Las claves para tomar la decisión acertada al momento de elegir una propiedad según su sistema de energía
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Al momento de comprar un departamento a estrenar o en un edificio con pocos años, uno de los aspectos a considerar es que suelen ser construcciones 100% eléctricas. Es decir, estas propiedades no tienen instalación a gas y tanto para cocinar, para calefaccionar o para acceder al agua caliente, todo se resuelve a través de la electricidad.
Si bien el sistema tiene muchas ventajas, también conviene conocer y evaluar las desventajas. En cuanto a los beneficios, el principal es que se cuenta con una forma de energía segura para el hogar. Y, en ese sentido, Fernando Bustos, director comercial de Vizora, desarrollos inmobiliarios, aclara que tradicionalmente, durante los meses de bajas temperaturas, la calefacción suele estar asociada al gas, ya sea natural por red o envasado. “A través de la combustión del gas se produce el calor que nos mantendrá abrigados del invierno, pero muchas veces sobra evidencia de que, en dicho proceso, o por mal funcionamiento o por una carencia en el suministro, los niveles de monóxido de carbono son elevados o poco saludables”, asegura. “En el caso de unidades con calefacción suministrada por medios eléctricos, este componente se elimina al 100%, lo que hace del hogar un lugar cálido y seguro”, agrega.
Puntos a favor
Para Gerardo Azcuy, director general de Azcuy, la energía eléctrica dentro de las unidades es el futuro y coincide en la peligrosidad que conlleva la instalación a gas. “El tema de tener dentro de tu casa artefactos de combustión a gas es un peligro de que cualquier falla en la cámara de combustión te mande el anhídrido carbónico dentro del ambiente que es muy tóxico, ya sabemos de accidentes de asfixia y de explosiones”, señala y aclara que para el uso cotidiano los aparatos eléctricos evolucionaron mucho como los hornos multifunción o los anafes de inducción. Por otro lado, todas las regulaciones de seguridad de artefactos a gas obligan a tener ventilaciones fijas permanentes, que complican la fachada, ya que a través de ellas se producen entradas de frío o de calor, y también hay un tema estético a contemplar. “Después es una cuestión cultural esto de abandonar el fuego para obtener calor”, advierte.
Otro de los puntos a favor de los desarrollos 100% eléctricos tiene que ver con la agilidad en los plazos y la simplificación de procesos que conlleva. “En primer lugar, no hay que realizar instalaciones de gas, lo que implica un ahorro de tiempo y dinero muy grande en la construcción. Se depende de un ente menos para poner un edificio en marcha. En segundo lugar, está la seguridad y en este sentido, la presencia de gas en un edificio siempre agrega la necesidad de contar con instalaciones, sistemas de control y seguridad que aseguren que no van a haber pérdidas. Por último, está el beneficio del costo y la eficiencia”, dice Alejandro Reyser, socio y director ejecutivo de RED (Real Estate Developers) quien asegura que representa una alternativa mucho más sustentable y eficiente. Tal es así que actualmente, existen modelos híbridos, es decir, en muchos edificios se instala un sistema a partir del cual se precalienta el agua en colectores con paneles solares y luego, si es necesario, se completa el calentamiento con termotanques eléctricos.
De la misma manera, Leonardo Rodríguez Nader, CEO y co fundador de CMNV Comunidad de Inversión, considera que el desarrollo y construcción de edificios que utilizan una sola solución energética es, básicamente, por una cuestión de costos en el desarrollo. “Hacer una obra con instalación de gas tiene un costo para el desarrollador y/o constructor que el mercado no está dispuesto a pagarlo como extra. Tiene que ver principalmente con la inversión necesaria para la instalación de la red de gas en el edificio, el pedido de factibilidad y la conexión final”, explica. Estos condicionantes generan un sobrecosto y, en muchos casos, dilata la etapa final de las obras. Además, según Rodríguez Nader no es frecuente que el comprador o inversor reclame ese tipo de servicio o esté dispuesto a pagarlo. Con respecto a la seguridad que brinda la instalación eléctrica, el CEO de CMNV sostiene que el riesgo implícito de una instalación de gas no es comparable al de una instalación 100% eléctrica, principalmente, en un edificio de escala donde se hace necesaria una cámara de regulación de gas para el conjunto de medidores.
“En cuanto al diseño y la construcción, la instalación eléctrica tiene muchas menos limitaciones y requerimientos que cuando se ejecuta en un edificio una obra de gas para abastecer artefactos de cocina y de calefacción. Esto permite un mejor ordenamiento de las plantas y tipologías”, advierte.
Para Rodríguez Nader, en el último tiempo, el gas evolucionó como matriz energética más hacia la industria, mientras que la electricidad se orientó al sector residencial y esta tendencia se mantendrá para los próximos años.
Desventajas
En cuanto a los contras de contra con este único sistema, para Reyser son más culturales. “Venimos de un país y un método de calefacción y agua caliente generados por calderas a gas. El cambio es siempre un desafío cuando se trata de estilos de vida”, asegura. Otro punto en contra que advierte es que con las deficiencias energéticas del país un edificio 100% eléctrico requiere de un grupo electrógeno para no sufrir los cortes de suministro de electricidad.
La ubicación geográfica de estos desarrollos también se relaciona con un mayor costo, porque, por ejemplo, en determinadas localidades la energía eléctrica tiene un valor muy superior a los otros medios energéticos y lugares en donde sucede lo contrario.
De todas formas, actualmente en muchos edificios se combinan ambas fuentes energéticas. Rodríguez Nader asegura que, para proyectos de vivienda en altura, últimamente, se ven muchos casos donde el gas se usa únicamente para los servicios comunes, ya sean agua caliente central, calderas o sectores de amenities, y en las unidades se resuelve con energía eléctrica.
Por su parte y en cuanto al origen del recurso, Azcuy sostiene que, por el momento, la electricidad no representa una alternativa más sustentable. “Por el momento se fabrica con combustibles fósiles, por lo que no es verdad que lo eléctrico sea más sustentable. Hoy las fuentes de energía eléctrica son pocas y proporcionalmente más bajas; las hidroeléctricas o los campos de paneles solares o de energía eólica no están demasiado desarrollados, pero es hacia dónde va el mundo. El día de mañana todas las fuentes de energía eléctrica van a ser de recursos renovables así que, de alguna manera, es una orientación hacia el futuro más sustentable”, finaliza.
Edificios 100% eléctricos
Pros
- Resultan más seguros que las instalaciones a gas porque no hay posibilidad de entrar en contacto con monóxido de carbono
- Agilizan los plazos y bajan los costos de las construcciones
- Hacen más dinámicos los diseños y las tipologías
Contras
- Es indispensable contar con un grupo electrógeno ante un corte de luz, dada la crisis del suministro energético que vive el país
- En determinadas zonas del país, la energía eléctrica representa un costo elevado
- La energía eléctrica se obtiene a través de combustibles fósiles, de manera que no es un recurso renovable y, por lo tanto, no es sustentable
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