La serie que protagonizan Diego Peretti, Mercedes Morán y Peter Lanzani volvió a recurrir a la mansión más cara del Gran Buenos Aires como locación para algunas de sus escenas
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Uno de los más grandes desafíos para K&S Films, la productora de la serie El reino, era encontrar una casa que simulara ser la Quinta de Olivos por dentro, porque en esta segunda temporada hay muchas escenas que muestran la intimidad de Diego Peretti y Mercedes Morán, el Presidente y la Primera Dama en la ficción de éste thriller político.
Las escenas de exteriores fueron realizadas en la propia Quinta de Olivos, con todos los permisos mediante, en tanto que la locación elegida para los interiores fue la Estancia Abril, en Hudson. La casona diseñada por el arquitecto José Millé tiene una historia muy particular: nunca fue habitada por su dueña, Laura Pereyra Iraola, y quien la mandó a construir. La razón de semejante decisión es que la consideró demasiado ostentosa para los años 30 y sus alrededores de puro campo.
La estancia tuvo otros propietarios hasta que la empresa IRSA la adquirió con sus grandes extensiones de tierra y construyó a su alrededor el country Abril, el más exclusivo de la zona sur. Está a la venta desde hace un año por un valor de US$10 millones, lo que la convierte en la casa más cara del conurbano bonaerense.
Para la filmación de El reino 2, la producción hizo pequeños arreglos en la casona y pintó algunos sectores para darle un aspecto más moderno a algunos ambientes de la propiedad. De las 16 semanas que duró el rodaje, dos se hicieron en la Estancia Abril y se utilizaron cuatro espacios: el comedor, el salón de música, el hall y el living. También hubo algunas escenas exteriores, entre ellas en la imponente escalinata de la entrada principal. En la mayoría de las escenas realizadas en la casona participan Mercedes Morán, Diego Peretti y Diego Velázquez, que interpreta al chofer del Presidente, y una decena de extras. El equipo de trabajo fue reducido en esta etapa de filmación, para no incomodar a los vecinos del barrio. Para el almuerzo y los ratos de ocio había un pequeño espacio acondicionado especialmente, en un sector del jardín.
Según relataron a LA NACION, Eduardo Elsztain, titular de IRSA, visitó en una oportunidad el rodaje de la primera temporada y le llamó la atención una alfombra redonda con el escudo nacional tejido, que era parte del decorado. Cuando finalizó la filmación, la producción de El Reino se la envió como obsequio a Elsztain, y hoy decora su despacho del octavo piso del edificio de la desarrolladora en Catalinas, en el barrio de Retiro.
Un poco de historia
La repartición de esas tierras se remonta al 1580, cuando en la segunda fundación de Buenos Aires Juan de Garay distribuyó 30 amplios terrenos entre sus capitanes, desde Wilde hasta Ensenada. Las propiedades tuvieron diversos dueños hasta que una gran parcela fue adquirida por Higinio Pereyra Iraola. A su muerte, en 1899, su fortuna fue repartida y la estancia llamada San Juan se dividió entre sus seis hijos. Uno de ellos, Laura, heredó 312 hectáreas del predio y lo bautizó Abril, como el mes de su nacimiento. Laura le encargó a José Millé la construcción de una casona, pero el arquitecto no tomó en cuenta muchos de sus pedidos y en lugar de construir una estancia modesta, creó una ostentosa casona de estilo francés. La obra terminó en 1932 y Laura, disconforme, jamás habitó la casa.
Una casa de película
La casona tiene 3900 metros cuadrados repartidos en cuatro niveles y más de 400 metros de amplias terrazas y balcones. La planta baja cuenta con grandes salones centrales, rodeados por amplias galerías y corredores internos. Además, hay varios recibidores y una biblioteca revestida de madera con ventanas al jardín principal.
En la planta alta hay nueve habitaciones y cinco baños. La fachada principal es de piedra blanca y mira al parque y a un gran estanque flaqueado por cisnes de mármol tallado. Tiene techos de doble altura con forma de mansarda, pizarras negras y antiguos vitraux, una escalera con barandas de hierro forjado, extensas galerías de pisos dameros, una biblioteca y chimeneas de mármol tallado a mano, traídas desde Europa.
En las mansardas destinadas originalmente para el servicio hay nueve habitaciones más con cuartos de lavado y planchado. Y en el sótano hay una cocina industrial de leña y una antigua caldera que calefacciona toda la estancia. Hasta 1995 conservó parte de su mobiliario original, y luego la casa Roldán se encargó de subastarlo.
De las 312 hectáreas de superficie que formaban el casco de estancia, y que en los años ‘90 se transformaron en el primer country del sur bonaerense, 130 están ocupadas por un espeso bosque. El diseño del parque fue realizado por el paisajista alemán Hermann Botrich hace más de 100 años, con especies traídas de Europa. Y dicen que por sus jardines pasearon ilustres personalidades, entre ellas Indira Gandhi, Walt Disney y Clark Gable.
Laura le dejó la mansión a su ahijado Jorge Pereyra Iraola quien, junto a su familia y herederos, la disfrutó hasta su venta. La nueva dueña fue Sara de Anchorena de Elizalde, que se la vendió en 1996 a la empresa IRSA, quienes hicieron un loteo de las tierras alrededor de la propiedad y desarrollaron el barrio cerrado Abril, el primero de la zona sur y uno de los más exclusivos de Buenos Aires.
La casona fue puesta a la venta hace 12 años por US$10 millones, y durante un breve período. El año pasado salió nuevamente a la venta por el mismo valor, y es la mansión más costosa del conurbano bonaerense.
En 1996 fue sede de la tradicional muestra de diseño y paisajismo Casa FOA, y también se alquiló para eventos sociales y como locación de producciones audiovisuales y de la industria del cine.
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