El acceso a la vivienda de alquiler es ya un problema a nivel mundial que se repite en todos los países: falta de oferta, exceso de temporarios, aumentos siderales; las soluciones empiezan también a repetirse en los distintos países
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Las autoridades de la ciudad de Milán buscan tener menos plazas de alquiler temporal para turistas, como en el caso de Airbnb, y más viviendas accesibles en una acción que involucra también al área metropolitana: esta es la nueva estrategia de la capital de Lombardía para hacer frente el aumento del precio de la vivienda y que recientemente ha sido blanco de protestas estudiantiles universitarias. Los cambios ya se tramitaron en el ámbito legislativo y se basan en los resultados del Foro de la Vivienda realizado en la ciudad en marzo pasado.
El punto de partida es la idea de que el tema debe ser enfrentado a nivel metropolitano, no solo algo desde el ciudadano, sino involucrando también a las universidades, las empresas y el sistema hotelero.
Otro paso será revisar los acuerdos ya cerrados sobre tarifas, pero pensando también en cambios fiscales, con la posibilidad de aplicar una tarifa de alquiler por habitación individual.
Las autoridades prevén llegar a fondo y rápido para alcanzar una solución viable al problema de la vivienda. En tal sentido, se están realizando una gran cantidad de reuniones con instituciones civiles, con el fin de ultimar los detalles de la medida.
Todavía existe un debate para limitar los alquileres turísticos de larga duración para favorecer la aparición de más viviendas para estudiantes y trabajadores, que puede definirse con un decreto-ley próximamente.
La idea es aumentar el número de propiedades residenciales disponibles de 22.000 a 25.000 para 2030. En las próximas semanas entrará en vigor otra propuesta destinada al sector de la vivienda y que en este caso tiene como foco a los padres menores de 35 años que deben hacer frente a un alquiler y que tienen, al menos, un hijo nacido o adoptado en 2023.
Esta medida impulsada por el Ayuntamiento se traduce en una bonificación trianual de €9000, es decir, unos €250 al mes.
ANSA