Para comprar esas propiedades hay que tener menos de 40 años y comprometerse a residir allí al menos 15 años
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Europa se ve asediada por el envejecimiento de la población y la urbanización desde hace ya varias décadas. Los jóvenes son cada vez menos, y marchan hacia las ciudades en busca de trabajo en números cada vez mayores y a una edad temprana.
La tradicional “vida de pueblo”, entonces, tiende a desaparecer. A medida que se reducen las oportunidades de trabajo y se empobrece la actividad cultural y social, los históricos pueblos y aldeas que salpican el continente van quedando vacíos, sobreviviendo solo por la determinación de los que no piensan moverse o por los ocasionales euros que llegan con los turistas.
Para revertir la tendencia y repoblar los interiores, apareció una estrategia que se replica cada vez más en distintos lugares. La idea es ofrecer propiedades a precios simbólicos con el objetivo de atraer compradores que, con su llegada y su inversión, revitalicen los pueblos.
Esta nueva moda empezó en Italia y se expandió también por Francia. En España, incluso, ofrecen pueblos enteros por sumas menores a lo que sale un departamento en las ciudades. Ahora, llegó el turno de Croacia.
El pueblo de Legrad, con 2200 habitantes y a una hora y media de la capital, Zagreb, es el primero en el país balcánico en lanzar un plan para jóvenes. La localidad ofrece casas por el simbólico precio de 1 kuna (equivalente a 0,16 dólares y 0.13 euros), buscando la manera de volver a traer vida a sus calles angostas.
Pero Legrad pone, a pesar de todo, algunas condiciones: para “comprar” por esa suma hay que tener menos de 40 años y mantener la residencia en el pueblo durante al menos 15 años. La iniciativa debutó a fines del año pasado, y ya han llegado decenas de compradores croatas y algunos vecinos italianos y franceses. Si no fuera suficiente, desde la municipalidad endulzan la oferta con créditos de hasta 35.000 kunas (unos US$5600) para restauración y renovaciones.
Lugar soñado
La oportunidad es realmente difícil de rechazar. El pueblo es una espectacular localidad atravesada por el rio Deava, justo en la frontera con Hungría. Está rodeado por la naturaleza y los bosques del Parque Nacional Veliki Pazut, un lugar ideal para los deportes de aventura y la vida silvestre.
La iniciativa, celebran desde la municipalidad, está funcionando. El pueblo tiene una de las tasas de desempleo más bajas de todo Croacia, lo que llevó al alcalde a proclamar que “prácticamente no tenemos desempleo”.
El ejemplo de Legrad ilusiona a muchos pueblos alrededor de Europa que, a su manera, buscan equiparar las oportunidades de las grandes urbes potenciándolas con un poco de encanto pueblerino.
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