para reducir la entrada de luz y mantener una temperatura interior agradable de alrededor de 25°C, especialmente en verano cuando las temperaturas pueden superar los 30°C. La chimenea es otro elemento típico de estas construcciones españolas, que se alimentaban con carbón vegetal o madera para contrarrestar las bajas temperaturas de los inviernos.
También destaca por sus persianas mallorquinas, con su estructura de rejilla, que aparecieron en el siglo XIX para cumplir con la función de regular más eficientemente el paso de la luz al interior de la casa durante las horas centrales del día. Como todas las casas señoriales, destaca por sus grandes portones de forma arqueada y ornamentados con picaportes decorativos, mientras que las casas más humildes tienen puertas más sencillas.
Otra característica que la diferencia en comparación con los de las casas del norte de España o de Europa son los tejados con poco desnivel debido a las nevadas escasas en Mallorca y su suave clima mediterráneo.
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