Desde noviembre del año pasado, el costo de construcción no hace más que aumentar mes a mes
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El costo de construir en la Argentina sigue subiendo. Si bien los expertos coinciden en que aún se ubica en niveles baratos en comparación con los de la prepandemia y de otros períodos del pasado reciente, lo cierto es que desde noviembre del año pasado los precios sólo han sabido trepar. Según el relevamiento mensual de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) que corresponde a mayo, el costo de construir aumentó un 3,1%.
Los dos componentes del índice del costo de construcción son los salarios, por un lado, y los materiales, por el otro. En el caso de los primeros, casi no hubo aumento (fue apenas del 0,2%) ya que quedaron atrás las paritarias. Los insumos, sin embargo, treparon un 4,5%.
Materiales importados, una causa del aumento
Las subas en estos últimos tienen que ver con la recuperación de los precios internacionales. A medida que la actividad económica en el exterior se recalienta, insumos importados como el acero empiezan a gravitar hacia los valores previos al parate por el coronavirus. Y eso obviamente tiene un correlato directo en el precio local. “El costo de construir es 60% mano de obra y 40% materiales, aproximadamente. Este mes los salarios estuvieron quietos, pero aumentaron levemente los insumos”, resume Daniel Bryn, titular de Invertire Real Estate. Estos últimos, afirma, seguirán aumentando: “En el último año, los materiales aumentaron un 82% en pesos, en el marco de un dólar estable. No van a volver a aumentar en esos niveles, pero sí lo harán, probablemente, por encima de la inflación”. Por la recuperación económica global, la subida es inevitable. Sin embargo, el experto añade que es factible suponer que, por un lado, no falta demasiado para que los insumos vuelvan a niveles pre-congelamiento pandémico, y que, por otra parte, los proveedores locales tampoco tienen demasiado margen para aumentos desmedidos, ya que la demanda doméstica no lo convalidaría. En otras palabras, es posible que lo peor de los aumentos en insumos importados ya haya pasado. Obviamente, suponiendo que el tipo de cambio se mantenga estable, como lo ha hecho hasta ahora.
Construir, entonces, sigue siendo barato. “Hay que considerar una obra como un ciclo, no de manera estática. Una obra en altura puede durar alrededor de dos años. Lo relevante son las fluctuaciones de precios a lo largo de esos dos años, no solamente mes a mes. Y el actual ciclo de costos es considerablemente más bajo de lo que era en el 2018, por ejemplo”, explica José Rozados, director de Reporte Inmobiliario.
¿Avanzar o esperar?
Bryn, por su parte, recomienda tomar decisiones rápidas. “No me demoraría para entrar a una obra en pozo, por ejemplo. El metro cuadrado de construcción va a seguir subiendo”, previene. Además, aconseja pagar como anticipo la mayor parte de la unidad que sea posible. “Se trata de fijar una proporción del precio lo más alta que se pueda. Así, los aumentos futuros afectan sólo a aquella parte que todavía no pagaste”, explica. También recomienda asegurarse contractualmente que no puedan haber aumentos imprevistos. Si se ha pagado el anticipo por el 50% de la obra, que después no se licúe ese porcentaje con futuras subas por parte del desarrollador. “Sí, construir aún es barato, pero el punto es encontrar la oportunidad que contemple ese costo barato”, resume. “Hay que tener mucho cuidado con lo que se firma”.
De la misma manera que sucedió el año pasado, cuando los precios de los insumos estaban en valores históricamente bajos, el acopio de materiales aún es una estrategia recomendable. Se trata de aprovechar los valores bajos y acumular stock para un futuro en el que los insumos estarán más caros en términos reales.
El valor del suelo es otro factor incidente en el costo de obra. Y en este punto, Bryn asegura que las ventajas están del lado del comprador. “Salvo en zonas muy top, en las que el dueño confía en que el valor se sostendrá y aguanta, en general los propietarios de terrenos no pueden pedir demasiado. Las condiciones para negociar son favorables, mucho más que hace dos años, por ejemplo”.
La cercanía de las elecciones es otro factor a tener en cuenta. A medida que se aproximan los comicios, la toma de decisiones económicas suele retrasarse en busca de períodos de mayor certeza. Así sucederá para la construcción. “Es ahora”, sentencia Bryn, refiriéndose tanto a compradores como desarrolladores. Rozados, por su parte, explica que “la cercanía de la incertidumbre electoral disuade a quien no ha tomado una decisión, pero en el caso de las obras ya empezadas o de aquellos que ya han resuelto invertir, acelera los trámites”.
Son diversas variables que condicionan la evolución del costo de construcción en la Argentina. En el último año, el aumento del Índice de la CAC fue del 67,4 %, con una inflación del 48,8%. Cuando se desgrana la composición de ese aumento anual, los números arrojan que, mientras que los materiales se incrementaron en 83,7%, la mano de obra el 42,1%. La suba viene por el lado de los insumos, o los precios internacionales. Pero lo hace con respecto a los deprimidísimos valores del 2020, por lo que la situación, aunque exige prudencia, sigue siendo favorable en términos de comparación histórica.
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