Judith Giuliani, su ex esposa, dijo que “ya no era un hogar”, mientras que el abogado de Giuliani le dijo a un juez recientemente que el ex alcalde estaba “al borde de la quiebra”
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El departamento 10W en el edificio del 45 East 66th Street salió a la venta por US$6,5 millones en el mes julio. El inmueble, de antes de la guerra, incluye “mucha luz solar, techos altos y hermosos pisos de madera”, según el listado. El diseño es “reflexivo y atractivo”. El comedor es “ideal para un desayuno tranquilo o una cena acogedora”. Ah, y “las mascotas son bienvenidas” en este edificio cooperativo.
Al vendedor, Rudolph W. Giuliani, sin duda le vendría bien el dinero. Su abogado, Adam Katz, presentó un artículo sobre la venta del apartamento como prueba para demostrar que Giuliani, de 79 años, “estaba al borde de la quiebra”.
Eso fue a principios de este mes en una audiencia judicial en la que los abogados de Smartmatic, una empresa de tecnología electoral que demandó a Giuliani y Fox News en 2021 por acusaciones falsas de fraude electoral, argumentaron que Giuliani estaba utilizando su situación financiera como excusa para no compartir documentos de descubrimiento.
Hay “muchas facturas que no está pagando, desde una factura telefónica de US$57.000 hasta muchas más”, dijo Katz en la audiencia. “Creo que esto es una gran lección de humildad para el señor Giuliani”.
Es una caída precipitada para el “alcalde de Estados Unidos”: la demanda es uno de varios asuntos legales que enredan a Giuliani. La semana pasada se entregó en una cárcel de Atlanta por el caso de extorsión contra el expresidente Donald J. Trump. Giuliani ha sido identificado como cómplice de la conspiración.
Las controversias han dejado manchas no sólo en la reputación de Giuliani, sino también en la del departamento. Fue allanado por el FBI en 2021, eclipsando su distancia a pie de Nobu y Bergdorf Goodman.
Hace años, “era algo muy positivo” para los posibles compradores que Giuliani viviera allí, dijo Dolly Lenz, una agente de bienes raíces de lujo, que ha tenido varios anuncios en la cooperativa.
“Fue como si el alcalde de Estados Unidos hubiera elegido este edificio; se le atribuyen todas las cosas muy buenas a él viviendo en el mismo edificio”, dijo. Pero hoy, Lenz sospecha que “sería tremendamente diferente”.
La agente de Sotheby’s que actualmente comercializa el departamento de Giuliani es Serena Boardman, a quien la revista New York una vez llamó la “corredora inmobiliaria de las estrellas caídas” cuando ganó la tarea de comercializar la propiedad de otro dueño de mala reputación: el ático de Bernie Madoff en Manhattan. Ella no respondió a las solicitudes de comentarios. El señor Katz tampoco respondió.
Aquellos viejos buenos tiempos
Judith Giuliani, la ex esposa de Giuliani, recordó los días de gloria del departamento, que coincidieron con el apogeo de Giuliani como nombre nacional tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
En 2002, su mandato como alcalde había terminado y se embarcó en la búsqueda de un departamento en el Upper East Side mientras se hospedaba en un hotel, informó The New York Post en ese momento.
Necesitaba una casa que estuviera a la altura de su peso y no se conformaba: Giuliani dijo que quería un departamento en el último piso.
Después de algunas negociaciones, se quedaron con la unidad de la calle 66 por US$4,77 millones.
“Él ni siquiera vio el departamento hasta que decidimos comprarlo”, dijo, y agregó que el diseño interior y la decoración fueron hechos por ella. “Lo encontré, lo decoré, lo convertí en su hogar”.
Allí organizó muchos almuerzos, días festivos y eventos de caridad, pero se trataba principalmente de recibir y entretener a amigos y familiares, no de trabajar, dijo Judith, de 68 años, quien estuvo casada con Giuliani durante 15 años. Y agregó: “Era nuestro hogar. Él era mi esposo y le encantaba volver a casa. Era su lugar de respiro”.
