La vuelta a la presencialidad generó una gran disminución en la cantidad de inmuebles pequeños que se ofrecen para alquilar
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La vuelta a la presencialidad en las universidades de todo el país, tras dos años de educación a distancia por la pandemia del coronavirus, es otro de los factores que muestra el flagelo que atraviesa el mercado inmobiliario ante la escasez de la oferta de propiedades en alquiler.
La falta de certezas en torno a la ley de alquileres -luego de que en diciembre el Gobierno manifestara una posible suspensión por 180 días que no se concretó– ha contribuido a un mayor desabastecimiento en la oferta de inmuebles en alquiler, advertida desde hace tiempo por los distintos sectores del real estate.
Mientras aguardan que terminen de convocar a los distintos actores para la mesa de diálogo propuesta por el secretario de Comercio del Interior, Roberto Feletti, durante la reunión que mantuvo la semana pasada con autoridades de la Cámara Inmobiliaria Argentina, las zonas en donde se concentran las universidades y los corredores cercanos a subtes, trenes y colectivos empiezan a notar el aumento de demanda de estudiantes que llegan de otros puntos del país y buscan un lugar para vivir durante los años de carrera. El fenómeno ya se observa en varios barrios de la Capital Federal pero también de otras ciudades que concentran las facultades que se encuentran entre las más asistidas del país, como La Plata, Córdoba, Mendoza y Bahía Blanca.
“La cantidad de inmuebles en oferta es muy baja, no sólo para alquileres tradicionales sino también para los temporarios, sobre todo en zonas como el distrito de salud –donde está la Facultad de Medicina de la UBA-, Recoleta y Palermo. En Palermo, por ejemplo, hay 2,8 departamentos en alquiler por manzana contra 38 en venta en la misma superficie. Hay poca oferta y muchísima demanda”, indica Daniel Bryn, titular Invertire Real Estate a LA NACION.
En este sentido, el especialista agrega que entre enero y marzo se suman vencimientos de contratos a renovar y los jóvenes que vienen a estudiar terminan “convalidando precios altos para poder obtener el departamento”. “Una unidad en alquiler puede estar disponible en el mercado 15 días mientras que puede tardar un año en venderse”, apunta Bryn, que considera que la escasez de la oferta también se explica porque parte de los propietarios optan por dejar vacíos los inmuebles para ver qué pasa con la ley de alquileres y luego decidir si venden o continúan alquilando.
Desde la inmobiliaria de Maure Propiedades advierten este crecimiento en la demanda desde que las universidades anunciaron la vuelta a la presencialidad. “Es algo que afecta no sólo a la Capital Federal. Tuvimos una situación muy triste con dos chicas que vinieron a la inmobiliaria desde La Plata porque les dijeron que teníamos publicado algo. Era mentira, nosotros no trabajamos en La Plata. Las hicieron venir hasta acá y se largaron a llorar de la impotencia, estaban desesperadas”, comenta a LA NACION Verónica Balayan, una de las titulares.
La broker indica que vivieron otras situaciones del estilo, como algunos llamados que recibieron de personas que buscaban para sus hijos un alquiler por la zona de la Universidad de la Matanza.
Para Lady Siebenhaar, titular de Soluciones Inmobiliarias Nativa, también se disparó notablemente la demanda de alquileres en las últimas semanas. “El viernes tenía 1748 consultas por la página. En los teléfonos teníamos 652, solo en uno de ellos, en el mío 389 y en recepción 252″, especifica.
En la Ciudad de Buenos Aires, los especialistas concuerdan que las zonas más requeridas por los estudiantes son Palermo, Belgrano, Villa Crespo y las zonas cercanas a los corredores de los transportes.
La Plata, una ciudad muy demandada
En tanto, la situación en La Plata es particularmente muy complicada, como en otras ciudades que nuclean universidades importantes, ya que suele recibir todos los años un alto caudal de jóvenes del interior que llegan a estudiar a la capital provincial. Según indica a LA NACION Gisela Agostinelli, titular la inmobiliaria homónima, el 60% de los departamentos de uno o dos ambientes en la zona céntrica y la universitaria están destinados a estudiantes que copan este mercado. “El problema es que creció muchísimo la demanda pero no hay rotación como antes, no hay oferta. Lo que entra se alquila en un día y los valores han aumentado un montón, pero la gente está tan desesperada que alquila igual”, apunta.
