A pesar de las nuevas líneas de créditos hipotecarios anunciadas por diversos bancos, la posibilidad de acceder a la vivienda continúa siendo una tarea difícil en la Argentina
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“La Argentina es, quizás, el único país en el mundo en el que la mayoría de la gente compra una remera en cuotas y un departamento al contado”, señala en su libro El sueño de la casa propia Federico González Rouco, economista especializado en vivienda, y explica que existe financiamiento para compras chicas, pero para lo importante, no es posible acceder. Entonces, surge el interrogante: ¿las nuevas líneas de crédito hipotecario podrían revertir esto?
Los anuncios de lanzamiento de nuevos créditos hipotecarios de diversas entidades bancarias: Banco Hipotecario, Ciudad, Supervielle, ICBC, Del Sol, Bancor (Córdoba), Banco del Neuquén, Banco de Corrientes y en unas horas el anuncio que se espera del Banco Nación, tomaron por sorpresa al mercado. En un contexto económico que le esquiva casi por completo desde hace cinco años a la posibilidad de acceder a préstamos para acceder a la casa propia, se espera que más bancos se sumen a los anuncios. “Las entidades financieras no pueden quedarse afuera de un negocio que les permite fidelizar clientes, por lo que otras entidades continuarán lanzándolos”, asegura José Rozados, cofundador de Reporte Inmobiliario.
Las entidades suelen utilizar el crédito hipotecario como un ancla para tener clientes asegurados a largo plazo, y también para captar nuevos. Los datos de escrituras reflejan que en febrero solo se firmaron 106 con hipoteca (3,1% del total) en la ciudad de Buenos Aires. “Febrero fue el mes con menos crédito hipotecario en 22 años”, detalla González Rouco, quien trabaja en Empiria, la consultora económica de Hernán Lacunza y da números que reflejan el atraso: en Chile representa el 27%, 28% del PBI; en Estados Unidos, el 75%, 80% mientras que en la Argentina, en el mejor momento que fue en 2001, representaba apenas el 5% y hoy apenas el 0,2% del PBI.
La noticia toma más relevancia si se tiene en cuenta que la falta de crédito para comprar una propiedad es, históricamente, uno de los talones de Aquiles de la economía argentina. “Son los primeros que están saliendo después de mucho tiempo porque los bancos eran muy reacios a dar crédito hipotecario. Con la realidad inestable del país y una de las inflaciones más altas del mundo, eran pocos los que se animaban a prestar plata”, comenta González Rouco y añade: “Mi conclusión en el libro que publiqué recientemente es que a la Argentina le cuesta mucho sostener una visión de largo plazo y el mercado de vivienda necesita eso”.
El talón de Aquiles de la economía argentina
Los economistas consultados afirman que el principal problema del financiamiento en la Argentina es la inflación. “El país tiene una inflación estructural histórica que se repite en forma permanente en donde, para que haya un financiamiento a largo plazo, se necesita estabilidad o reglas de juego claras que permitan amortiguar el efecto de perdida de poder adquisitivo”, afirma Rozados.
El indicador con el que González Rouco anticipa la demanda de créditos aún está lejos de generar un gran volumen. “Es muy pronto como para pensar en una recuperación del crédito de largo plazo atado a la inflación. El financiamiento hipotecario en la Argentina es tan chico que cualquier anuncio de los préstamos despierta interés, pero, aunque es un muy buen primer paso, va a faltar mucho para que sea un actor relevante”, explica.
En esta línea, Rozados cuenta que para que el crédito hipotecario funcione, que dure en el tiempo y que se pueda extender a muchas más personas, se tienen que dar alguna de los siguientes alternativas: que no haya inflación; que sea una inflación moderada; o, si es alta, que haya un mecanismo que permita actualizar capital y pagos futuros.
“Con los nuevos créditos hipotecarios anunciados en la medida en la que la inflación siga bajando y que entre dentro de los márgenes de lo que se puede considerar moderada, que sería inferior al 10% anual, se convertirá en el ideal de quienes deseen adquirir su vivienda”, anuncia esperanzado Rozados. Pero, en el mientras tanto, hay que ser muy consciente cuando se toma el préstamo. “Hay que tener muy claro que la cuota no se licúa, puede haber momentos en el que sea más fácil pagarla, en otras un poco más complicado, pero va a ir en aumento mes a mes”, concluye.
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