Ayer Alberto Fernández dijo que el gobierno de Mauricio Macri no terminó de construir 300 viviendas en Avellaneda por “odio”; las reacciones y respuestas no tardaron en llegar
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El lunes, en un acto en Merlo, el presidente Alberto Fernandez había pedido a la oposición “olvidarse de las diferencias” para enfrentar la pandemia. Ayer martes, solo un día después de su pedido de concordia, el mandatario encabezó un acto de entrega de viviendas en el barrio Saladita, del partido bonaerense de Avellaneda. Allí, además de respaldar nuevamente a su gabinete, apuntó contra el gobierno de Cambiemos, al cual acusó de no terminar casas por “odio”.
“Muchas de estas casas quedaron prácticamente terminadas en diciembre del 2015. Me pregunto cómo alguien no las terminó. Y la verdad que no encuentro respuesta, la única que encuentro es el odio. Que alguien odie tanto que diga: ‘prefiero que las casas queden vacías antes de que alguien recuerde quién hizo las casas’”, fueron los dichos del Presidente.
Las reacciones y críticas no tardaron en llegar. Mario Negri, presidente de la Cámara de Diputados, acusó al presidente de tener “un libreto diferente cada día” y aseguró que “la credibilidad de la palabra presidencial es destruida por el propio Jefe de Estado”. A las críticas de Negri se sumaron las del extitular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, quien sostuvo que los dichos del Presidente no se deben a “un error de deslenguado”, sino que se trata de una “estrategia de provocación” para “disimular su pésima gestión”.
Las críticas, sin embargo, no se concentraron únicamente en la inquietante costumbre presidencial de contradecirse en cuestión de horas. En diálogo con LA NACION, el ex Secretario de Vivienda de la Nación, Iván Kerr, explicó además que el proyecto de casas que inauguró Alberto Fernández en Avellaneda fue lanzado en el 2010, que no estaba ni cerca de estar terminado cuando asumió la administración macrista, y que luego, a pesar de la reactualización de partidas ofrecidas por el gobierno de Cambiemos en la obra pública, no sólo no fue terminado por el municipio, sino que este mismo redujo las viviendas a la mitad.
El proyecto, originalmente de 300 viviendas, fue lanzado en el 2010, durante el gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner. Así consta en el convenio que figura en el expediente 2282 de dicho año.
En el 2016, el gobierno de Cambiemos emitió una resolución ministerial, la resolución Nro. 61 del Ministerio del Interior, con el objetivo de reactualizar las partidas presupuestarias de la obra pública. En el contexto de una economía inflacionaria y con un INDEC cuyos números de inflación eran falsos (lo que generaba que los aumentos de presupuesto llegaban no solo tarde sino también de forma insuficiente), se buscaba una forma más expeditiva de incrementar los montos para la obra pública. Rogelio Frigerio, ex Ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, coincidió: “La gestión de CFK dejó miles de viviendas sin terminar, entre otras razones porque el INDEC no reconocía la inflación verdadera y eso no permitía actualizar los contratos a su costo real”, escribió en Twitter. Kerr, por su parte, explicó que “sacamos la resolución para tratar de levantar todas las obras que estaban paralizadas”. La resolución facultaba a la Secretaria de Vivienda a dejar sin efecto los convenios anteriores y a petición de la parte solicitante podían refinanciar el proyecto. Es decir, el municipio que quería acogerse a una reactualización de presupuesto debía presentar el proyecto correspondiente y adherirse.
Increíble Sr. Presidente @alferdez que en momentos como los que vive el país, utilice siempre actos públicos para hacer política partidaria propias de una unidad básica, pero ciertamente no de un jefe de estado. Sigo 👇 https://t.co/moULSm5so2
— Iván Kerr (@ivankerr) April 27, 2021
Así lo hizo el municipio de Avellaneda, cuyo intendente en aquel momento era el hoy ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, el ultrakirchnerista Jorge Ferraresi. “Vino el propio municipio y dijo ‘quiero adherirme y renegociar, porque a precio de 2010, siendo 2015-2016 aún no terminé las 300 casas, no me alcanza el presupuesto’”, cuenta Kerr. “Se lo adherimos”. Además, agrega que “el hecho de que el propio Intendente nos pidió adherir al convenio de reactualización de precios, para poder terminar la obra, da cuenta de que no estaban terminadas”.
Posteriormente, en septiembre del 2016, se sancionó la ley 27.271, que creaba un instrumento de indexación denominado UVI, el cual se actualiza mensualmente a través del Índice del Costo de la Construcción (ICC) para el Gran Buenos Aires que publica el Indec. “El UVI fue la manera que ideamos frente a una economía inflacionaria, para que los presupuestos se ajusten de acuerdo con lo que realmente salen los materiales”, explica Kerr. Sencillo: sin presupuestos ajustados a inflación, las obras no avanzan.