Los precios de los monoambientes rondan los $20.000 mientras que los departamentos de un ambiente pueden conseguirse a partir de los $25.000.
Con la pandemia esa oferta desapareció y muchos quedaron libres o se pusieron en venta pero en setiembre del año pasado, cuando empezaron las versiones de la vuelta a la presencialidad, volvieron a alquilar y ya en octubre “no quedaba nada”. “A la falta de oferta se suma que muchas pensiones que albergaban estudiantes cerraron por la pandemia así que tampoco son una opción”, agrega.
Balayan coincide con sus colegas en el poco tiempo que duran los inmuebles en el mercado. “Lo que está pasando es que los departamentos que se desocupan no los llego a publicar. Se pasan el dato, o se entera algún vecino o conocido del inquilino y me llaman antes que se desocupen. Te los sacan de las manos. Eso no me pasaba hace mucho tiempo”, dice.
En este sentido, añade que si bien febrero es un mes que históricamente tiene mucha demanda, ahora “es peor”. “El otro día se desocupó un monoambiente porque la inquilina nos alquiló otro y una vecina del mismo edificio me lo pidió para su hijo”, contó.
Los precios en Capital y qué pasa con el alquiler temporario
La demanda de los estudiantes suele ser parecida: monoambientes o departamentos de 2 ambientes, con bajas expensas y cerca de las universidades o corredores con varias opciones de medios de transporte. La oferta en estos términos es escasa, por lo que muchos terminan volcándose a los alquileres temporarios, aunque cuesten el doble.
“A fines de diciembre los más cautelosos que vieron venir la situación ya alquilaron. Por ejemplo, lo más pedido es un monoambiente que ronde los $30.000, que es casi inexistente hoy. Podés encontrar a partir de $40.000 pero la oferta es igual de escasa”, sostiene Balayan.
En cuanto a los alquileres temporarios, los especialistas dicen que es una opción que crece aunque también registra bajos niveles de oferta. Según datos del Monitor Inmobiliario de Ivertiré, a principios de 2020 había 22.263 departamentos en alquiler temporario en la Ciudad de Buenos Aires y hoy se registran 10.310, lo que representa una caída del 73%.
Para Miguel Di Maggio, director de la inmobiliaria Depa, la vuelta a la presencialidad puede generar una mayor oferta en alquileres temporarios por la flexibilidad que supone frente a un contrato de tres años y ya estar equipados. “Hay una estrecha relación entre zonas en proximidad de universidades y el alquiler temporario. De hecho, en barrios como Palermo o Belgrano desde el comienzo de la pandemia, el alquiler temporario agoniza. La virtualidad que trajo la pandemia a ámbitos como el académico hizo que este mercado traccionado por los estudiantes se esfumara. Esto generó un giro y los dueños que antes optaban por un alquiler temporario pasaron a volcarse al alquiler convencional o, directamente, a la venta”, analiza en diálogo con LA NACION.
“Los alquileres temporarios siempre funcionaron, sobre todo con los chicos que vienen a ver si se adaptan a Capital o no. Un monoambiente nuevo puede estar entre $55.000 y $ 60.000″, dice Balayan. En tanto, Siebenhaar advierte que no bajan de $60.000 y agrega que muchos “están destinados a estudiantes extranjeros”.
“Tenemos casi 200 departamentos de alquiler temporario pero llegaron muchos europeos, alrededor de 150 españoles consiguieron intercambio. Ya ubicamos a varios, pero no alcanza nada. También italianos y alemanes”, afirma la titular de Inmobiliaria Nativa.
Por su parte, Di Maggio tiene una visión optimista para el alquiler temporario. “El regreso de los alumnos a las universidades va a dinamizar el sector del alquiler temporario. Principalmente, en zonas como Palermo, Belgrano, Recoleta y San Telmo”, indica.
En este sentido, el director de Depa plantea la oportunidad que presenta la zona del Microcentro. “Se trata de un sector de la Ciudad que hoy agoniza. Sin embargo, aquellos edificios que por reglamento no están destinados solamente a oficinas pueden encontrar en el alquiler temporario para estudiantes universitarios un punto de partida de reconversión. Además de encontrarse con precios realmente bajos, quien se decida por esta zona de la Ciudad cuenta con una amplia variedad de medios de transporte como para que sus hijos se acerquen a las casas de estudios donde cursen sus carreras”, explica.
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