La falta de planificación y la obsesión por las tendencias pueden generar decisiones que no contemplan las características de la vivienda y las necesidades de quienes viven en ellas
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Los comienzos de año siempre son momento de renovación y balances. El hogar es el lugar perfecto para iniciar el cambio: modernizar los espacios y buscar mayor confort al renovar. Sin embargo, cada año en esta búsqueda se cometen algunos errores ante la ansiedad de lograrlo.
La falta de planificación hace que muchas veces se opte por lo más económico o lo que está “de moda”, con un resultado lejos del buscado.
En este sentido, el exceso de visitas a sitios de decoración o influencers que muestran sus casas “perfectas” pueden llevar a tomar decisiones deliberadas sobre qué tipo de mueble elegir o color, sin tener en cuenta las características naturales de cada vivienda, tan distinta una de la otra.
Por otro lado, se dejan de lado cuestiones que pueden significar cambios muy positivos a largo plazo por priorizar economía y rapidez. Y, muchas veces, se vuelve en contra sin solucionar ninguna de las dos cosas.
Los errores que no hay que cometer
La foto es diferente a la realidad: ver un mueble muy original en un espacio diseñado por especialistas puede significar que se opte por algo que al momento de instalarlo genere una gran desilusión. Por eso, el exceso a seguir tendencias puede resultar muy peligroso.
Otro riesgo de “las modas” es que pueden terminar por generar aburrimiento. El impulso lleva a adquirir objetos o revestimientos que terminan apareciendo en todas las páginas de decoración y da la sensación de que la casa es una copia de las que aparecen en las redes. Además de elegir muebles o de rearmar los espacios sin pensar en lo que realmente se necesita.
La sustentabilidad no forma parte del cambio. Esta característica tan instalada en las construcciones nuevas parece tener poco lugar en las viviendas usadas. Cuando llegan los aumentos de luz y los cortes de suministro muchos se lamentan por no poner atención en reformas relacionadas a lograr mayor eficiencia energética. Y, de paso, lograr espacios más iluminados. Optar por aberturas que conserven mejor el frio y el calor, poner paneles solares y algo tan simple como cambiar las lamparitas puede ayudar a prevenir problemas en el futuro. Y, si bien decorativamente pueda no notarse el cambio, son cuestiones que tienen una durabilidad en el tiempo que permite recuperar la inversión.
La elección de muebles sin espacio de almacenamiento contribuye al desorden. En los últimos tiempos creció mucho la tendencia al minimalismo y los muebles de estilo abierto, que dan sensación de amplitud en los ambientes. Si bien es cierto que “menos es más” muchas veces se pierde espacio de guardado que genera inevitablemente más desorden. Esto tiene dos soluciones. La primera es hacer una limpieza real de lo que se necesita, que si bien es aconsejable se vuelve muy difícil dejar de lado cosas que tienen valor sentimental, aunque no se utilicen. La segunda, optar por muebles o espacios que permitan almacenar y evitar que todo quede “a la vista”.
Abusar de los tutoriales. Si bien son grandes aliados a la hora de realizar reformas pequeñas, como pintar viejos muebles o los azulejos del baño o la cocina, a veces el resultado muestra que esos do it yourself que parecen tan simples en realidad no lo son. Por eso, es necesario distinguir los cambios que se pueden realizar por uno mismo de aquellos que es mejor pedir ayuda a los profesionales.