El municipio de Avellaneda también adhirió a la actualización automática por UVI, según consta en el informe de gestión de la Dirección Nacional de Vivienda Social, que es parte de la Secretaría. “No hubo abandono, ni ninguneo, ni animosidad por no compartir color político, ni odio. Simplemente no estaban terminadas”, apunta Kerr.
Según los antecedentes del ex Secretario de Vivienda, las viviendas en Saladita se pagaron hasta mayo de 2019.
El 14 de noviembre del 2019, el gobierno municipal de Ferraresi le comunicó a la Secretaria de Vivienda nacional, a través de una nota, que “habiéndose entregado hasta la fecha 74 unidades y encontrándose en ejecución otras 58, dando un total de 132 viviendas en la ubicación original, se comunica que en dicho predio, y por cuestiones de proyecto y necesidades varias del barrio, no se pueden ejecutar más unidades, quedando 168 unidades por ejecutar.” Es decir, luego de 9 años, el municipio estaba avisando que había logrado construir 132 viviendas, y que dejaría la otra mitad del convenio original sin construir. “No terminar las 300 viviendas es una decisión política que puede responder a las necesidades locales, no tiene nada de malo. El punto es: firmaste un convenio en el 2010 para construir 300 viviendas, y cuando llegamos nosotros en el 2015 no las habías terminado, o sea que en 5 años no pudiste ejecutar 300 unidades. Después sacamos resoluciones para solucionar la falta de presupuesto, cuyo origen estaba tanto en la inflación como en la falsedad de las cifras del INDEC. Me pediste adherirte. Te atendí, no hubo odio, queríamos terminar las obras, viniste y lo firmamos. Luego te pagué los certificados suficientes como para que lo pudieras terminar, adheriste a la UVI...y en el 2019 me mandaste una nota diciendo que de las 300 originales solo vas a hacer 132”, resume Kerr.
Presidente @alferdez: 65% de jóvenes y niños por debajo de la línea de pobreza (y más de 50% de pobreza total).No es momento de politizar la pandemia ni de adelantar la campaña electoral. Ocupémonos de lo que le importa a la gente: la salud, el empleo, la inflación y la educación https://t.co/cXMKRutw8w
— Rogelio Frigerio (@frigeriorogelio) April 28, 2021
El diagnóstico sobre una mala gestión en Vivienda durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner es compartido por Frigerio, quien se expresó esta mañana a través de Twitter. “Cuando asumimos en 2015, encontramos en el área de Vivienda un panorama desolador. Casi un año de certificados impagos y todas las obras paralizadas”, escribió. “Prácticamente todos los programas de viviendas estaban plagados de irregularidades. En muchos casos carecían de cloacas y agua potable, estaban mal localizados y no tenían las factibilidades mínimas. Todo eso lo tuvimos que sanear para que se pudieran entregar”. Las irregularidades, dijo, están relacionadas a que a cargo del área estaba José López, condenado por enriquecimiento ilícito tras el famoso caso de los bolsos en el convento. Durante esos años, siguió el ex Ministro, explotaban escándalos de corrupción como el de Sueños Compartidos o el caso de fraude en la construcción de viviendas sociales en Jujuy, cuya cara visible era la dirigente social Milagro Sala.
Sin embargo, Frigerio también resaltó que “pasarnos facturas y echarnos la culpa unos a otros en este triste presente no le aportan nada a los argentinos”. Las falsedades en las declaraciones del presidente, sostuvo, hacen inevitable su respuesta, pero le pidió que “deje de lado los enfrentamientos y convoque a todos a trabajar juntos”.
Kerr, por su parte, se sumó a las críticas de sus compañeros de espacio a Fernández. “Me parece increíble la incoherencia de su discurso las 24 horas del día. Habla de unir a los argentinos, de estar todos juntos frente a la pandemia, pero cada vez que tiene la oportunidad la aprovecha para disparar contra la oposición. Encima lo hace en un acto público, no partidario”, se lamenta.
Sobre la veracidad de los dichos del mandatario, Kerr fue lapidario: “Hay pruebas concretas de que el municipio de Avellaneda solicitó refinanciar esas viviendas y adhirió a resoluciones que se dictaron durante la gestión de Macri para poner esas viviendas al día. Se las firmamos, se lo dimos y se lo pagamos. Cuando el Presidente dice que las viviendas estaban casi terminadas, falta a la verdad”.
Sobre la demora en construir 300 viviendas en 9 años, durante 3 mandatos presidenciales distintos, Kerr es autocrítico. “En todo caso, todos los que tuvimos alguna responsabilidad en el tema, tenemos que pedir disculpas en nombre del Estado argentino por no haber terminado antes las obras”. Sin embargo, sostuvo que el Presidente desaprovechó una oportunidad para utilizar un acto público e informar una buena noticia, como es la entrega de viviendas, convirtiéndolo en un acto partidario. “Está ahí como presidente de la Nación, entregando viviendas con fondos públicos de todos los argentinos. No está en un acto de campaña. Confunden Estado con Gobierno”, finalizó.
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