Para trabajar, hacer una clase yoga, leer o hasta organizar una cena romántica conectado con la naturaleza, una app ofrece 17 jardines urbanos
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El mercado de servicios se vio revolucionado durante los últimos años por distintas apps que acercan a consumidores con vendedores, facilitan transacciones, reducen costos, intermediarios y tiempos y han incrementado el nivel de consumo en general. La pandemia, además, potenció la virtualidad y la personalización del consumo e hizo crecer aún más a servicios como los que brindan Uber, Rappi o Airbnb.
En Los Ángeles, ahora funciona una plataforma que, en vez de departamentos o viajes, permite reservar o alquilar jardines. Fundada por Abhishek Arora y Rishi Kumar, Healing Gardens ofrece encontrar acceso a un jardín con la misma facilidad con la que se encuentra un departamento o una casa en Airbnb. En suma, buscan proveer acceso a jardines urbanos privados, que el propietario se lleve una ganancia, y a la vez, fomentar el cuidado del medioambiente.
“Quería hacer algo que ayudara a aliviar el cambio climático”, le dijo Arora al Los Angeles Times. “La única forma que se me ocurrió fue crear un negocio que alentara a la gente a plantar y cuidar más a las plantas y los árboles”. Kumar, por su parte, agregó: “Nuestro objetivo primordial es pelear contra el cambio climático. Las ganancias que obtenemos van en su mayoría a ayudar a los anfitriones (los dueños de los jardines) a desarrollar aún más sus parques, huertas o jardines. Me encantaría que la gente fuera a ver cómo van cambiando los jardines. No están visitando un lugar, están visitando a un ser viviente. Imaginate poder hacer yoga, en un espacio al aire libre, en pleno centro de Los Ángeles. Es espectacular”, dice.
Después de años de dedicarse a dar clases sobre fertilización, compost y siembra, Kumar descubrió que a la mayoría de las personas que asistían a sus talleres en realidad le interesaba más el hecho de pasar tiempo en los jardines. “Son santuarios”, dijo Kumar (31 años). “La gente siempre habla de lo sanador que es estar en la naturaleza. Quería encontrar maneras de que la gente lo disfrute sin enfocarse necesariamente en las clases”.
Arora (40 años) cuenta que ya experimentó los beneficios de las plantas y el espacio verde en primera persona. “Tuve un ataque de pánico en 2019 y la jardinería me ayudó a sanar”, dijo. “Lo mejor de estos jardines es la parte del bienestar entonces pensamos en ofrecer eso a los demás’”.
Incluso una hora en un jardín, asegura, puede hacer una diferencia en la vida de alguien que está luchando con problemas psicológicos o emocionales. A medida que la gente lucha con la ansiedad de las distintas cepas de coronavirus, las vacunas, la enfermedad, y hasta la muerte, Kumar y Arora ven los jardines como algo más que una oportunidad para salir afuera.
Al momento, Healing Gardens ofrece 17 jardines en Los Ángeles, además de un centro cultural botánico en San Diego.
Kumar y Arora esperan ir agregando aún más jardines y expandir la programación en los próximos meses, a medida que las restricciones de la pandemia, si es que lo hacen, se vayan relajando. La compañía provee seguro para el jardín, asiste con la parte publicitaria y, a cambio, cobra una pequeña tarifa. Los visitantes pueden reservar los jardines por hora, a unos US$15 como mínimo, y simplemente disfrutar estar en la propiedad o pueden también agregar experiencias como yoga y meditación, actividades artísticas o cenas románticas. También se ofrecen amenities como wi-fi para clientes que buscan teletrabajar.
Es común que los clientes vayan con chicos y realicen actividades artísticas. Se reserva a través de la página y luego llega un correo automático como recordatorio, además de una notificación al teléfono. Todo queda preparado para que no tenga que haber contacto entre dueño e inquilino, si así lo desean.
A veces, los dueños pueden ofrecer tours guiados, pero no es un requerimiento. “Me encanta el intercambio”, dice Meadow Carder-Vindel mientras va señalando flores y alimentos durante una caminata por su inmenso jardín. “Pero normalmente no nos quedamos. Dejamos que la gente esté tranquila y circule por la propiedad”.
Kumar hace énfasis en que estas visitas de jardín están pensadas para ser una experiencia privada. “Estás afuera de tu casa pero no hay nadie cerca tuyo”.
Aunque la compañía se lanzó durante la pandemia, el timing fue más que conveniente, con la gente encerrada y cansada de estar anclada a un lugar. Por el momento, se limitan las visitas a jardines a grupos de hasta cuatro personas, y los clientes deben seguir el protocolo cuando interactúan con los dueños, incluyendo máscaras y distanciamiento social.
Kumar dice que espera que los jardines florezcan y que sus cuidadores reciban apoyo. “La sanación puede ser encontrada en bosques lejanos, pero también en granjas urbanas o en lotes vacíos”, dijo. “Queremos que la gente sepa que podemos tener esta relación con las plantas. Necesitamos de ellas y de la tierra para nuestro bienestar y salud. No importa tanto qué es lo que convoca a la gente a un jardín -sea una película, una cita, un concierto-, eso es irrelevante. Queremos que la gente recuerde que estos espacios son importantes para todos nosotros”.
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