Incluso antes de la pandemia, a muchos estadounidenses ya se les complicaba juntar el dinero para poder pagar el alquiler de su vivienda. Esto se traduce en que en cada año se presentan 3,6 millones de casos de desalojos, de los cuales se terminan efectivizando poco menos de la mitad.
La firma Till, una joven compañía startup, ofrece una solución para los que sufren este inconveniente: una aplicación que crea un cronograma de pago personalizado que permite que alguien abone a medida que le va ingresando el dinero.
“Muchos inquilinos destinan entre el 35 y el 50% de sus ingresos netos al pago del alquiler y tienen ahorros limitados en efectivo (menos de lo que representa un mes de renta), dice David Sullivan, fundador y director ejecutivo de Till. Y agrega: “Muchos de estos inquilinos son trabajadores por horas. Y, además, deben tener más de un empleo para llegar a fin de mes”.
Para la mayoría de los inquilinos, el alquiler vence el primer día del mes. Los cargos por pagos atrasados ocurren alrededor del quinto día y los desalojos se presentan el día 15.
Cómo funciona la app
La startup trabaja principalmente con propietarios institucionales u organizacionales que cuentan con miles de unidades. Los inquilinos que optan por utilizar el servicio pagan una pequeña tarifa (unos US$8 al mes), mucho menos que los recargos por mora típicos. Cuando los propietarios aceptan trabajar con el servicio, renuncian de manera automática a presentar los recargos por mora y aplazan las presentaciones por desalojo. “La mayoría de los cargos por pagos atrasados tienen muy altos costos, los cuales rondan entre el 100% y 200%. Es decir, cuando un inquilino se enfrenta a un desfasaje financiero tiene pocas posibilidades de no acabar en la calle”, cuenta Sullivan.
La aplicación de la startup crea un calendario de pagos personalizado de pequeños montos (una suerte de micro-cuotas) durante todo el mes, que se van escalonando a medida que el residente va cobrando por su trabajo. Para los propietarios es una forma de ayudar a la gente a permanecer en sus hogares y una mejor decisión comercial que la de aplicar desalojos, los cuales cuestan a los propietarios miles de millones cada año. Till también genera planes de pagos para aquellos inquilinos que llevan varios meses de atraso.
Si bien la aplicación no sirve para solucionar problemas fundamentales como la escasez de viviendas asequibles y la prevalencia de salarios bajos -agravados por otros desafíos financieros como el costo de la atención médica- se convirtió en una herramienta de ayuda para muchas personas y evitar desalojos.
“Hemos ayudado a miles de familias a permanecer en sus hogares durante esta pandemia. Y no se trata sólo de quedarse en el hogar. Cuando se estabilizan las finanzas en torno a la vivienda, también se colabora a equilibrar la vida y la economía de la gente. Hemos tenido personas que han dicho: ‘Gracias a la renta flexible, ahora he podido comprar comida para mis hijos durante las dos primeras semanas del mes’. O: ‘Ahora he podido pagar mejor mis préstamos estudiantiles’”, dice Sullivan.
La mayoría de los que se inscriben ya están atrasados en los pagos y enfrentan un riesgo de desalojo. De ellos, el 98.5% no sólo regulariza su situación gracias al sistema, sino que comienza a pagar en término.
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