Falleció Lisa Marie Presley, hija de Priscilla y Elvis: era la única heredera de la mansión Graceland donde el acceso a su habitación de niña siempre estuvo prohibido
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A los 54 años falleció Lisa Marie Presley, hija de Elvis y Priscilla Presley. La cantante y actriz había sido trasladada de urgencia a un hospital de Los Ángeles tras sufrir varios problemas cardíacos, el mismo trágico final que terminó con la vida del Rey del Rock. “Es con gran pesar que debo compartir la devastadora noticia de que mi hermosa hija Lisa Marie nos ha dejado”, comentó la madre en una entrevista para la revista People.
Al morir su padre, Lisa Marie se convirtió en la única heredera de su patrimonio. Así fue como llegó a sus manos la icónica casa donde el cantante vivió sus últimos 20 años. La propiedad que transformaron en un negocio turístico.
Actualmente la propiedad recibe un promedio de 650.000 visitas anuales y recauda US$10 millones, un décimo de su valor: está tasada a US$100 millones. El recorrido es limitado, ya que la segunda planta de la casa en la que están la habitación, el baño y el despacho de Elvis y la habitación de su hija Lisa Marie tiene el paso prohibido.
Llamada Graceland, la propiedad en el estado de Tennessee atrapa a los seguidores del artista por diversos motivos que la consagran como una de las casas privadas más visitadas de los Estados Unidos. En un predio de seis hectáreas se construyeron en 1939 un conjunto de edificaciones que completan la estancia entre la casa principal y los establos, entre otras edificaciones.
Por un lado, la mansión central consta ocho dormitorios y otras 15 habitaciones temáticas como oficinas, salas de música, ejercicio, juegos, relax y living. Elvis tenía apenas 22 años cuando compró por US$100.000 la casa, un valor desmedido para la época y que queda en ridículo cuando se lo compara con la facturación que hoy en día produce.
Tanto la casa principal como las secundarias están rodeadas de jardines verdes. En uno de ellos conocido como el Jardín de Meditación están los restos de Elvis y de su madre. Esta decisión se tomó luego de que intentaran robar su cuerpo del cementerio de Forest Hill, donde también estaba enterrada su mamá.
Allí los fanáticos pasan frecuentemente a dejarle flores y celebrar en vida al Rey del Rock. Por la casa también pasaron de visita algunas estrellas del entretenimiento, como Phil Collins, Bob Dylan, Roy Disney, Matt Dillon, Tom Hanks, Renzo Demitriades, Chris O’Donell y Paul McCartney.
La decoración digna de un rey
La primera idea de quienes recorren la propiedad es que fue decorada por el propio Presley. Sin embargo, algunos se llevan una gran desilusión al enterarse que lo que se ve no es exactamente lo que el cantante dejó atrás. Después de su muerte en 1977, su ex esposa Priscilla -de quien se divorció cuatro años antes- renovó algunas partes de la ambientación a su gusto.
Aún así, el toque del Rey sigue presente y algunas cosas se preservaron tal cual.
Su color preferido siempre fue el rojo y está plasmado en cada rincón, desde los sillones y cortinas de terciopelo hasta la alfombra del piso y las sillas del comedor.
La extravagancia era su condimento preferido y se ve en cada lugar: las finalizaciones doradas en los muebles, las vidrieras con pavos reales, lámparas de araña, espejos por todas partes, puertas tapizadas en capitoné y televisores alineados para ver distintos canales a la vez.
El cuarto de la jungla
Entre la gran variedad de habitaciones temáticas, la preferida del Rey del Rock era la de la jungla. Un espacio ambientado como selva que el músico usaba para relajarse. Está decorada con piedra natural iluminada con luces rojas, una cascada artificial, plantas, alfombrado de pasto artificial y muebles de madera lacada estilo tiki-bar.
El buen ambiente del lugar le hacía acordar a Hawái, tierra a la que iba para disfrutar y broncearse, y que lo inspiró a convertirlo durante un tiempo en estudio de grabación, donde hizo gran parte de su último álbum, Moody Blues.
El museo de trajes y guitarras y su colección de autos
Elvis Presley fue un revolucionario. El famoso cantante llegó a miles de corazones con sus canciones rockeras así como también desafió los estándares de vestimenta y cambió los tradicionales trajes por las camisas desabotonadas y los monos blancos.
Una de las construcciones aledañas a la casa principal es un gran museo en el que se exhiben los trajes más famosos de la estrella y algunas de sus guitarras. Parte del display de sus posesiones es su amplia colección de 30 coches, motos y karts. Desde muy chico, su sueño era manejar un Cadillac por las calles estadounidenses.
Los primeros ingresos del cantante ayudaron a hacer posible esa aspiración y se compró uno de segunda mano, que años más tarde se quemó en una de sus giras.
El tiempo le dio la revancha y se convirtió en un coleccionista de la marca hecho y derecho, desde el Cadillac rosa que le compró a su madre hasta el modelo Stutz Blackhawk negro que Elvis adquirió antes que nadie y manejó hasta sus últimos días.
El hall dorado
Su trascendencia en la historia de la música se vio reflejada en la numerosa cantidad de premios que reconocieron su talento y trayectoria.
Al mudarse por primera vez a la casa, Presley expuso todos sus discos de oro en la sala de televisión. Aunque años más tarde los trasladó al edificio que tenía una cancha de racquetball, los tres Grammys y sus discos fueron llevados a la exposición Elvis the Entertainer.
Las famosas rejas musicales
Ya desde la entrada, la casa lleva la huella de Elvis impresa. Más allá de rebautizar el nombre de la calle en la que vivió como Elvis Presley Boulevard, el ídolo diseñó junto a Abe Saucer un portón digno de una estrella.
Las rejas principales, que originalmente fueron rojas, llevan un entramado dibujado con un hombre tocando la guitarra y notas musicales en un pentagrama. Construidas por John Dillars Jr. de Memphis Doors, Inc., se instalaron un mes luego de la compra mientras él estaba rodando Jailhouse Rock y sus padres todavía no se habían mudado a la propiedad.
Si bien la tranquilidad de la localidad de Whitehaven, en las afueras de Memphis, era lo que más le atraía, la paz duró poco para el cantante.
El rumor corrió y los fanáticos no tardaron en hacer fila para lograr verlo en alguna que otra oportunidad, dejarle mensajes y buscando conseguir un autógrafo. Poco cambió de esa dinámica, ya que actualmente la casa donde vivió sus últimos años de vida es una de las más visitadas de todo el mundo.
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