Descuidos o malos hábitos pueden generar incendios en las casas con graves consecuencias para las personas y sus pertenencias
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Los especialistas sostienen que los incidentes domésticos suelen ser muy peligrosos y en ocasiones mortales. Según los que saben, estos llegan de la mano de descuidos o de malos hábitos. Acá en esta nota te ofrecemos una serie de consejos pensados para disminuir la probabilidad de siniestros en los hogares.
Según las estadísticas, uno de los mayores factores de riesgo de incendios tiene a la electricidad como protagonista. Circuitos deficientes, cableados antiguos, fichas en mal estado, son algunos de los factores que suelen generar cortos circuitos, los cuales suelen devenir en incendios. El motivo en todos los casos suele simplificarse en muy pocas palabras: falta de mantenimiento.
Para evitar inconvenientes es preciso hacer sistemáticamente una revisión de los elementos eléctricos del hogar, esto permitirá anticiparse a la hora de realizar la manutención necesaria. El principal consejo que suelen dar los electricistas es que en caso de duda no se deben utilizar los electrodomésticos. Además, resulta vital conocer el modo correcto en que debe utilizarse cada aparato en el hogar antes de comenzar a darle uso, esto evitará desagradables o peligrosas situaciones.
Otro conjunto de artefactos a tener en cuenta son los que producen calor, dicho de otra manera: las planchas, las cocinas y los hornos eléctricos o a gas, los secadores de pelo, las estufas -tanto eléctricas como a gas o leña-, las velas, los cigarrillos y los fósforos.
En las habitaciones donde se encuentran las fuentes de calor es fundamental mantener muy buena limpieza, por ejemplo, la acumulación de grasa puede colaborar no sólo con la evolución más rápida del fuego, sino también con su propagación. Para evitar incidentes se sugiere tener un hábito o, dicho de otra forma, un protocolo. Esto permitirá reducir el riesgo de peligrosos incidentes con todos los factores que integran este conjunto.
En el caso de los artefactos que suelen ser alimentados por gas (tanto natural como de garrafa) tienen que ser revisados periódicamente antes de ser encendidos (por ejemplo, si se utilizan por temporadas: otoño-invierno) o, bien, de forma periódica, tal es el caso de las cocinas como de los calefones y termotanques. Esta revisión, que debe ser realizada por gasistas matriculados, suele ir acompañada de un proceso de mantenimiento esencial, el cual resulta ideal hacerlo todos los años.
Los técnicos deben hacer principal hincapié en acoplamientos, válvulas y posibles fugas. El consejo más importante que suelen brindar es que: “En caso de sentir olor a gas, se cierre la llave de paso, se ventile apropiadamente el lugar y se llame a un técnico de forma inmediata”.
Una herramienta que se ha puesto de moda en los últimos tiempos fueron los detectores de humo y de monóxido de carbono. Estos pequeños y útiles aparatos suelen detectar presencia de fuego, humo, escape de gas, y otros incidentes, sonando una alarma y evitar así males mayores. Estos dispositivos suelen ser fundamentales en todas las habitaciones que estén equipadas con fuentes de calor, como cocinas, estufas, calefones, termotanques, etc. Pero, al igual que el resto de los dispositivos del lugar, es importante ponerlos bajo revisión técnica de forma periódica una vez por año.
Los descuidos
Muchos incidentes domésticos se generan de la mano de distracciones. Algo muy común suele ser el fuego ocasionado por las velas encendidas. En ocasiones la gente suele retirarse de los espacios y dejar las velas aromáticas encendidas, si bien ofrecen una iluminación suave y un encantador aroma pueden ser las responsables de indeseados incendios cuando entran en contacto con elementos textiles. Si eso sucede y según los materiales que integren la habitación todo puede llegar a arder, en tan solo, unos pocos segundos. Por eso, es vital apagar las velas si nadie queda en la habitación.
Material inflamable, fuera
Es fundamental, mantener alejado de toda fuente de calor al material inflamable, ya sean elementos de limpieza como de mantenimiento. Por último, y no por ello menos importante, se aconseja rever los hábitos y las costumbres que los ocupantes del hogar tienen, ya que la mayoría de los incidentes se ocasionan por despistes o negligencias. Los descuidos, que bien podrían ser evitables (es por eso que no se habla de accidentes, sino de incidentes) pueden ser evitables. Como, por ejemplo, no dejar repasadores o trapos cerca de las llamas (estufa, cocina); no guardar próximo al termotanque o al calefón elementos inflamables de limpieza (productos a base de alcohol o solventes, ceras, telas, etc), entre otros.
Los peritos en siniestros aportan otro dato: “No fumar acostado o recostado si se está cansado. Además, es conveniente apagar de forma adecuada el cigarrillo”. De lo contrario se puede estar en serios problemas.
En el hogar la mayoría de los siniestros podrían ser evitables, es por eso que se prefiere hablar de incidentes en lugar de accidentes. Está, sin dudas, en nosotros bajar los factores de riesgo y minimizar los costos tanto de vidas humanas como de económicos.
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