Recoleta: venden un departamento de lujo en el edificio donde vivieron Bioy Casares y Silvina Ocampo, y que construyó Alejandro Bustillo
Publicado por una cifra millonaria, la propiedad está ubicada en la exclusiva calle Posadas, en Recoleta, en un edificio que se construyó en 1926
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Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares fueron una pareja emblemática de la literatura argentina. El amor que nació una tarde de 1933 se oficializó pocos años después y se alojó en un lujoso departamento de Recoleta a pocos metros de su famoso cementerio.
El edificio que los escritores eligieron para vivir se encuentra en Recoleta, uno de los barrios más caros de la Ciudad de Buenos Aires en el que el metro cuadrado promedia los US$2583, según Zonaprop. El atractivo del mismo no es solo la ubicación en la que fue construido sino la mente maestra detrás del proyecto. El famoso arquitecto argentino Alejandro Bustillo fue el autor de la obra arquitectónica llevada a cabo en 1926. De sus 400 edificaciones, se pueden destacar el Hotel Llao Llao en Bariloche, el Hotel Provincial y el Casino de Mar del Plata, la casa central del Banco de la Nación Argentina, el banco Tornquist y el Hotel Continental.
La calle Posadas, fue el lugar elegido para construir el edificio en el que más tarde iban a vivir los escritores y los iban a visitar sus colegas, como Jorge Luis Borges. Hoy en día, un departamento de más de 600 m² se vende en ese mismo edificio a US$4,7 millones. Según autoridades de Miranda Bosch, la inmobiliaria que lo comercializa, recibieron consultas de una considerable cantidad de interesados -teniendo en cuenta la magnitud del precio al que se publicó- y alguno de ellos son personas del mundo del espectáculo local.
La antigüedad e historicidad del edificio permitieron clasificar la construcción como Patrimonio Histórico. Su fachada de estilo francés que alude al período de la Belle Époque profundiza la identidad europea que conforma la arquitectura de este cotizado barrio porteño. Este estilo continúa presente en el resto del edificio y se puede apreciar desde que se dan los primeros pasos a la propiedad, donde se expone una galería de estatuas y obras de arte.
Cómo es por dentro
El gran departamento de 571 m² está repartido entre cuatro dormitorios y siete baños, a los que se adicionan 16,8 metros en el piso superior y otros 56,7 metros en la planta baja. El inmueble se puso a punto y se renovó respetando su valor histórico. Todavía se pueden apreciar sus pisos de roble importados o el mármol italiano de su baño principal.
La amplitud es una de sus características más notorias. Sus ambientes disponen de espaciosos techos que se elevan a casi tres metros sobre el suelo. Estos suelen estar acompañados de grandes ventanales, como en el living que se conecta con el jardín de invierno o el comedor, ambos ambientes en los que también se pueden encontrar chimeneas.
En la recepción del departamento, Bustillo decidió diseñar un hall de entrada que recibe a los invitados con sus elegantes arcadas clásicas, típicas del estilo arquitectónico elegido.
Al estar en una calle inclinada, el departamento disfruta de amplias vistas despejadas a la plaza San Martín de Tours. La master suite es la habitación que mejor aprovecha este paisaje, la cual también cuenta con dos baños y dos vestidores hechos a partir de madera de cerezo asiático. En el mismo piso también se encuentran otras dos suites de importantes dimensiones, una de las cuales ofrece una vista a la calle Posadas.
Uno de los espacios más utilizados en los hogares es la cocina. En este caso, el ambiente con mesadas de mármol recibe una gran cantidad de iluminación a partir de la luz que entra desde el exterior y el pulmón de manzana.
Por otro lado, el departamento también incluye un breakfast, lavadero y dos dependencias de servicio, cada una con su baño privado. En el piso superior, la unidad cuenta con otros dos dormitorios, un baño y un lavadero.
Quien compre este departamento puede evitar el dolor de cabeza que implica estacionar en la Ciudad de Buenos Aires, ya que el precio de venta incluye dos cocheras fijas en el edificio con seguridad las 24 horas, así como también de una baulera en planta baja.
LA NACION
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