Larissa del Río, psicóloga colombiana, trabaja las emociones, los espacios y el pasado personal, y participó del Summit de Real Estate que organiza LA NACION
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¿El espacio físico puede afectar nuestro estado de ánimo? Pero claro que sí ¿Quién no ha sentido que pasar un día gris y lluvioso puertas adentro pueden provocar nostalgia? ¿O que el rugir de un estadio lleno nos contagia de adrenalina y excitación? Pero mucho más finos son los efectos del diseño de una habitación o incluso las consecuencias psicológicas de un objeto. Larissa Del Rio, psicóloga clínica colombiana, es una de las precursoras de la llamada psicología de espacios, que se dedica a estudiar exactamente eso.
En el marco del Summit de Real Estate que organiza LA NACION para bucear en las perspectivas, diagnósticos, análisis y oportunidades del mercado inmobiliario a partir de sus protagonistas más relevantes, Del Rio delineó los contornos de este particular mundo que combina la psicología, la decoración de interiores y el pasado personal, en una conversación virtual desde Bogotá con Carla Quiroga, moderadora del evento y editora responsable de LN Propiedades. “El espacio físico tiene un impacto importante en los procesos de mis pacientes. Provoca que las emociones se transformen con más facilidad, y ayuda a que las personas se curen más rápidamente”, explica Del Rio.
La carrera de esta psicóloga y diseñadora, que obtuvo maestrías en Italia y España, comenzó casi sin quererlo, a partir del feedback que recibía de sus pacientes por su consultorio. “Ponía mucha atención en el espacio que creaba para mis pacientes; utilizaba colores, texturas, materiales, pero lo hacía intuitivamente, no sabía que tenía esa faceta artística”, cuenta. Luego de la recepción positiva, fue tomando consciencia del impacto y del potencial, y profundizó en estudios de interiorismo y arquitectura. Así es que comenzó la fusión entre los dos mundos y lanzó su carrera como una de las pocas exponentes latinoamericanas en el rubro, con protocolos patentados y charlas y disertaciones alrededor del mundo.
Del Rio es especialista del detalle. Los objetos concretos, sostiene, tienen una fundamental incidencia en nuestro estado anímico. “El espacio residencial esta concebido por un montón de objetos de decoración que hablan de nosotros mismos. Pero lo que no sabemos es que esos elementos los hemos elegido muy inconscientemente”, explica. Esos mismos objetos, pero también los colores, cargan con un significado que, si bien es difícil de mensurar y visibilizar, es crucial. “Un ejemplo: el color que elegimos un color para nuestra habitación. Supongamos que, en la vieja casa de nuestros padres, predominaba el amarillo, y que guardamos muy lindos recuerdos de aquellos días. El cerebro almacena eso, por más que no sea de forma consciente. Veinte años después somos propensos a querer repetir el color”, explaya Del Rio. Si la connotación es negativa, el efecto es obviamente contrario. “Vamos guardando recuerdos y memorias, teniendo emociones inconscientes en los espacios que luego traemos al y asociamos con el presente”.
Para ejemplificar el concepto, Del Rio rescata una experiencia con dos pacientes, una pareja venezolana de Miami. El marido llegó a los Estados Unidos un año y medio antes que su esposa, huyendo del desastre económico. La decoración de la vivienda, obviamente, estuvo a su cargo, pero de forma inesperada empezaron los problemas maritales cuando ella llegó desde Caracas. “A través de la conversación y la terapia pudimos identificar que el color gris, que había elegido e esposo para pintar, a ella le traía recuerdos de una experiencia de pareja dramática. Se sentía mal en el espacio pero no entendía por qué. Cuando hicimos el proceso de hacer consciente lo inconsciente, o tangible lo intangible, ella entendió que el problema era el gris”. La situación mejoró cuando cambiaron los colores, sostiene la psicóloga.
Si evitar o desprenderse de recuerdos o situaciones que afectan el bienestar es un afán, también lo debe ser con respecto a los objetos. El decluttering, o despojo de objetos, tiene por objetivo “sacar todo lo que ya no uses o no ames, cosas rotas o sin terminar, cosas desorganizadas o basura, cosas que ya no sirvan a tu vida, que drenen tu energía”, enumera Del Rio.
Si querés ver el encuentro completo podés revivirlo en https://realestate.lanacion.com.ar/
Además, podés disfrutar de la cobertura completa en lnpropiedades, y en la edición especial que se publicará en el suplemento de Propiedades que sale este sábado 21 de agosto y en el de Inmuebles Comerciales que publica el próximo lunes 24. Además podés disfrutar de lo que nadie vio del encuentro en nuestras redes @lnpropiedades en Instagram y en Facebook.
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