En la sala de la biblioteca con paneles, Judith, instaló un sistema de humidificación especial y un televisor de plasma para su marido, “donde podía fumar puros, relajarse y ver sus partidos de los Yankees”.
Uno de los principales atractivos del apartamento es que fue “construido para el entretenimiento”, dijo Giuliani. Y amplió: “El comedor tiene capacidad para 40 personas. Me encantaba dar mis almuerzos temáticos (hacer un huevo de chocolate para Pascua, o reuniones para San Valentín). Soy conocido por eso, y todavía lo hago”. Las listas de invitados de los Giuliani eran igualmente impresionantes; a los eventos asistieron los Kissinger, Vera Wang y George Pataki, entre otros.
Allí también se vivieron momentos difíciles. “Rudy tenía cáncer de próstata cuando nos conocimos, algo que también vivimos en ese apartamento”, dijo Judith.
A lo largo de los años, la cartera de bienes raíces de Giuliani también incluyó una casa en los Hamptons que compró por US$3,2 millones en 2004, un casillero privado en el histórico salón para fumadores Nat Sherman en Midtown Manhattan y dos condominios en Palm Beach.
Pero el departamento del Upper East Side sigue siendo el centro de sus activos. El complejo de estilo gótico se construyó entre 1906 y 1908 y fue designado monumento histórico en 1977.
Cuando los arquitectos solicitaron construir un nuevo ático en la parte superior del edificio, Giuliani intentó bloquear la construcción. En 2014, Curbed informó que Brian Morgenstern, abogado de Giuliani, dijo que “un ático encima de un ático encima de un ático” sería demasiado.
La preocupación por parte de Giuliani tal vez se debía a que en aquel momento su apartamento estaba en el último piso y no quería perder su estatus de ático. “Cuando lo compramos era un ático. Para Rudy era extremadamente importante vivir en uno”, dijo Judith.
La nueva incorporación fue aprobada por la Comisión de Preservación de Monumentos Históricos. Giuliani ya no estaba en la cima.
“Le deseo lo mejor a Rudy”
Su matrimonio pronto decaería. En 2018, Judith solicitó el divorcio. Los tratos de Giuliani con Trump estaban en marcha y la opinión pública comenzó a volverse en su contra. “Me entristece saber que el héroe del 11 de septiembre se ha convertido en un mentiroso”, dijo Judith a The Times en 2019, sobre la batalla legal para obtener del divorcio lo que sentía que se le debía.
Aunque había decorado el apartamento y tenía buenos recuerdos de sus fiestas, “quería seguir adelante”, contó Judith, representada por el abogado Dror Bikel. “Él era, después de todo, el alcalde de la ciudad de Nueva York, que en un momento fue muy respetado. Entonces parecía lógico que tuviera esa vivienda”.
Pero “ya no es un hogar”, dijo Judith. Su decisión de filmar en la biblioteca para una serie de podcasts en 2020 “me dejó atónita”. Luego vino la búsqueda por parte del FBI, como parte de una investigación criminal sobre sus negocios en Ucrania como abogado personal de Trump.
“No importa cómo terminaron las cosas, hubo muchos, muchos, muchos recuerdos felices en ese departamento”, dijo la señora Giuliani. “Y le deseo lo mejor a la próxima persona que lo habite y le deseo lo mejor a Rudy”.
En un comunicado por correo electrónico, Ted Goodman, portavoz de Giuliani, no hizo comentarios sobre la venta del apartamento. Dijo que Giuliani todavía usaba “su espaciosa biblioteca” para filmar su programa en vivo, “America’s Mayor Live”.
“¿Atónita? Estoy atónito por el éxito que ha tenido nuestro programa de transmisión en vivo desde que lo inició desde su casa en octubre”, dijo Goodman sobre el comentario de la ex esposa.
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