El edificio ubicado en Monserrat refleja una época que trasciende sus paredes
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Los amplios balcones con barandas de madera que desde los tres pisos del edificio miran a una galería central en planta baja, en donde se instalan largas mesas de hierro con todo tipo de telas recuerdan a las galerías Velvet, un lugar creado por la popular ficción española transmitida en Netflix y ambientada en la España de 1950. En la serie, el escenario principal donde se desarrolla la trama es un edificio situado en la Gran Vía de Madrid, donde había una tienda de alta costura, en el mismo sitio en el que funcionaban los talleres en los que se confecciona la ropa.
Al igual que en la ficción española, la magnífica construcción ubicada en la calle Alsina 1184, en el barrio de Monserrat, fue hogar de una empresa textil en la década de 1960, que funcionó no sólo como taller sino también como sede de desfiles anuales que organizaban los dueños para lucir los materiales que fabricaban en diferentes prendas. Desfiles en los que participaron figuras, en ese entonces desconocidas, pero que llegarían a lo más alto del mundo de la moda, como Adriana Aguirre, y que contó con la conducción, en varias ocasiones, de figuras como Cacho Fontana, cuenta a LA NACION Sofia Moñino, broker en Martín Pinus Propiedades, la inmobiliaria que tiene hoy la propiedad en venta.
Los desfiles a diferencia de la ficción española no eran de alta costura sino de colecciones de indumentaria de clase media, “para personas activas y que trabajaban”, recogió la broker de los herederos que hoy tienen a cargo la venta del edificio.
Este edificio, como tantos de Buenos Aires, guarda la historia de una época que trasciende sus paredes y como toda la zona busca recuperar tras la pandemia un destino acorde a su belleza arquitectónica.
El particular inmueble cuenta con una zona de oficinas en la parte superior y en la planta baja las amplias mesas en donde funcionaba la venta de telas. Según apunta una de sus propietarias, una vez por año antes de las fiestas se organizaba una gran recepción con desfiles de prendas realizadas con las telas que se producían ahí mismo, a la que asistían invitados, confeccionistas, diseñadores y podían ver las propuestas en materiales y colores para la temporada siguiente. En ese gran hall se ponían alrededor mesas y en el centro una pasarela en la que desfilaban modelos con propuestas de prendas. Había música, en alguna ocasión una orquesta en vivo. Un evento que se continuó haciendo hasta los primeros años de la década del 70.
A partir del traslado de las oficinas a otros lugares cercanos a la planta de producción, el edificio tan emblemático quedo un poco grande para los actuales dueños, sólo con los talleres en funcionamiento. Fue entonces que los descendientes decidieron ponerlo en venta con la intención que de que el edificio “tenga un destino acorde a su elegancia y a su arquitectura”.
Materiales y detalles exquisitos
En cuanto a la arquitectura, el edificio cuenta con detalles que lo convierten en una joya porteña: la lucarna del techo que ilumina los tres pisos de la propiedad y sus balcones es un vitraux. Además, cuenta con las luminarias originales en planta baja de los años 60, así como las ventanas del frente. El ingreso a la propiedad es una vidriera hecha en madera y vidrio, además de detalles de calidad como pisos de pinotea y escaleras de mármol.
Publicado hace menos de un mes por un valor de US$1 millón, la propiedad es apta tanto para vivienda como para uso comercial. Desde la inmobiliaria de Martín Pinus apuntan que es ideal para gimnasios, oficinas temporarias, empresas privadas o estatales, bauleras temporarias, universidades, centros culturales, fundaciones o bien un petit hotel.
Respecto a la estructura, tiene 1700 m², un subsuelo y tres cocheras. Las tres plantas están comunicadas por balcones. En planta baja hay seis despachos y dos baños; en el primer piso hay cinco despachos y en el segundo piso otros cinco, además de otro baño y cocina. Por último, en el tercer piso hay un archivo. Además de las bellas escaleras que comunican los tres pisos, tiene un núcleo de ascensores.
Una zona que busca reconvertirse
La propiedad está ubicada en el barrio de Monserrat, donde se fundó la Ciudad de Buenos Aires y se encuentran los íconos del casco histórico y espacios más importantes de la historia nacional. Hoy se trata de una zona que busca reconvertirse tras la pandemia, rodeada de edificios que son parte del tesoro arquitectónico porteño, como el Palacio Barolo, el Congreso de la Nación, la Manzana de la Luces, la Parroquia de Nuestra Señora de Monserrat.
“Hoy el barrio no es tan pintoresco como en aquella época en la que se instaló la empresa textil, cuando era una zona próspera y pujante llena de edificios textiles. Una de las propietarias actuales narra que en ese entonces existía un ambiente de mucho trabajo. Había una comunidad de muchos inmigrantes judíos provenientes de Europa Central y había un ambiente de mucha camaradería y optimismo sobre el futuro del país. pero sí está en auge para eventos nocturnos, fiestas electrónicas”, explica la broker.
A pesar de no estar dentro de los límites del Microcentro, sí está contemplada dentro del área que abarca el plan de transformación del gobierno porteño, entre los límites de avenida Santa Fe, Crucero General Belgrano, Avenida del Libertador, Leandro N. Alem, Paseo Colón, Belgrano, Bernardo de Irigoyen y Carlos Pellegrini.
Según el index de ZonaProp con datos del mes de agosto de 2022, el valor del metro cuadrado en Monserrat es de US$2042/m². El precio promedio de venta en el barrio es de US$77.537, un 54% inferior a la media de Capital Federal. Además, el informe destaca que todos los barrios de la ciudad registran bajas interanuales, excepto Monserrat.
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