La casa, de los 1800′s, estilo Queen Anne y con vista a la bahía de San Francisco, fue mudada en los 1900′s e instalada en su ubicación actual
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En San Francisco, una casa de estilo Queen Anne, que ha estado en la misma familia durante 60 años, se puso a la venta por US$ 28 millones.
La propiedad está ubicada en la zona de Pacific Heights y cerca del Parque Nacional Presidio. Según un libro de historia de San Francisco de Tricia O’Brien, se construyó en la década de 1880 para un ejecutivo marítimo, William F. Babcock, como regalo de casamiento para su hija. Al principio del siglo XX, se relocalizó a siete cuadras, el lugar en el que está ahora.
“Me acuerdo que mi mamá contaba que la casa había sido cortada a la mitad, o tal vez en cuartos, y que podían verse las marcas en las que habían juntado las piezas”, dice Gordon Andrews, cuyos padres son los dueños más recientes. Confiesa que él nunca pudo encontrar esas marcas.
La mansión, de 8 habitaciones y casi 960 metros cuadrados, se ubica en un terreno grande que mira a la bahía de San Francisco, la isla-prisión de Alcatraz y el famoso puente Golden Gate. Tiene un hall de entrada revestido con paneles de secuoya (o redwood, el famoso árbol de California), pisos de parquet y un candelabro. El resto de la casa incluye un living de 15 metros de largo y techo de 6 metros, balcones, y ventanales que miran a la bahía. También hay un comedor de estilo formal con puertas de estilo francés que dan al jardín.
En la biblioteca, que tiene un techo artesonado, hay asientos de ventana y estantes empotrados y un bar escondido detrás de una pared falsa. “No sabés que existe hasta que de repente aparece alguien con un trago”, dice Andrews. La propiedad también incluye un altillo para jugar a las cartas y una terraza en el techo, además de garage para cuatro autos.
A fines de los 50, Adolphus Andrews Jr. y Emily T. Andrews, padres de Gordon, adquirieron la casa por una suma no divulgada. Se habían quedado impactados por la propiedad durante una fiesta a la que habían asistido tres años antes, y después de esperar pacientemente que la pusieran en venta, aprovecharon la oportunidad cuando apareció. Es el lugar en el que criaron a tres hijos. Aunque siempre mantuvieron la propiedad en perfecto estado y le hicieron múltiples restauraciones, prácticamente no tocaron la fachada ni el aspecto de la casa. Además, instalaron un ascensor.
Andrews, con 64 años, recuerda su infancia en la esquina noroeste del piso de arriba, su cuarto de toda la vida: el último escalón de la escalera crujía tanto que no se podía escapar sin ser escuchado. Su padre, que trabajaba en la industria maderera, era un coleccionista de antigüedades, así que Gordon y sus hermanos tenían la entrada prohibida a varias secciones de la casa en las que había elementos frágiles y preciados.
Andrews padre murió en 2017, y su mujer en 2019. Su hijo dice que quiere vender la propiedad ya que ni él ni sus hijos pueden mantener la casa o mudarse.
El mercado de lujo en San Francisco, y en las ciudades de Estados Unidos en general, empieza a levantar vuelo luego de un 2020 malo. En febrero, las ventas de casas de lujo subieron un 87% interanual en la ciudad.
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