La modelo anunció que se divorciará del padre de sus dos hijos y tendrán que definir quién se quedará con las propiedades que la pareja compartía
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“Después de ocho inolvidables años compartidos, decidimos separarnos y darle otra forma a esta familia”, decía el mensaje con el que la modelo y conductora Zaira Nara anunció la separación de su esposo, el agrónomo y piloto de avión, Jakob Von Plessen.
La pareja que tienen dos hijos en común le puso un punto final a su relación en septiembre. En una nube de sentimientos grises, ahora comenzarán con la división de bienes que le sigue a cada divorcio. Entre todas las propiedades que tienen en común, hay una desde la que la hermana de Wanda Nara solía publicar frecuentemente en Instagram, red social en la que acumula cinco millones de seguidores.
Una hermosa cabaña cerca de San Martín de los Andes en la que pasaron más de unas vacaciones ahora quedaría en disputa para ver quién de los dos se la queda. En la propiedad ubicada en la zona de Quila Quina, Von Plessen se dedicaba a la cría de caballos y a organizar expediciones por la Patagonia mientras que Nara disfrutaba del contacto con la naturaleza junto a sus hijos Malaika y Viggo.
Ideal para pasar una tarde con la montaña de fondo, la casa en San Martín de los Andes tiene un porche en el frente de la construcción decorado con sillones bajos de madera donde la familia festejaba cumpleaños privados o disfrutaba de una tarde al sol.
En las fotos que con el tiempo fue publicando Zaira, se puede apreciar una casa decorada con colores saturados. Muebles rojos y turquesas se conjugan con la fuerte presencia de madera, el material preferido por la arquitectura patagónica para la construcción de cabañas. Por su parte, todas las puertas y marcos de ventanas están pintados de un celeste pastel.
La afinidad de Zaira por la cabaña es tal que fue la locación elegida para llevar a cabo una producción fotográfica para la revista Vogue Living Netherlands, en la época en la que la modelo estaba embarazada de Viggo.
Con mesadas, estanterías y paredes de madera, la cocina tiene varias ventanas para dejar entrar la luz natural y apreciar la vista al campo mientras cocinan la comida del día. Separada por una barra con banquetas negras se encuentra una mesa de madera que le da forma al comedor, rodeada de sillas con respaldo de mimbre. En este mismo ambiente también hay una cajonera de madera clara donde tienen lugar para guardar distintos juegos de cubiertos, utensilios y objetos personales.
La sala de estar está decorada con distintos tapices rojos con diversos estampados y una gran biblioteca compartimentada negra que se camufla con las paredes hechas de tablones de madera grisácea. Por su parte, el sillón tiene almohadones color durazno y las sillas son de madera y mimbre.
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